El legado que ha ido construyendo Jorge Mario Bergoglio como Papa Francisco será valorado con el paso del tiempo. Haciendo una aproximación a lo que ha sido su obra como Papa podremos escudriñar la intencionalidad del sumo pontífice en esos quiebres que ha querido darle a la historia de la Iglesia.

Ha sido un pontificado lleno de simbolismo. No solo cuando salió al palco recién elegido a pedir que oraran por él y que lo bendijeran; o cuando salió calzando sus viejos zapatos en vez de los rojos de terciopelo, o habitando en el hotel del Vaticano y no en el Palacio…

Ha coloreado su testimonio con gestos hermosos de humildad, de cercanía con los otros y sufrientes. Uno de sus primeros viajes fue a las islas de Lesbos y Lampedusa a solidarizarse con los migrantes africanos.

Los dos años jubilares que ha impulsado: el de la Misericordia y el de la Esperanza dan dos claves de lecturas de su pontificado.

Por una parte, buscó posicionar una conciencia de la inmensa Misericordia del Señor, le dedicó no solo el año jubilar, sino varios escritos. Y es muy diciente cuando señalaba que Dios no se cansa de perdonar; somos nosotros los que nos cansamos de pedir perdón.

De otro lado, cuando planteó el año de la Esperanza, haciendo énfasis en la importancia de rescatar, en medio de tantos sueños rotos, de tantas heridas, de tantas frustraciones en el mundo, la importancia de la esperanza como mensaje cristiano.

Sus encíclicas interpelaron a todos, tanto a los creyentes como a las personas de buena voluntad.

‘Laudato Si’ que invita a la protección del medio ambiente, con una concepción de ecología integral que se fue imponiendo en las agendas internacionales.

‘Laudato Si’, cuidado de la casa común, nos deja un texto brillante sobre ecología integral, desde la perspectiva que la crisis es ecológica y social.

Mientras que ‘Fratelli Tutti’, sobre la fraternidad y la amistad social, coloca en el centro el bien común como aglutinador de las sociedades.

Estas dos encíclicas tienen el foco de la reconciliación, la primera con la naturaleza, y la segunda con los demás.

Papa Francisco ha dejado muy en claro la importancia de incluir a todos y asumió una postura pastoral al autorizar las bendiciones a parejas divorciadas y gays, que si bien no se trata de matrimonio, sí es un reconocimiento que allí el amor de Dios se hace presente.

Esto fue a través de un documento menor, que generó mucha controversia: la declaración ‘Fiducia supplicans’, confianza suplicante.

En la inclusión de las mujeres, ha dado algunos pasos adelante, más simbólicos que efectivos, pues las condiciones de posibilidad no le han permitido ir más lejos.

Y finalmente, ha tenido un énfasis en el modo de hacer transformaciones en la Iglesia: a través del diálogo con el sínodo sobre sinodalidad.

Su legado todavía puede ser mayor y la esperanza es que lo pueda seguir consolidando en el futuro.