Hace más de 8 años, el hoy presidente Gustavo Petro, durante su segunda campaña presidencial en 2018, fue convocado a la Iglesia del Voto Nacional por quienes entonces tenían reservas frente a su campaña. En ese momento, el Partido Verde de Angélica Lozano, Claudia López y Antanas Mockus convocaron al candidato para que en varias piedras talladas hiciera varios compromisos. El segundo de esos acuerdos era: “No convocaré una Asamblea Constituyente”.
“¿Petro se compromete usted a no convocar una asamblea constituyente?”, le preguntó el entonces excandidato Antanas Mockus. Sí, dijo el entonces candidato, y a defender a fondo la Constitución de 1991. Tras la frase, el aplauso y la celebración de la entonces precandidata a la alcaldía de Bogotá, Claudia López, no se hizo esperar. Cabe anotar que por esa época Ángela María Robledo era la candidata a la vicepresidencia de esa campaña.
Entre los otros acuerdos a los que se comprometió el entonces candidato estaba “no expropiar; manejar los recursos públicos como recursos sagrados; impulsar la iniciativa privada, el emprendimiento y la formalización; garantizar la democracia pluralista y el respeto a la diversidad; respetar el Estado Social de Derecho; respetar el acuerdo de paz”.
Además, en ese momento el compromiso también era “nombrar a los más capaces; garantizar la igualdad de género; impulsar el tránsito ordenado a las energías limpias; impulsar la educación pública gratuita y de calidad para todos los colombianos; y garantizar el cumplimiento de los resultados de la consulta anticorrupción”.
Muchas cosas han cambiado en ese momento en el que Antanas Mockus se unió a esa campaña junto a Claudia López. De hecho, la entonces precandidata dijo que “venimos a ofrecer lo único que podemos prometer como ciudadanos, aunque ninguna de las dos opciones nos parecían convenientes (Iván Duque y Gustavo Petro), creemos que las diferencias que tenemos con ambas no son equivalentes. La opción que representa Iván Duque, que patrocina Álvaro Uribe representa un enorme riesgo para Colombia, no solo por su pasado de abuso, corrupción, compra de votos, falsos positivos, violencia y polarización. si no por lo que representa hoy el uribismo”.