Se trata de unir en un corto texto varias propuestas para Cali de las que se ha escrito en esta columna por separado y repetidamente desde la primera de ellas, ‘La destrucción de una tradición’ del 04/05/1998, buscando precisamente la consolidación de una nueva tradición urbana que incluya el urbanismo, el paisajismo y la arquitectura en su planificación, lo que antes en la ciudad colonial y luego en la de tradición colonial, era parte de la cultura con la lengua y la religión.

Partir de la oficialización del área metropolitana de Cali, entre Yumbo y Jamundí, y entre el río Cauca y la Cordillera Occidental, y no confundirla con la subregión de ciudades del sur del valle geográfico del río Cauca, de la que formaría parte. Y realizar un gran parque metropolitano en los terrenos de la actual Base Aérea al extremo oriental del Centro Histórico de la ciudad, y, al otro extremo, unir el Parque del Acueducto con el Mirador de Belalcázar con un amplio paso peatonal y ajardinado sobre la Avenida de Circunvalación, conservando debajo la tradicional venta de mazorcas.

Consolidar en dicha área metropolitana de Cali algunas de las ciudades dentro de la ciudad que espontáneamente se han ido formando al norte, centro y sur, y al oeste y el este; y considerar a Yumbo y Jamundí como ciudades fuera de la ciudad separadas de esta por ‘cinturones verdes’ no urbanizables conformados por zonas verdes del lado de Yumbo, y tierras dedicadas a la agricultura y la ganadería entre Cali y Jamundí. Cinturones verdes que se podrían decretar de inmediato, pues pertenecen al Municipio de Cali y cuyo interés prioritario es su aspecto público y no el privado.

Dotar a todas esas ciudades dentro de la ciudad, de subcentralidades locales, pero solo donde hayan surgido y sean convenientes, o alrededor de centros comerciales ya existentes, completando en ellas el equipamiento urbano, privado y público, dirigido al uso cotidiano, que haga falta. Y alrededor de dichas subcentrealidades reorganizar estas ‘pequeñas ciudades’ a base de grandes súpermanzanas conformadas por cuatro o más manzanas existentes, permitiendo que en las calles que las cruzan solo haya tránsito local y preferencial para peatones y bicicletas por nuevos andenes y ciclovías.

Unir dichas ciudades dentro y fuera de la ciudad con los dos ejes urbano-regionales ya propuestos: uno norte-sur, de yumbo a Jamundí, prolongado a Cartago y al norte del país, y a Santander de Quilichao y al sur; y el otro, oeste-este, del Kilómetro 18 de la Salida al mar a la entrada a la Directa a Palmira a los dos costados del río Cali y al lado de su Centro Histórico, prolongado a esta ciudad y a Buenaventura, el puerto de Cali al Oriente, pero igualmente del Departamento del Valle del Cauca y del país todo. Ejes que se cruzan muy cerca del Centro Fundacional de Cali.

Desde luego que hay otras no pocas iniciativas sobre Cali, complementarias o independientes de esta propuesta integral, de las que también se ha escrito en esta columna por algo titulada ‘¿Ciudad?’; y lo mismo en Caliescribe.com que saldrán pronto publicadas en un libro, y sobre el Centro Histórico de Cali en el Chat del Centro, que también saldrán en otro libro más adelante. Obviamente, todo esto es pensar con el deseo; pero es el deseo de una ciudad debidamente planificada para una mejor calidad de vida, y de algo servirá haber escrito todas esas columnas.