El sistema de cifras utilizado para los balances, nos indica que unas son de color negro, es decir, aquellas que acrecientan el activo y representan una ganancia, y otras lo son de color rojo, cuando presentan un saldo deudor.
En el tema de la inversión, los balances que se nos han presentado por las autoridades estatales, nos indican que muchas pasaron el año con saldos en rojo, refiriéndose a los volúmenes de inversión que se habían presupuestado y que no se ejecutaron.
Varios sectores se vieron afectados, entre ellos el de la construcción de vivienda, y también el de las obras públicas; ambos con cifras que están por encima del 40%, hecho que tiene una honda repercusión no solo en el manejo de la economía en general, sino en la generación de empleo, pues esas áreas suelen contratar altos volúmenes de trabajadores, sobre todo en el sector de mano de obra no calificada.
El presidente Petro produjo fuertes regaños a los responsables, y esperamos que se puedan diseñar los correctivos indispensables, no solo para cumplir con el presupuesto de la vigencia de 2024, sino para surtir la inversión que no se hizo en el año anterior.
No es nada fácil orquestar esos procesos, y es la razón por la cual se requieren medidas de alto impacto en donde se multipliquen los esfuerzos, pues la economía requiere con urgencia de esa inversión.
Colombia tiene grandísimas necesidades tanto en las obras públicas, como en materia de vivienda, para este caso, las de interés social y las de interés prioritario, así como aquellos recursos destinados para mejoramiento de viviendas usadas.
El daño que se produjo a los sectores mencionados, durante el periodo anterior, no se puede repetir en esta vigencia, y si las palabras del presidente revistieron claridad frente a los responsables de los programas, las consecuencias tampoco deben aguardar a la hora de hacer los respectivos seguimientos.
Sería bueno que se le pudiera decir al país, cuál es el cronograma marco de ejecución presupuestal para este año, de tal manera que todos los ciudadanos puedan hacer un seguimiento a la forma en que las promesas al respecto se van a plasmar.
Estamos frente a cumplimientos bajos de crecimiento económico y con cifras todavía altas de desempleo, que es necesario apalancar con herramientas concretas que impliquen el crecimiento efectivo de los sectores económicos. Si no se hace así, el impacto no se hará esperar en las cifras del crecimiento.
Necesitamos entonces del trabajo mancomunado de los responsables, para que el color de las cifras se torne negro y ojalá abunden los ceros a la derecha en esos indicadores.