Para nosotros, los que sufrimos en verde y blanco, no existirá un año tan definitivo como este. Muchos pensábamos que la temporada 2024 iba a ser la más importante de la historia del club por el tema del descenso, pero lo cierto es que el 2025 trae consigo retos que van mucho más allá de eso.

El año anterior, así nos hayamos salvado de la B, fue nefasto. Los números no mienten, y la realidad es que el Cali hizo 38 puntos en 38 partidos jugados a lo largo de toda la campaña. Un punto por partido, mejor dicho, una vergüenza que no pasó a mayores porque a segunda división terminaron cayendo equipos que increíblemente fueron más mediocres.

Por eso, en primer orden, tenemos lo deportivo. Con Alfredo Arias como entrenador, el equipo verde necesita sí o sí sanear su deuda con la tabla del descenso, y la única manera de hacerlo es sumando los puntos necesarios para al menos meterse a los dos cuadrangulares del 2025. Para eso han llegado una serie de jugadores que nos son figuras (ahora el club no puede invertir como América, Junior, Nacional y Millonarios), pero que sobre el papel pintan mejor que algunos de los ‘refuerzos’ que se trajeron el año pasado y que desangraron las finanzas del equipo. Eso sí, se necesita con urgencia la llegada de un goleador.

Lo fundamental es volver a tener un equipo que al menos compita, algo que no hemos hecho en los últimos dos años. Y para eso sí que cae bien la llegada de Arias, un técnico que no ha sido campeón en Colombia, pero que sabe combinar experiencia con juventud y que ha mostrado buenas maneras de juego con sus clubes.

Está demostrado que en Colombia no siempre queda campeón el equipo que más invierte, o el que mejor juega en todo el semestre. Aquí el que se lleva la estrella casi siempre es el que acelera en la última vuelta, como en una carrera. Y con esas reglas de juego, cualquier club que sea competitivo puede celebrar al final.

Lo otro tiene que ver con lo económico. Hacer una campaña aceptable y meterse a los ocho en los dos torneos seguro garantiza clasificación a un torneo internacional, algo que le vendría muy bien a las arcas del Cali. Además, habrá que seguir con lupa el proceso de conversión a Sociedad Anónima, para que así pueda llegar algún inversor a inyectar capital y empezar a salir de la millonaria deuda de más de 100.000 millones de pesos.

Este es el año del Cali, porque otra mala temporada sin duda sepultaría al club. Directivos, técnico y futbolistas saben todo lo que está en juego durante este 2025. Que la fuerza los acompañe.