Desde finales de marzo pasado el Congreso de la República fue habilitado por el presidente Iván Duque para sesionar de forma virtual en el marco de la emergencia sanitaria, pero fue solo hasta mitad de abril cuando el Senado y la Cámara de Representantes empezaron a reunirse formalmente vía internet.
Luego de un mes de esta dinámica en el Legislativo, recopilamos los hechos más importantes, entre los más y los menos.
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Arranque y procedimiento
La demora en arrancar se dio en particular porque la regulación para operar de forma virtual no era clara, contrario a lo que sí pasó en otras ramas del Estado, en especial la judicial, en donde las altas cortes (Constitucional, Consejo de Estado, Corte Suprema y la JEP) no pararon y siguieron produciendo definiciones.
Con casi ese mes perdido completando un protocolo de trabajo, los congresistas al fin decidieron sesionar de manera formal, sin embargo, el mayor inconveniente siguió siendo el procedimiento que se tendría para votar las leyes y las reformas constitucionales, en particular por la seguridad que tendría el uso de las plataformas virtuales.
Tras algunas sesiones de ensayo, el Senado de la República se decidió por la plataforma Zoom, mientras que en la Cámara se quedaron con G-Suit.
Pese a ya tener claro la plataforma sobre la que iban a trabajar, las decisiones legislativas tan solo se empezaron a dar hasta comienzo de mayo pero no en una plenaria sino por una comisión, la Primera de la Cámara de Representantes, la de asuntos constitucionales, y precisamente lo hizo con dos actos legislativos, el que crea la cadena perpetua en el país para asesinos y violadores de menores de edad y el que crea la región administrativa central para Bogotá y Cundinamarca.
Mayor intensidad
El hecho de que solo hasta ese momento se empezó a votar, no significó que los senadores y representantes hayan estado lejanos de su actividad legislativa, por el contrario en esta ocasión han sesionado más que de costumbre, de lunes a viernes, incluso hasta los fines de semana.
El presidente del Senado, Lidio García, al respecto, señala que se ha “logrado una alta presencia de los senadores al momento de sesionar más de cien y las sesiones se han extendido más de diez horas en muchas ocasiones”.
Una opinión similar la expresa el presidente de la Cámara, Carlos Cuenca, quien dice que en la plataforma permanecen conectados en promedio más de 160 representantes de los 172 de la corporación.
Aunque la Cámara inició sesiones semipresenciales, el éxito de las reuniones remotas es algo que por ahora pocos sectores políticos se atreven a discutir.
Control político
El seguimiento a las normas expedidas en medio de la pandemia en virtud de las dos emergencias económicas, es lo que más ha preocupado a varios congresistas, en especial de parte de la oposición y de algunos independientes.
El representante a la Cámara, Alejandro Carlos Chacón, al respecto asegura que “el Congreso no tiene que perder su facultad constitucional de hacer el control político al Gobierno. Los decretos legislativos no se han discutido en el Congreso, porque no se ha definido un mecanismo de sesiones definitivo”.
El senador del Centro Democrático, John Harold Suárez, al hacer el balance de las sesiones virtuales, sostiene que “estamos frente a uno de los mayores desafíos de la historia, pues al principio se pensó que las sesiones virtuales iban en contravía de la normatividad, y aún más grave de la Constitución, pero superando esos debates jurídicos fuimos llamados a sesionar”.
Suárez, sí considera que los debates han sido de control político a los ministros tanto en comisiones como en la plenaria, “la mejor prueba fue el debate de la últimas sesión de la plenaria, en donde fueron citados por la oposición los ministros de Hacienda, Alberto Carrasquilla, y de Salud, Fernando Ruiz. Desde ese recinto virtual se han presentado propuestas que el Gobierno Nacional las ha acogido”.
Votaciones en la Cámara
Los proyectos votados hasta ahora solo se han dado por parte de la Cámara de Representantes, en algunas comisiones, como en la plenaria. En esta última, las aprobaciones se dieron el viernes cuando además se realizó la primer sesión semipresencial en la historia de esa corporación.
Aunque se había aprobado hace dos semanas una proposición en la que se prohibía asistir físicamente al Congreso, la semana pasada se modificó para que arrancaran las sesiones semipresenciales. Solo fueron los representantes que se habían acordado por cada bancada.
En la Cámara se han realizado cerca de 80 encuentros virtuales en comisiones y plenarias, priorizando los debates de control político al Gobierno Nacional, sobre las medidas tomadas frente a la emergencia por el Covid-19. Las sesiones han sido además transmitidas a través de YouTube, garantizando así que la opinión pública tenga acceso a la actividad legislativa que realiza la corporación en época de cuarentena
En el Senado
En esta corporación, su presidente, Lidio García, se quiere ajustar a las normatividades de los protocolos de la cuarentena, y por eso le pidió en carta al presidente de la República, Iván Duque, como también al ministro de Salud, Fernando Ruiz, que emitan una normatividad especial para que el Congreso pueda sesionar de manera presencial.
El senador lo que busca es levantar las restricciones que hay para reuniones de más de 50 personas en un mismo recinto al mismo tiempo. Esa corporación legislativa tiene 108 integrantes, y aunque varios de ellos no pueden asistir por situaciones médicas o por ser mayores de 70 años, más de la mitad sí podrían ir a la sesión presencial.
Según el presidente del Senado, “tenemos que cumplir y no podemos violar las medidas sanitarias establecidas. Nosotros queremos hacer nuestras sesiones presenciales, pero no puedo poner en riesgo a los senadores, ni a los empleados del Congreso. No voy a violar lo establecido en el Decreto”, señaló
Polémica
La discusión en sesión semipresencial de la Cámara de Representantes, el viernes pasado, sobre el proyecto de ley que busca consagrar al carriel antioqueño como patrimonio nacional levantó múltiples comentarios y una fuerte polémica pues, aseguran, hay “otros proyectos más urgentes” en medio de la crisis por la pandemia del Covid-19.