“Para siempre eternamente”… Esta hermosa frase la escribió Nesmet-Ajom, uno de los últimos escribas del antiguo Egipto sobre uno de los muros del templo de Isis en la Isla de Filas, al sur de la primera catarata del río Nilo, en el año 380. Estos escribas fueron testigos del naufragio de su civilización y esta inscripción jeroglífica se convirtió en una declaración de resistencia escrita frente a un nuevo poder que parecía arrasar el lenguaje mismo y casi lo logran porque fue necesario esperar hasta el Siglo XIX para que pudieran interpretarse estos jeroglíficos y entendiéramos un trozo significativo de la civilización.

Su historia escrita quedó allí, eso es lo que hacen el lenguaje y la escritura. Y es esto lo que cuenta Irene Vallejo en ‘El infinito en un junco’, una de las maravillas literarias que nos regaló el 2021. Un año que trajo otro potente libro, que también hace un recorrido por la historia, esta vez de un continente, el nuestro. ‘Ñamérica’, escrito por Martín Caparrós, es un viaje por nuestra tierra, como solo se puede hacer a través de las letras.

Un viaje interior como el que hace Rodrigo García al escribir un formidable libro llamado ‘Gabo y Mercedes: una despedida’. Una historia de amor, dolor, frustración y reflexión. Recorridos por la historia también es lo que nos dejan Juan Manuel Santos e Ingrid Betancur con ‘Una conversación pendiente’, que dibuja casi 50 años de historia con personajes que tuvieron el privilegio de estar cerca de esa aventura inconclusa que es Colombia.

Y es Wade David, un canadiense enamorado de este país, quien se adentra por los esteros para entregarnos su visión del Magdalena y recordarnos que sin la recuperación del Río Grande será imposible regresar a la paz porque la vida depende de este torrente de energía acuática.

Juan Gabriel Vásquez nos deja como regalo ‘Volver la vista atrás’, uno de los mejores libros del año y que deja unas reflexiones profundas: “Pensó que los recuerdos eran invisibles como la luz, y así como el humo hacía que la luz se viera, debía haber una forma de que fueran visibles los recuerdos”.

Y cómo no hablar de Ricardo Silva Romero con ese viaje por la historia de la cultura y la especie humana, con las luchas y esas formas de resistencia que nos enseña el escritor bogotano a través de ‘Zoológico humano’. Deja también este 2021 el libro de Catalina Lobo-Guerrero, una historia de la Venezuela actual narrada por una periodista que estuvo allí y conoció la esperanza y la desilusión del proyecto bolivariano. ‘Los restos de la revolución’ es eso, solo restos.

Quedan otros grandes libros como ‘Cantar es sobrevivir’, de Sergio Álvarez. ‘Los Abismos’, de Pilar Quintana y ‘Qué hacer con estos pedazos’, de Piedad Bonet que se devoran con el corazón al límite.
‘Huellas’, de Germán Castro y ‘Aquitania’ también integran la lista.
Inventados hace cinco mil años, los libros siguen siendo una de las mejores invenciones de la humanidad. Gracias y feliz año para mis amigos lectores.

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