El discurso de Gustavo Petro sobre Estados Unidos en la entrevista del viernes 31 de enero de 2025 con Univisión fue demencial. Comparó al presidente Trump con Hitler, dijo que Estados Unidos tiene campos de concentración para los migrantes, se envalentonó diciendo que debíamos estar preparados para una guerra comercial con Estados Unidos y que sobreviviríamos a ese enfrentamiento sembrando maíz y diversificando las exportaciones. Al final, dijo que estaba pensando en hacer una consulta a los colombianos sobre si se debe o no aceptar que los migrantes ilegales deportados deban ser esposados o no.

En síntesis, más que bajar la temperatura del enfrentamiento de la semana pasada por sus trinos irresponsables, el problema podría crecer aún más. Esperemos la reacción que tendrá Washington sobre estas declaraciones altisonantes que podrían poner a nuestro país como chivo expiatorio en la región.

Lo cierto es que más allá del primer anuncio sobre normalización de relaciones, antes de la explosiva entrevista, la administración Trump dio inicio a sanciones focalizadas consistentes en la supresión de ayudas históricas para el país.

En ese entendido, ya fueron notificados tanto el Ejército como la Policía de suspender la ayuda para la operación de 64 helicópteros Blackhawk que se usan en la lucha contra el narcotráfico y el crimen organizado. Esta decisión deja en tierra esos helicópteros. Se congeló la ayuda de 400 millones de dólares que se le daba al país como parte del trabajo en sectores estratégicos como el medio ambiente, los derechos humanos o la paz.

Allí se afectan proyectos en la Jurisdicción Especial de Paz (JEP) y la Agencia Nacional de Tierras (ANT). Estos proyectos dependían de la financiación de la Agencia para el Desarrollo Internacional (USAID) que fue intervenida en Estados Unidos y que ha estado en el ojo del huracán en las últimas dos semanas en ese país. De hecho, hasta terminó apareciendo una dizque opera ‘trans’ financiada en Colombia, cuando existen tantas otras necesidades reales en nuestro país.

El trabajo con Policía también se afectó al cancelarse más de 1000 comisiones al exterior y la lucha antinarcóticos está en ciernes. Ni hablar de la Fiscalía General donde el trabajo con el departamento de Justicia y de Estado puede afectarse. Recordemos la cantidad de comisiones al exterior que paga el gobierno americano a investigadores y fiscales para su capacitación. Todo eso quedó en salmuera.

En fin, la semana pasada la opinión pública discutió hasta la saciedad sobre el posible aumento de los aranceles y la posible supresión de un grupo de visas para funcionarios del gobierno y sus familiares, pero nadie puso en el centro de la discusión que la irresponsabilidad de Petro, iba a terminar llevándose de plano una alianza construida por muchos años con los Estados Unidos.

Parte de la tarea que debe acometerse en el 2026, una vez Petro salga de la presidencia, es la recuperación de la relación con los Estados Unidos, no en el marco necesariamente de una alineación con un presidente en particular sino con la idea central de que la agenda de Colombia en el país del norte es históricamente bipartidista. Pero esa recuperación no se hará si la cancillería no se reorganiza y si el país no regresa a los senderos de la sensatez y la decencia.