“No es que yo llegue tarde, es que ustedes llegan muy temprano”, decía el gran sonero Héctor Lavoe para justificar sus incumplimientos y llegadas tarde a los conciertos y ensayos que terminaron incluso con la decisión de Willie Colón de romper la orquesta que conformaron con éxito ambos artistas.
‘El rey de la impuntualidad’ fue precisamente uno de los apelativos con los cuales se conoció a este artista que revolucionó la salsa y se convirtió en uno de sus íconos. Hoy, por cuenta de sus incumplimientos, al presidente Gustavo Petro parece que le calza perfecto el apelativo que tuvo Héctor Lavoe.
Hace unos días, antes de su posesión, dejó plantados a 400 alcaldes y alcaldesas de la Federación Colombiana de Municipios. Algunos llegaron a Bogotá después de verdaderas travesías con la esperanza de exponer sus dificultades ante el líder de la Colombia Humana. El problema fue que el entonces presidente electo nunca llegó y no se supo de él hasta cuando su equipo confirmó que no iba a asistir. Abucheos, protestas, malestar, todo eso generó la inasistencia de Petro.
Y ahora una nueva ‘desaparición’ del Jefe de Estado sorprendió a los colombianos. Por lo menos 200 personas lo esperaban en la posesión de la nueva cúpula militar, un acto clave para sus relaciones futuras con los uniformados y no fue.
¿Qué le pasa al presidente? Es la pregunta de muchos. Esto lo que genera es que se levanten conjeturas ante el ‘papayazo’ que ofrece el jefe de Estado. En medio de una evidente tensión con el estamento militar, no era prudente que Petro se ausentara de un acto que es simbólico para el Ejército. Algo está fallando en la comunicación porque ayer mismo Petro, tan diligente en redes sociales, anunció que no iría a la ceremonia, o lo hizo alguien de su equipo de comunicación para evitar justamente esos comentarios que abren brechas irreparables y provocan confusiones.
Ayer se dijo que, según fuentes de la Casa de Nariño, la razón por la cual el Presidente no asistió al acto de transmisión de mando fue porque los asesores jurídicos no tuvieron listos los decretos de nombramiento de los nuevos comandantes de las Fuerzas Militares, Ejército y Armada. ¿No habría sido suficiente informarlo con anterioridad para evitar la cascada de críticas y conjeturas que rodearon la situación? Las formas son importantes y este es un momento clave en el que el nuevo gobierno debe generar confianza y desactivar rumores que no ayudan a que se produzca una transición sencilla. Tampoco está bien que se cree una imagen de incumplimiento y falta de empatía porque a la larga perjudicará el buen ejercicio de gobernabilidad.
No sobra entonces recordar uno de los estribillos del ‘rey de la puntualidad’ que se ajusta perfectamente a la actualidad del presidente Gustavo Petro: “Tu gente quiere oír tu voz sonora. Nosotros sólo queremos que llegues a la hora. Ahora pá’ complacerlos, se los digo de a verdad, la próxima vez que llegue, voy a llegar en puntualidad”.