Aunque el Gobierno sigue celebrando la aprobación de la reforma a la salud en la Comisión Séptima de la Cámara, lo cierto es que a esa iniciativa aún le faltan tres debates para convertirse en ley: uno en la plenaria de la Cámara y dos en el Senado, donde las cuentas no están nada fáciles para el Ejecutivo.
“En el Senado, espero que la sensatez y la cordura sean las que reinen y pueda archivarse ese proyecto de ley, porque no encuentro posibilidades que generen consenso frente a lo que quiere el Gobierno”, señala Carlos Fernando Motoa, integrante de esta corporación.
Para el politólogo Fernando Giraldo, “Gustavo Petro tendría que hacer todo lo posible para que ninguno de los senadores, distintos a los de Cambio Radical, el Centro Democrático y los partidos Conservador y la U, voten en contra del proyecto, porque, de justeza, lograría 54 votos de 107 senadores”.
“Cualquier mala jugada del Presidente, perdería uno o dos senadores y se quedarían sin las mayorías. Además, la oposición no podría votar en contra mayoritariamente, pero sí le podría impedir al Gobierno que lo logre, y aquí el tema no es si la oposición tiene o no la mayoría, sino que el Ejecutivo las logre, y hoy en el Senado no veo que las tenga”, añade.
En cuanto al Partido Liberal, la votación es aún más incierta, explica el politólogo, ya que, pese a que gran parte de la bancada le es leal al expresidente César Gaviria, hay un sector que se empieza a apartar hacia el lado de Luis Fernando Velasco, nuevo ministro del Interior.
“Hasta hace un mes la mayoría de los senadores liberales eran cercanos a César Gaviria y antigobierno. Sin embargo, tras la recomposición del Gobierno, es mayoritariamente de izquierda y de centro izquierda, así como del sector provincial del Partido Liberal encabezado por Luis Fernando Velasco, que tendría la mitad de la bancada de su lado”, explica Giraldo.
En ese sentido, Motoa, de Cambio Radical, menciona que “en el Senado las cuentas podrían estar aproximadas a que se logre la aprobación. Pero confío en el comportamiento de algunos liberales y conservadores que han alertado sobre esta reforma a la salud. Ahí será más complicada la aprobación del proyecto, y pensaría que va a ser archivado”.
Ahora bien, sobre cómo se daría la votación en la plenaria de la Cámara, que se espera se inicie la próxima semana, el politólogo Giraldo augura un panorama un poco más alentador para el Gobierno Nacional.
Explica que “para ser aprobada, necesitaría 94 votos a favor, y el Gobierno hoy tendría entre 98 y 100 votos de los 183 representantes que integran esa corporación, porque gran parte de la bancada liberal acompaña al Ejecutivo. De los 33 representantes, 25 son proclives a apoyar la reforma, ya que son seguidores de Velasco”.
Asimismo, para el senador Motoa “en la Cámara definitivamente tiene los votos por el apoyo de los partidos de Gobierno. Aunque hoy la situación del Partido de la U es confusa, porque se ha declarado independiente, pero sigue votando las iniciativas del Presidente, así como el Liberal, que sigue en la coalición”.
Además, las fuentes señalan que el texto del proyecto que se va a debatir es poco coherente, dadas todas las modificaciones que se le hicieron en la Comisión ante las propuestas que presentaron algunos partidos.
De hecho, como resultado del primer debate, se eliminaron 9 de los 139 artículos presentados y se incluyeron 14 más. También es incierto si la iniciativa alcanzará a estar lista antes de que termine este periodo legislativo.
“Va a haber artículos que presentó el Gobierno, a través de la exministra Corcho y algunas proposiciones muy sutiles que presentaron los partidos políticos, por lo que va a ser un texto bastante disímil. Van a existir normas incongruentes y va a ser difícil su interpretación cuando llegue al Senado”, indica Motoa.