Sorprendió la propuesta del presidente Petro de realizar otra reforma tributaria para bajar los impuestos a las empresas, aumentando los de las personas naturales. Luego, el Ministro de Hacienda precisó que la reforma debe ser neutra, es decir que no buscaría aumentar los ingresos fiscales, sino solo recomponer las cargas entre las empresas y las personas.
¿Se necesita una nueva reforma tributaria y de qué tipo? La respuesta es afirmativa, por dos razones. Primero, para el objetivo planeado por el presidente que es un cambio a la estructura tributaria del país que ha sido recomendado por expertos nacionales e internacionales, pues Colombia tiene una de las tarifas de impuesto corporativo más altas de la región y de la Oecd.
Segundo, porque a pesar de lo dicho por el ministro, la reforma no debe ser neutra, sino que se necesita aumentar el recaudo tributario para compensar los menores ingresos generados por las sentencias judiciales (como aceptar la deducibilidad de las regalías) y el menor crecimiento económico, así como para cubrir el mayor costo del servicio de la deuda en los próximos años.
¿Quiénes deben pagar más impuestos para compensar la rebaja a las empresas y aumentar el recaudo? Ante todo hay que descartar la manida fórmula del simple aumento de tarifas a quienes ya pagan; en particular, los nuevos tributos no deben recaer sobre los asalariados e independientes de altos ingresos, que ya verán un significativo aumento en los impuestos que deben pagar este año.
El ministro ha planteado reducir la elusión con mayores controles a las empresas familiares que asumen los costos y gastos de sus accionistas -hasta el mercado, ha dicho-. Es una medida conveniente y necesaria, pero no se sabe todavía si daría el monto de recursos nuevos necesario.
Se deben plantear propuestas diferentes y retomar algunas que ya han sido negadas en el Congreso por el cabildeo de los afectados. Para suscitar el debate se mencionan algunas:
Hacer progresivo el impuesto de renta a las empresas estableciendo un tope de unos $500 millones a la devolución del IVA a las compras anuales de bienes de capital de todas las empresas. Las pymes que inviertan hasta $2500 millones anuales recibirían el 100 % del IVA, y empresas más grandes con mayores inversiones recibirían un porcentaje menor.
Eliminar la exención del Impuesto de Timbre a las escrituras de compraventa de bienes inmuebles de valor superior a 10.000 UVT, con una escala progresiva de acuerdo al valor del inmueble. Este es un tributo de fácil recaudo que es utilizado en muchos países del mundo con tarifas hasta del 10 % o más.
Incluir a todas las iglesias dentro del régimen especial para las entidades sin ánimo de lucro.
Establecer regalías variables para minerales como el carbón o el oro que aumenten de acuerdo a las variaciones de sus precios internacionales.
¿Es posible que una reforma de este tipo sea aprobada en el Congreso? Muy difícil, pero en algún momento habrá que intentarlo.
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Adenda: ¡Volvamos a mi Cali Bella! La respuesta de los caleños y caleñas a esta campaña lanzada por el alcalde Alejandro Eder y apoyada por la Gobernadora Dilian Francisca Toro, abre una ventana de esperanza a que la recuperación de la ciudad sí es posible si se integran los esfuerzos de las autoridades, las empresas y sobre todo la ciudadanía.