Aislar el balance económico del primer año de Gobierno de Gustavo Petro de la crisis que atraviesa su administración es complicado, pues los vasos comunicantes entre gobernabilidad, reformas y liderazgo del Ejecutivo para sacar la economía adelante son elementales.

En ese sentido, uno de los que salió en su defensa, fue el senador Iván Cepeda, quien destacó el “planteamiento del Acuerdo Nacional, implementación del Acuerdo de Paz, avances con el ELN, acercamientos con disidencias, procesos de paz urbana”, en su cuenta de Twitter.

Igual hizo el exsenador Roy Barreras, quien publicó: “Hace un año tuve el honor de posesionar al presidente de la República, Gustavo Petro. Las voces de Casandra pronosticaban crisis económica, fuga de capitales, imaginarias expropiaciones, constituyentes autoritarias, rupturas institucionales. Su oficio maledicente ayer como hoy es sembrar el caos, mentir y sembrar miedos”.

Presidente Gustavo Petro | Foto: Presidencia

Esas narrativas negativas y perversas se reproducen incluso por gentes de buena fe que las repiten porque el miedo a “una catástrofe” se propaga fácil. Pero la verdad es otra: Nada de eso ocurrió. Hoy, a #UnAñoDeLogros, una economía estable, inflación controlada, desempleo a la baja, dólar a 4.000, crecimiento esperado, regla fiscal respetada a pesar de macro deuda heredada , respeto a las instituciones y a la justicia a pesar de las dolorosas circunstancias y de los inmisericordes ataques, liderazgo internacional (Reino Unido comprometido con transición energética donará 13 millones de libras para reforestación amazónica, la deforestación frenó!)”, agregó.

“Falta mucho por hacer y más por corregir. El año del diálogo y del Acuerdo Nacional que supere la polarización debe iniciar por el bien de Colombia. Las instituciones prevalecerán!”, puntualizó.

Mientras que una crítica vino por parte de la congresista del Centro Democrático, Paloma Valencia, quien acusó al presidente de haberse “embelesado escuchándose a sí mismo. En sus discursos mezcla los retos mundiales del calentamiento global, con fantasías -mal construidas-de lo que quiere hacer con Colombia -que como todo lo nuevo-, en la que considera que no hay nada. Por eso, crea, para esa nada, unas soluciones apenas esbozadas que después recogen en proyectos de ley, repletos de buenas intenciones pero absolutamente carentes de técnica y de realidad”.

“Por eso, el gobierno se ha convertido en una amenaza destructiva. Desconoce la necesidad de construir sobre lo construido, la paciencia con la que la política pública se debe ajustar permanentemente y ojalá de manera ágil, para estar siempre en la solución de los cambiantes problemas sociales”, explicó.

Y señaló que en el país la seguridad en el país se ha deteriorado. “El gobierno renunció a la lucha contra las drogas, firmó ceses al fuego con ELN, disidencias y grupos armados que fracasaron y que pese a ello, siguen renovándose. Benefician solo a los violentos, que han ido ampliando su control territorial, ejerciendo no solo violencia sino extorsión y hasta carnetización de los habitantes. Las fuerzas armadas están desmoralizadas y perseguidas, con un ministro que poco entiende de seguridad”.

Atacó además la reforma a la salud que propone el Gobierno, y los peligros que supone la misma, así como el deterioro en el sector de hidrocarburos, y el incremento de la burocracia.

“El aumento de la burocracia ha sido otro propósito de este gobierno. Crearon un nuevo ministerio- de igualdad- con cinco viceministerios. Los gastos de personal para 2023 en todo el gobierno alcanzarán los 3,8 billones, cuando en 2022 fueron 1,5 billones. Un aumento del 153%. Esto sumado a una reforma tributaria que le quitó al sector productivo 16,9 billones de pesos”, puntualizó.