Es probable que la división de las sociedades en dos mitades casi iguales sea consecuencia del flujo de información por las redes. Al no haber una dirección que guíe, las opiniones se van distribuyendo a lado y lado de una línea imaginaria que las divide.

En Estados Unidos, en Colombia y en muchas elecciones honestas la división es tan exacta que se vuelve problemática, por la dificultad de definir el ganador. Por eso, independiente de la frustración del 50%, los resultados rápidos y contundentes evitan confusión y confrontación. Un conteo muy apretado y demorado, tenía el potencial de degenerar en violencia alentada por quien sin duda iba a gritar “¡fraude!” e iba a convocar a sus fanáticos a pelear infernalmente. “Fight like hell” fue el llamado en enero del 2021.

Inquieta la pregunta de lo que pasará con Colombia y lo más probable es que no mayor cosa. Primero habría que explicarle dónde queda y porque no es “Columbia”. Y en cuanto a diferencias ideológicas con Petro, también habría que explicar qué es ideología. Porque Trump no profesa ninguna, excepto el culto a sí mismo y su inmarcesible genialidad. Es un pragmático que solo ve a la humanidad en términos de transacciones, y es su habilidad para sacar adelante negocios lo que vale. Por algo escribió un libro que la promueve como arte.

Así que no hay que temer hostilidad. Él se entendió muy bien con AMLO, Putin, Kim y otros sátrapas, que lo supieron a lamber. Con Petro, que ya sacó la lengua, encontrará mucha afinidad. Ambos son narcisos irredentos, desprecian la democracia y sus instituciones, incluyendo el poder judicial y electoral, cuando no les favorece. Ambos son virtuosos de la mentira que usan para sembrar odio y crear divisiones generando desconcierto y relatividad moral y ambos usan turbas violentas para imponerse. Pero sigue siendo incierta su estrategia con una región que considera su patio trasero y a la que le da muy poca importancia.

Con relación al mundo, se debe reconocer que a pesar de su insufrible personalidad, no inició guerras durante su mandato y posiblemente termine la de Ucrania con una oferta que Zelenski no podrá rechazar. O entrega las provincias orientales o se queda sin apoyo. Apretará muy duro a Irán reduciendo los niveles de agresión en el Medio Oriente.

Contentos o no, Trumpeados quedamos y solo queda apegarse a lo positivo.