La COP16 es el evento internacional de mayor trascendencia que ha recibido Colombia en su historia reciente y Cali, su sede oficial, se ha preparado a conciencia para ser la anfitriona de los 12.000 visitantes, provenientes de 196 países, que se calcula arribarán a la ciudad en el mes de octubre. Para que la cumbre transcurra con normalidad, tanto las autoridades del orden nacional, como las departamentales y locales han garantizado la seguridad.
Durante la Conferencia de las Partes sobre la Biodiversidad, uno de los dos encuentros periódicos mundiales de protección al medio ambiente que convoca Naciones Unidas, se discutirá sobre las decisiones que la humanidad debe adoptar o ratificar aquellas que está desarrollando para detener el daño causado al Planeta. La diversidad biológica es fundamental en ese propósito, por lo cual es indispensable proteger a las especies de fauna y flora que habitan La Tierra, así como sus hábitats y con ello preservar los múltiples beneficios que le aportan a la población mundial.
Esta COP será, así mismo, el espacio para abrir los debates participativos de las comunidades, en particular de aquellas que han sido las guardianas ancestrales de la conservación de la biodiversidad alrededor del Orbe. A ello se unirán las muestras de negocios verdes, los lugares donde se podrá disfrutar de las expresiones culturales que representan a Colombia y en particular al Pacífico, al igual que una amplia agenda académica que se desarrollará a la par con las reuniones en las que los representantes de los Estados tomarán las decisiones.
Un encuentro de tales características necesita convocar a la unidad de todo un país, desde las diferentes posiciones políticas, ideológicas, sociales y económicas, en el propósito de garantizar su éxito. Por ello mismo, la sociedad no se puede prestar al juego de quienes pretenden sembrar mantos de duda sobre la organización o mucho menos amenazar para generar zozobra sobre la seguridad de la COP 16 en Cali.
Es cierto que existe una situación de orden público compleja en cercanías de la capital del Valle, pero también lo es que la Policía, las Fuerzas Militares y las autoridades locales y regionales están comprometidas con la protección de la ciudad y del evento magno que albergará. Sin duda, hay que aumentar la vigilancia, blindar el perímetro local y departamental durante los próximos meses, en especial entre el 21 de octubre y el 1 de noviembre, fecha de la cumbre mundial.
Ello se logrará con la llegada de 4.000 efectivos más de la Fuerza Pública y con el refuerzo de los batallones del Ejército que operan en la región, tal como se ha comprometido el Gobierno Nacional. Así mismo, los caleños y vallecaucanos deberán apoyar esa labor, denunciar o alertar sobre situaciones que puedan considerar sospechosas, para que así los organismos de seguridad puedan actuar con agilidad y eficacia.
Hay que estar unidos por Cali, para que nadie consiga sembrar dudas, empañar la imagen o lanzar amenazas sobre la ciudad como anfitriona de la cumbre mundial de la biodiversidad, COP16.