El gobierno de Gustavo Petro no quiere reformar el actual sistema de salud. Quiere liquidarlo. Esa afirmación no es mía, es de Roy Barreras, presidente del Congreso y uno de los principales aliados del actual Presidente.
Esa pretensión se acaba de estrellar con una encuesta muy seria, encomendada por una entidad seria como la Andi y realizada por una empresa seria como Invamer, que representa (o representó) en Colombia a la firma Gallup, la que se inventó las encuestas.
Casi 3.000 personas, de todas las regiones del país, contestaron la investigación. O sea que es una muestra representativa (rara vez las encuestas de preferencias presidenciales se aplican en una población de ese tamaño).
La encuesta deja en claro que la gran mayoría de los colombianos está satisfecha con el actual sistema de salud.
Cuando se les pide a los encuestados que califiquen los servicios de salud, el 73% los califica de excelentes o aceptables y solo un 27% afirma que son malos. Cuando se les pide que digan las fortalezas y debilidades del sistema, la mayor debilidad, que es la oportunidad de atención en las citas, solo es señalada por el 49%. Es decir, para más de la mitad de los encuestados el sistema no tiene ninguna debilidad importante.
Otros datos: El 73% dice que puede acceder a los servicios de salud cuando lo requiere; solo tres de cada 10 encuestados está de acuerdo con que se eliminen las EPS (que parece ser uno de los objetivos centrales de la reforma). El 67% opina que el sistema de salud debe seguir igual o aplicársele algunos ajustes, frente a una minoría del 32% que considera que debe cambiarse totalmente.
Y al preguntarse si está dispuesto a renunciar a su sistema de salud y pasarse a uno público, solo el 30% respondió afirmativamente.
Un gobernante serio tomaría atenta nota de los resultados de esta encuesta y los tendría en cuenta para estructurar su reforma a la salud.
Pero Gustavo Petro, en lugar de eso, prefiere hacer lo que hace el candidato a cualquier cargo al que le va mal en las encuestas: descalificarla.
En su medio preferido para dirigirse a los colombianos, twitter, Petro dice que los propietarios de la empresa que realizó la encuesta son de la familia de una fundador de una EPS. Así o más ridículo.
Si no quiere atender lo que dicen los colombianos a través de esa encuesta, debería al menos escuchar los reparos que hace a la reforma un conocedor del tema, que, además, es miembro de su gabinete: Alejandro Gaviria.
En un documento que ha trascendido públicamente en las últimas horas, Gaviria afirma que “el sistema actual es producto de treinta años de innovación y trabajo colectivo. Destruirlo sería un suicidio”.
Reparos a la iniciativa también han surgido desde los partidos aliados del Gobierno. Mientras la Alianza Verde y el partido de La U hasta el momento se han abstenido de apoyarla, el liberalismo anunció que votará negativamente la iniciativa.
El presidente Petro estaría demostrando una alto grado de autismo político, de arrogancia y de despotismo si ignora todas esas voces que se levantan en contra de acabar el actual sistema de salud.
Que se empecine en seguir adelante con este proyecto no solo será muy grave para la salud de la población colombiana sino para la propia salud de nuestra democracia.
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