Pdet. Esta extraña sigla, que significa Planes de Desarrollo con Enfoque Territorial, es uno de los principales instrumentos para la construcción de la Paz y la reconciliación en nuestro país. Se trata de un mecanismo que busca que la Reforma Rural integral llegue a los territorios más pobres y afectados por el conflicto armado, promoviendo la economía campesina y mejorando la calidad de vida de sus pobladores.
Para estos planes se seleccionaron 170 municipios donde habitan casi 7 millones de personas, de las cuales casi el 50% son pobres, en claro contraste con el resto del país donde los pobres son menos del 25%. Es otra Colombia rural en la que todos los indicadores de servicios básicos -salud, educación, vivienda, acueducto y alcantarillado- son peores que en el país urbano.
Los municipios Pdet también son significativos para la política de protección ambiental y la lucha contra el narcotráfico. Lo primero porque en ellos está el 45% del área de los Parques Nacionales, y lo segundo porque concentran el 90% de los cultivos de coca y marihuana.
Los Pdet son el mayor ejercicio de planeación participativa realizado en el país. Comunidades, organizaciones sociales, comunales y comunitarias, grupos étnicos, víctimas, sociedad civil, sector privado, academia, gobiernos municipales y departamentales, en total más de 200.000 personas, contribuyeron a elaborar 16 planes de acción de transformación regional (Patr) con 32.800 iniciativas que se plasmaron en pactos comunitarios en 11.000 veredas y pactos municipales en cada uno de los 170 municipios.
Con esta hoja de ruta ya definida, y en medio de la crisis económica generada por la pandemia del Covid-19, acelerar la inversión pública y privada en las zonas Pdet se convierte en una excelente oportunidad para lograr dos objetivos: de una parte contribuir a la reactivación de la economía y la recuperación de los 5 millones de empleos perdidos, y de otra disminuir la brecha social y pagar la deuda histórica con la ruralidad colombiana, abandonada por el Estado desde siempre.
Con este doble objetivo en mente el Consejero presidencial para la Estabilización y la Consolidación (llamado antes Consejero para el Posconflicto) organizó el foro ‘Acelerar los Pdet para reactivar la economía’ en el que conversaron funcionarios que diseñaron los Pdet en el gobierno anterior con los que los están implementando en el actual Gobierno, en un espacio ajeno a la polarización que caracteriza otros debates sobre los temas de Paz. Es un ejemplo digno de imitar.
Tres conclusiones importantes, entre los muchos aportes que se hicieron. Primera, las inversiones en zonas Pdet -vías terciarias, acueducto, infraestructura de salud, etc.- tienen un alto impacto en la reactivación y la generación de empleo. Segunda, hay suficientes recursos públicos ya asignados para la ejecución de estas obras, y estímulos para que el sector privado también invierta. Tercera, con la participación de los mandatarios territoriales hay que diseñar esquemas de gerencia para acelerar la ejecución de los recursos y vigilar que no sean capturados por la corrupción.
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Coletilla. Las zonas Pdet son esperanza pero también tragedia y muerte. Solo este año, ha sido asesinado un líder social cada 36 horas, y la mayoría en estos territorios. Desde que se firmó el Acuerdo de Paz ya van 442 asesinatos. No más líderes sociales y defensores de derechos humanos asesinados, es un grito que debe convertirse en clamor nacional para detener esa masacre.