En 1957, en una entrevista con la revista deportiva France Football, el escritor, filósofo y periodista Albert Camus, Premio Nobel de Literatura, pronunció la que pasaría a la historia como una de sus reflexiones más célebres: “Todo cuanto sé con mayor certeza sobre la moral y las obligaciones de los hombres, se lo debo al fútbol”.

Sus palabras suelen recordarse en la antesala de los grandes torneos del deporte más popular del planeta y son, por esa misma razón, la mejor manera de darle la bienvenida a la edición 48 de la Copa América, inaugurada anoche en Atlanta, Estados Unidos. Con este, el torneo más antiguo de cuantos existen, regresa la gran fiesta del fútbol, que tantas emociones ha prodigado a la humanidad o largo de la historia.

Es una competencia de altísimo nivel que, en la presente edición, reviste una especial importancia para nuestro país. Porque la Selección Colombia, que solo ha conquistado el título una vez -en 2001, bajo la conducción técnica del inolvidable Francisco Maturana-, tiene opciones reales de volver a ganarlo luego de 23 años.

Es una posibilidad basada en las cifras, más que en el natural optimismo que suele desbordarnos cuando juega el equipo nacional. En efecto, Colombia es la única selección del mundo que ha logrado mantenerse invicta desde el 2023 hasta la fecha y acumula 20 partidos sin perder, algo que no ocurría hace mucho tiempo.

Tales resultados confirman que la Federación Colombiana de Fútbol no se equivocó al elegir al técnico argentino Néstor Lorenzo para retomar el camino, después del fracaso que representó no clasificar al Mundial de Qatar 2022. Heredero del exitoso proceso que lideró su compatriota Néstor Pékerman -quien logró llevarnos hasta la instancia de cuartos de final en el inolvidable Brasil 2014-, Lorenzo ha sabido crear las condiciones para tener de nuevo una Colombia ganadora.

Su liderazgo sereno y analítico supo congregar y equilibrar el relevo generacional que se ha dado en el fútbol colombiano en los últimos años, con lo mejor de ese pequeño grupo de ‘históricos’ que brilló en la última década. Es así como hemos podido ver la magia de nuevas figuras como Luis Díaz, potenciada por la sabiduría de experimentados como James Rodríguez. Por supuesto, lograr de nuevo el anhelado título de la Copa América no será tarea fácil, pues de entrada Colombia tendrá que enfrentarse a dos equipos de gran nivel -Brasil y Paraguay- y a Costa Rica, que suele ‘crecerse’ en torneos internacionales

Pero este equipo recoge muchas de las mejores características de la identidad colombiana: motivación, capacidad de trabajo, sacrificio y un amor incondicional por la camiseta y lo que ella representa. Ese ha sido, en realidad, el secreto detrás de sus impresionantes resultados.

Por eso vale la pena que, a propósito del reto de nuestra Selección en la Copa América, reflexionemos sobre lo que los colombianos podemos lograr cuando nos unimos en torno a propósitos comunes. El fútbol debe ayudarnos a superar las fronteras de odio y desconfianza que nos separan. Porque también lo dijo Camus: “La bandera de la Patria es la camiseta de la selección nacional de fútbol”