Hace unos tres años se aprobó la producción y consumo para usos medicinales de la marihuana, que ahora ha pasado a ser de mejor familia y la llaman cannabis.
Pues ahora hace curso en el Congreso una iniciativa para regular el uso del cannabis con fines recreativos. Así al impulsor de este proyecto no le guste que se llame así y prefiera que lo denominen el uso adulto del cannabis.
El promotor de la idea es el congresista vallecaucano Juan Fernando Reyes Kuri. Y sus argumentos son convincentes. Lo primero que sostiene Reyes Kuri es que el prohibicionismo del cannabis ha sido un fracaso que nos ha costado una millonada de dinero y cientos de vidas.
Es un hecho que miles de colombianos se fuman su porro de cuando en cuando. No tienen problema para adquirirlo porque la oferta es amplia y los llevan hasta la casa.
Y por mucho que se los prohiban ellos seguirán fumándose su cacho. Entonces suena sensato y realista regular la producción y uso de ese artículo de consumo masivo.
Al entrar a regular el consumo, la gente no tendría que adquirirlo de forma clandestina y a un miembro de una red delincuencial. Lo podría comprar en determinadas tiendas, a plena luz del día y con unos estándares de calidad garantizados.
De hecho, eso ya ocurre en varios países europeos y hasta en Canadá, donde la plata que aquí se embolsillan los mafiosos allá va a parar a las arcas del Estado vía impuestos.
Pero por encima de todo, es hora de que esta sociedad supere esa doble moral que la conduce a patrocinar y promover la venta de licor y a perseguir y estigmatizar el cannabis.
Cómo le parece, un señor que ingiere cinco whiskys es un gentleman mientras un pobre ser que se fuma su cacho es un vago degenerado.
Es increíble, buena parte de los ingresos del sector salud provienen de los impuestos que se le cobran a la venta de alcohol. Y estudios han demostrado que el licor es, como recalca Reyes Kuri, 118 veces más dañino que el cannabis.
Lo que no significa que el cannabis no sea perjudicial para la salud. Todas las drogas, livianas o pesadas, lo son.
Pero eso es problema del que consume. Por ello es fundamental que tanto el licor como el cannabis solo puedan ser consumidos por adultos.
Y se llegará el día en el que se legalicen todos los estupefacientes, que es lo que menos le conviene a las mafias porque lo que les deja las multimillonarias ganancias que obtienen es precisamente el hecho de que sean ilegales.
Es increíble que el mundo no haya aprendido la lección de cuando se prohibió el consumo de alcohol en EE. UU, hace cien años. Nunca hubo más consumo ni mas violencia ni más economías ilícitas en ese país que durante esa época. Es lo que podríamos llamar el efecto Al Capone.
Yo no sé si al final este Congreso tan acomodado y de doble moral vaya avalar el proyecto de Reyes Kuri.
Pero el solo hecho de que esa iniciativa sirva para abrir la discusión sobre este tema que hasta hace poco estaba vedado, es un aporte y un paso en el camino correcto.
Y para ponerle un poco de humor a este debate tan serio cito las palabras de un buen amigo, que se ha fumado sus buenos porros: “Cómo así que van a legalizar la marihuana, si la yerba siempre ha sido legalísima”.
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