El sector de El Calvario y San Pascual, en el centro de Cali, es uno de los puntos que desde hace años necesita de la mano del Gobierno local y el apoyo de los caleños para mejorar su cara, que hoy transmite inseguridad y poco sentido de pertenencia.
El proyecto de Ciudad Paraíso avanza en la zona, con el Búnker de la Fiscalía construido en un 80 %, la obra de la Estación Central del MÍO que debería arrancar en noviembre de este año, la segunda torre de apartamentos de Paraíso Central vendida ya en un 50 % y el centro comercial Paraíso también en su periodo de venta de espacios. Los proyectos constructivos caminan a buen ritmo, pero ese sector necesita más acciones.
La intervención en la zona no puede ser solo paisajística, porque de poco sirve transformar la fachada de la casa cuando su interior necesita profundas reformas. La seguridad debe ser una prioridad, lo que implica combatir las redes de microtráfico y la delincuencia que azotan al sector.
También hay que hacerle frente a uno de los problemas sociales más complejos, el del alto número de habitantes de calle que se refugian allí., como es necesario darle solución a la invasión desmedida del espacio público. Todo ello debe acompañarse con un proceso de resignificación del sector, para que los caleños lo empiecen a ver como un espacio dotado de oferta cultural y de servicios para que crezca el interés de visitarlo.
La recuperación del Centro, que debió empezarse hace años, no se logrará en los cuatro años de la presente Administración Local. Sin embargo, hay acciones que se requieren de inmediato y permitirán avanzar en ese propósito.
Poner orden en materia de seguridad, con operativos que permitan desmantelar el microtráfico y las bandas delincuenciales que provocan terror en el sector, es una prioridad. En ello puede ayudar el triángulo que formarán el Palacio de Justicia, el casi terminado Búnker de la Fiscalía y una renovada estación de Policía de Fray Damián.
En cuanto a los habitantes de calle, no bastan los programas asistencialistas. Hay que buscar soluciones de fondo que permitan, en lo posible, el retorno con sus familias o planes que faciliten su rehabilitación, brindarles un techo, seguridad alimentaria y oportunidades para que consigan ingresos económicos.
Por otro lado, el espacio público se debe administrar con reglas claras y se le debe devolver a sus legítimos dueños, que son los ciudadanos. Una posible solución es crear zonas de comercio regulado, en las que se entregue un espacio bien definido para cada emprendimiento y cada uno se comprometa a aportar al orden y la limpieza, algo que tendría que ir amarrado al nuevo Plan de Ordenamiento Territorial (POT) que debe estar listo este año.
Por último, la nueva identidad que se le quiere imprimir al sector debe ser un proyecto ambicioso fijado en el mismo POT. La transformación física que otorgará Ciudad Paraíso ya brinda posibilidades que deben ser aprovechadas con diversidad de actividades promovidas desde el Gobierno local para el centro de la ciudad. Cali se merece que su epicentro esté en orden, bien organizado y sea un lugar seguro.