Colombia atraviesa desde hace años una enorme división, surgida de las confrontaciones políticas o ideológicas, que cada día polarizan y desunen más al país. Se ve en las redes sociales, en las noticias, en las conversaciones diarias, donde las críticas desde una u otra corriente parecen no tener freno. Esa realidad, que toca a todas las esferas de la sociedad, ha alcanzado incluso al deporte nacional.

El fútbol, que parecía ser el espacio perfecto para olvidar, así fuera por un rato, tanto odio que se destila por todos lados, entró en la misma tónica por culpa de decisiones erradas que surgen desde el VAR en cada partido.

La herramienta tecnológica que comenzó a usarse primero en Europa, y que al fútbol colombiano llegó en el 2020, con la pretensión de ayudar a los árbitros y minimizar sus errores, no está haciendo la tarea encomendada.

Por el contrario, se está convirtiendo en un peligroso vehículo que divide más a los colombianos, en gran parte por la toma de decisiones que la mayoría de los hinchas consideran equivocadas.

Porque la posición que asuma el VAR en una jugada dudosa, inmediatamente está siendo vista por los aficionados como una clara persecución a su equipo y como un evidente favorecimiento al rival.

Se presentó el domingo pasado, cuando en el partido Nacional-América hubo una mano que el árbitro sancionó como penal para los rojos de Cali, pero al instante el VAR le recordó al central una parte del reglamento, llevándolo a echar atrás su decisión.

Eso generó una gran polémica y en redes sociales el debate entre aficionados americanos y nacionalistas pasó de castaño a oscuro, con amenazas de un lado y otro, con fuertes señalamientos hacia el árbitro y el VAR, y con la intervención de seguidores de otros clubes que aseguran que el fútbol colombiano sigue permeado por la corrupción, los apostadores y las mafias.

La polarización es evidente desde hace rato en este deporte; el odio entre hinchas, las amenazas de las barras bravas y los señalamientos después de una decisión del VAR cada día se normalizan más, lo que poco le conviene a un país de por sí dividido en otras esferas.

En el fútbol de Suecia los clubes y los aficionados se opusieron a la implementación de esta ayuda tecnológica después de ver los continuos errores en otras ligas europeas, lo que ha traído problemas de orden público en varios de esos países.

Colombia va camino a votar por la no utilización del VAR. El martes, durante la asamblea de la Dimayor, ya se dio un primer paso en ese sentido, a través de la propuesta de varios equipos.

La solución para un mejor manejo de esta herramienta es la capacitación y la unidad de criterios de quienes la tienen a cargo en cada partido. Pero si persisten los errores, lo mejor para un país dividido como Colombia es quitar el VAR, para minimizar la alta dosis de confrontación que ello produce entre los aficionados.