Como exviceministra de Minas y Energía, ¿qué opina de la política de transición energética de este Gobierno y de la decisión de no hacer nuevos contratos de exploración?
Creo que no es un camino sensato. La transición energética es necesaria y allá tenemos que llegar. Pero un país como Colombia, donde buena parte del recurso público viene del petróleo, el carbón y del gas, no puede cerrar la llave de lo que nos ayudará a salir de la pobreza y hacer todo lo que queremos hacer.
Desde que estaba en el Ministerio, hablábamos de hacer las cosas bien, cuidando el medio ambiente. Hay unas consecuencias normales de la explotación, pero decir no a más exploración, es impensable. Los minerales son fundamentales para esa transición enérgética, ellos la financian. Cuando uno escucha la noticia de lo que pasó en La Guajira, que se dijo no a la construcción de un parque eólico, me pregunto: ¿en qué es que estamos? Pienso que es un error y una equivocación parar la firma de nuevos contratos de exploración. Además, nuestra matriz energética es limpia. Ojalá el Gobierno entienda que ese no es el camino.
Uno de los grandes logros de Propacífico es Compromiso Valle. Cuéntenos de esta iniciativa...
Hace dos años estábamos en el estallido social y cada uno, desde nuestra esquina, lo vivimos; no cesaban los bloqueos y, después de ver qué no pasaba nada, un grupo de empresarios se dedicó a entender las diferencias entre los distintos actores sociales y a dialogar para generar propuestas en busca de una Cali mejor. Unos con la ‘primera línea’ y otros con los ‘burgueses’, donde escuchamos historias duras y aprendimos a ponernos en los zapatos del otro.
De esas conversaciones se concluyó: en los bloqueos comían mejor que en la casa, muchachos con una realidad muy compleja con falta de educación y sin empleo. Gracias a Compromiso Valle, a la fecha hemos empleado a 2160 jóvenes en diferentes empresas para que se desempeñen como operarios y vendedores. Lo que hemos hecho con ellos, es visibilizarlos y darles las herramientas para que salgan adelante.
¿Cuántas personas se han beneficiado con Compromiso Valle y cuántas empresas de hacen parte de esta iniciativa?
Tenemos 50.000 participantes, porque beneficiados son muchos más, y la primera soy yo. En total son 440 empresas trabajando en esta iniciativa, más de cien fundaciones, 25 fundaciones empresariales y familiares. Este trabajo es único en Colombia y en el mundo.
Hablemos de proyectos. Yo me temo que el tren de cercanías lo van a ver funcionando los nietos de Emilia, mi nieta...
Este es un proyecto que arrancó hace seis años y que en este momento está terminando su etapa de factibilidad, que nos dirá adónde van a ir las estaciones, qué rutas va a tener, cuánto cuesta. Estos estudios los está adelantando la Financiera de Desarrollo Nacional con recursos del Gobierno inglés, del Gobierno Nacional y de los gobiernos de Jamundí y Cali y la Gobernación del Valle. Se espera que esta etapa de factibilidad se termine a finales de julio para que el Gobierno nos dé el aval técnico y el aval fiscal. La meta es que el próximo año estemos terminando de contratar y firmando el acta de inicio.
¿Cuándo estaría rodando el tren?
Esperamos que en dos o tres años.
¿Cuáles serían las rutas?, ¿cómo va a funcionar?
Muchos de esos detalles nos los dará la factibilidad en el mes de julio. Seguramente las alcaldías y la Gobernación harán un evento muy grande para contarle a la ciudadanía. Este es un tipo de proyecto que nos pone a soñar. Este tipo de eventos nos cambia la mirada. El tren es necesario porque es un elemento integrador. Por eso la primera línea será Jamundí, donde está la mayor demanda.
Posiblemente después seguirá para Yumbo, Palmira y el aeropuerto. Se conectará con las otras ciudades y se conectará con el transporte integrado. Cuando el tren llegue, esta ciudad y esta región va a ser otra.
Usted qué piensa del MÍO. Hay gente que cree que ya no es necesario en la ciudad...
Tener un sistema de transporte masivo de movilidad es importante. Tener una cantidad de motos y carros andando y cada vez creciendo más, es un daño para el ambiente y para la movilidad. Justamente parte de lo que también este Gobierno y en general los gobiernos han incentivado, es el sistema de transporte eléctrico. Pensar en no tener un sistema de transporte masivo no es una alternativa.
El MÍO, como todos los sistemas de transporte de Colombia, empezó con una deficiencia estructural y es que pretendían que fueran autosostenibles, lo que es imposible y no pasa en ninguna parte del mundo. El transporte es un servicio esencial que hay que subsidiar como la educación y la salud.
Antes de la pandemia estaba avanzando, pero vino esa hecatombe y el sistema se derrumbó. Hoy, efectivamente ofrece un mal servicio y los problemas que tiene es un tema interminable, pero no ofrece una alternativa de solución clara. En la medida en que los usuarios no tengan un buen servicio, buscan otras alternativas, sea la moto o el pirata. Necesitamos que Metrocali lidere esas medidas, porque es un hecho que el MÍO no cubre toda la demanda.
Estoy convencida de que si los usuarios tienen un buen servicio, se bajan de la piratería. Ese es el verdadero reto. Necesitamos tener un plan para fortalecer lo que funcione, arreglar lo que no funcione y que, por favor, tengamos un buen sistema para los caleños que merecen un buen sistema de movilidad.
En materia de infraestructura, ¿cuáles son las prioridades que debe asumir el próximo Alcalde de Cali y el próximo Gobernador? ¿Veremos algún día la vía Mulaló–Loboguerrero?
Lo que hemos trabajado y que quedó establecido en el Plan Nacional de Desarrollo, es la vía Buga-Buenaventura, que ya está concesionada. La Mulaló-Loboguerrero es un proyecto que está contratado y estamos a la espera de que se den las soluciones a las inconsistencias. Lo cierto es que hay que arrancar.
La profundización del dragado de Buenaventura es otro tema importante que ha tenido un retroceso, pero este Gobierno nos ha dado un plan de trabajo donde pretende hacerlo por obra pública, con unas fechas, y en eso estamos con el Bloque Parlamentario y los gremios, luchando para hacer este proyecto una realidad.
Otra obra es la de los aeropuertos Alfonso Bonilla Aragón y de Buenaventura, donde hay una nueva concesión que se encargará de hacer las obras de ampliación del Bonilla y la construcción del de Buenaventura, con unos inventivos claros para traer más aerolíneas. Tenemos proyectos regionales como la conexión Pacífico–Orinoquía y la Cali-Rumichaca.