ejos de calmar las aguas generadas durante su visita a Cali, donde habló de la posibilidad de una constituyente, la tensión no ha dejado de aumentar alrededor del gobierno del presidente Gustavo Petro, máxime cuando esta semana anunció la intervención de dos de las EPS más grandes del país en medio del hundimiento en el Congreso de su polémica reforma a la salud.
Y aunque desde algunos sectores se ha asegurado que el panorama es “muy aterrador” y hasta empiezan a tildar al Mandatario de “dictador”, por su intención de reordenar del sistema de salud “de golpe”, para otros su actitud “revanchista” solo es un nuevo intento por mantener agitadas sus bases.
“Es importante decirle a la gente que hay que salir a reclamar sus derechos y decirle a Petro que necesitamos que escuche a toda la otra mitad del país que no votó por él. Lamentablemente, este es un gobierno en que el Presidente actúa como un dictador”, dijo la representante a la Cámara por Cambio Radical Carolina Arbeláez.
“En lugar de ser un constructor, como fue visto por sus once millones de electores, con las últimas actuaciones lo estamos empezando a ver como ‘Petro, el destructor’, pues está liderando a su equipo para desmantelar y reestructurar, a su manera, las instituciones y la comunidad, atacando los valores de la democracia, y polarizando aún más al país”, advierte la analista política Astrid Camelo.
“Petro y sus funcionarios parecen más interesados en imponer una agenda ideológica, incluso si eso implica saltarse procedimientos y desconocer a otras instituciones”, agrega.
Asimismo, el constitucionalista Juan Manuel Charry señala que buena parte de la estrategia del Mandatario “es responsabilizar a terceros por la incapacidad que tuvo de mantener las coaliciones y sus fracasos en el Congreso. Tuvo una primera reacción que fue la constituyente, y hoy acude a un escenario político donde se siente más cómodo, que es detrás del micrófono, la arenga, el discurso de oposición y acudiendo a sus bases”.
“El Jefe de Estado está acudiendo a ese método para fortalecer su imagen política, que está deteriorada por su falta de logros en el escenario democrático del Congreso”, añade.
De hecho, como en otras ocasiones, el pasado viernes Petro invitó a “trabajadores y pacientes de clínicas privadas y hospitales públicos, a los que las EPS les han incumplido sus pagos, a prepararse para la movilización por la salud. Ejerzamos el poder constituyente, que la voz de la gente decida”, aludiendo a su propósito de avanzar en el contenido de la fallida reforma.
“Hay que preocuparse porque él no logra encontrar el camino para realizar sus programas de gobierno ni logra entenderse con los distintos sectores. Entonces, busca medidas de último momento, que puedan sobrepasar esos obstáculos”, analiza Charry.
Un ejemplo es que, ante la incertidumbre que se generó en los más de 26 millones de afiliados a Sanitas y la Nueva EPS, que ahora son responsabilidad del Gobierno tras su toma de posesión, el anuncio del Ejecutivo fue decir que asumía “su función constitucional de reordenador del sistema de salud”, encendiendo aún más las alertas en las EPS que se mantienen.
Sin embargo, para el analista político Álvaro Benedetti, “a Gustavo Petro no le interesa dejar de emitir alarmas con su discurso y con las decisiones que toma, porque parte de lo que le interesa es mantener agitada su base electoral de cara a generar expectativa para las presidenciales”.
Explica que, “cuando se agitan los debates en torno a ciertas polémicas que pueden concentrar la atención, hay otras que pierden la atención. Entonces, de eso se trata lo que hace y con eso han jugado también (Juan Manuel) Santos, (Iván) Duque y todos los presidentes juegan con la opinión pública de la misma manera”.
Lo anterior podría explicar todas las veces en las que el Mandatario ha salido a retractarse luego de hacer aseveraciones que generan ‘huracanes’ en la opinión, como sucedió cuando habló de su reelección y hasta con la misma propuesta de la constituyente.
“Una exageración”
Según Benedetti, “es una absoluta exageración hablar de un giro hacia la dictadura por algo tan absolutamente trivial en el marco del debate”.
“No es un llamado a cerrar el Congreso o algo por el estilo, o a tomar decisiones arbitrarias frente a un sistema que hasta el día de hoy todavía tiene un montón de empresas operando, tal vez no en las mismas condiciones de hace unos años, pero en todo caso operando y utilizando los recursos públicos”, anota.
Para él, lo que el Presidente trató de argumentar tras la caída de la reforma a la salud es que “las EPS iban a ser defendidas en esa iniciativa con la permanencia en el mercado, pero, al no haberse aprobado en el Legislativo, van a quebrar más fácilmente”.
De su lado, el constitucionalista Charry analiza que “lo que ocurrió con las intervenciones a las EPS habrá que analizarlo para ver si se tomaron adecuadamente las decisiones. Esperaremos lo que digan los jueces, cuando se acuda a ellos, sobre si hubo irregularidades y si son aceptadas”.
Ese proceso ya está en marcha por parte de la Procuraduría, que el pasado jueves anunció la apertura de una investigación contra el superintendente de Salud, Luis Carlos Leal, por presuntas irregularidades presentadas en la intervención de la EPS Sanitas el pasado martes, así como en la designación de su agente interventor, Dúver Dicson Vargas.
De acuerdo con la indagación, esa toma de posesión se podría deber a una falsa motivación consignada en la resolución que ordenó la intervención.
“Petro y su gabinete parecen empecinados y enceguecidos en querer abordar todo de manera unilateral, despreciando oportunidades para buscar alternativas que permitan construir consensos y soluciones más integradoras para el país, que atraviesa hoy una delicada coyuntura de gobernabilidad”, anota la analista Camelo.
Finalmente, Charry sugiere que Petro “debe buscar entendimiento, porque hasta el momento está marcando un camino distinto ante la ausencia de consensos. Pareciera buscar el sendero de la imposición de decisiones, pero si funcionan los pesos y contrapesos en el país, no va a tener resultados exitosos”.
Y agrega: “Esperemos que no siga proponiendo cosas fuera de contexto o riesgosas, que afecten la institucionalidad, el funcionamiento del Congreso y las cortes judiciales”.
Así las cosas, las fuentes concluyen que, si bien Petro está intentando tomar decisiones sin tomar en cuenta a los otros poderes del Estado, no se puede hablar aún de que Colombia esté caminando hacia una dictadura.