Podrían ser los hermanos que, al estilo telenovela, son separados al nacer. Petro y Trump comparten múltiples rasgos de sus personalidades.
Megalómanos, que se sienten superiores a los demás y prefieren ser temidos a ser amados. Ególatras, con un alto concepto de sí mismos y poca empatía con los demás. Narcisistas, con necesidad de ser admirados y que les presten atención, por lo que están listos para la pelea.
Manipuladores, que no admiten crítica de ningún tipo y siempre disimulan sus errores, como consecuencia de esos rasgos, los dos son populistas y pretenden ganar el favor de las clases populares, en el caso de Trump, siempre que sean blancos, y en el de Petro, que no lo sean.
Autoritarios, con poder y control absoluto e imperial de todas las instituciones, e incapaces de trabajar en equipo y con alta dificultad para armar uno, de allí la alta rotación que tienen sus gabinetes ministeriales. Arrogantes, que creen tener una posición de superioridad frente a los demás, se rodean de personas que no les disputen ese rol.
Resentidos, se sienten maltratados por la sociedad y esto los lleva a ser vengativos, toda deuda deberá ser pagada, en el caso de Trump, reversando leyes y disposiciones de su antecesor, y en el de Petro, poniendo trabas al giro de recursos para algunas regiones, la suspensión de obras y el cierre de empresas de personas que financiaron a sus oponentes.
Mitómanos, una mentira repetida mil veces a través de sus redes sociales, se puede convertir en una verdad. Una vez lanzada al ciberespacio, ya no hay vuelta atrás. Fanáticos de sus posturas e intolerantes, con altísima necesidad de ser admirados, a los dos les encantan los discursos desde balcones, los dos hacen llamados a su pueblo para defender sus causas, los dos van hasta donde ‘su pueblo’ diga.
A todo eso hay que agregar que los dos son sordos, no escuchan a nadie, y además sufren de una extraña ceguera selectiva que los vuelve invidentes para lo que les conviene.
Los dos sufren severos delirios de persecución y ven condenas judiciales injustas y golpes blandos por todas partes, lo que refleja un distanciamiento de la realidad y una nula capacidad de autocrítica, ya que siempre se ven como las víctimas de componendas y conspiraciones.
Pero todo esto los lleva a puntos en común. Etnia, Trump con una América blanca y heterosexual; extractivismo, Trump para sacar todo el petróleo que pueda y Petro para dejarlo bajo tierra; patria, Trump dice hagamos de nuevo grande a América, y Petro Colombia potencia mundial de la vida.
Quién sabe que sorpresas nos deje esta relación, a veces los extremos terminan juntándose.