En un entorno complejo, marcado por la incertidumbre global y las crecientes tensiones comerciales, el panorama para los empresarios colombianos es bastante desafiante, en especial en el frente externo donde el anhelo de exportar nuestros productos ha sido bastante escaso por múltiples factores.
Por tanto, es un despropósito prescindir del mercado estadounidense ya que este representa nuestro principal aliado comercial, so pretexto de diversificar las exportaciones. Loable propósito, pero con un largo camino por recorrer. Una reciente experiencia ejemplifica bien lo sensible y complejo que es el manejo de las relaciones comerciales con otros países.
A Estados Unidos tienen destino cerca del 30% de las exportaciones nacionales. Productos como petróleo, café, banano, aguacate y flores cuentan con una alta demanda en esa nación, lo que refuerza los lazos comerciales y la importancia de este mercado para la economía colombiana.
Según las más recientes cifras del DANE, en enero de 2025 las ventas externas del país sumaron cerca de 3.777 millones de dólares (FOB), impulsadas por las exportaciones de productos agropecuarios, alimentos y bebidas, las cuales crecieron un 42,5%, aportaron 9,4 puntos porcentuales y representaron el 30% de lo vendido al mundo en ese mes.
La búsqueda de nuevos destinos para los productos colombianos ha sido una preocupación del sector privado y hay resultados que así lo comprueban. Por ejemplo, Colombia ha demostrado ser un proveedor clave de productos agrícolas para Alemania y la Unión Europea, como es el caso del cacao, el café y la palma de aceite. Asimismo, Bélgica, Países Bajos y Alemania se consolidan como mercados importantes para nuestra producción.
No obstante, para llegar a estos mercados, el camino de nuestros empresarios no es corto, requiere del cumplimiento de los requisitos en materia de Derechos Humanos, cero deforestación y trazabilidad, necesarios para ampliar el comercio con la Unión Europea.
Una reciente experiencia ejemplifica bien lo complejo que esta diversificación puede resultar. Confecámaras celebró un convenio con la Cooperación Alemana para el Desarrollo (GIZ) con el cual, durante más de 10 meses, escuchamos a más de 430 actores, entre pequeños y grandes productores, comercializadores y exportadores de café, cacao y palma en regiones clave como Antioquia, Huila y Santander, para identificar el nivel de cumplimiento del país frente a la normativa europea que entrará en vigor próximamente y detectar sus principales desafíos.
Identificamos 32 brechas clave, principalmente en acceso a información, gestión de datos, incentivos para la conservación y financiamiento, y por eso se estableció una hoja de ruta 2025-2030, con acciones para los sectores público y privado, que permita a las cadenas de suministro agrícola adaptarse a los nuevos estándares para exportar sus productos al mercado alemán y europeo.
En consecuencia, es muy loable la diversificación y mirar hacia otros mercados, pero lleva tiempo. Desde el sector privado, estamos comprometidos con acciones que fortalezcan el sector empresarial. Sin embargo, los mensajes del Gobierno hacia los mercados externos y los países a donde se exportan nuestros productos deben ser claros. Es crucial respetar y profundizar los acuerdos comerciales, avanzar en una estrategia de acercamiento con nuestro principal socio comercial para afianzar nuestra alianza y paralelamente explorar nuevas oportunidades.