El alcalde de Medellín, Daniel Quintero, denunció este miércoles en la noche que la aspirante a la alcaldía de Cali Catalina Ortiz no fue agredida en un caso de violencia de género, sino que todo fue un “montaje” urdido por ella misma, y lamentó “haber caído en la trampa” de una situación que “nos engañó a todos”.
El caso siembra grandes dudas sobre el real interés que impulsó al mandatario paisa a involucrarse de lleno, desde el primer momento, en el tema.
Quintero es uno más de los miles de colombianos legitimamente decepcionados e indignados por lo que terminó siendo nada más que una burda estratagema publicitaria, urdida por un grupo de asesores principiantes, para impulsar una candidatura política.
Su argumento central para denunciar lo que llama el “engaño” de la aspirante Ortiz es uno con el que se identifican hoy todos los colombianos: el repudio a la violencia contra la mujer.
Y así lo dejó en claro con su denuncia en Twitter: “Esto termina minimizando y banalizando los miles de casos reales” que sí ocurren en el país.
Por esa razón, los centenares de respuestas que ya recibió en la red social le dan la razón y se suman a la indignación por lo que fue una mentira.
Pero existen otros hechos que llevan a preguntarse si su objetivo legítimo es simplemente el de crear conciencia sobre el grave e inocultable problema de la violencia de género que padece Colombia, o si por el contrario tiene otros intereses ocultos en el caso de Catalina Ortiz. ¿Cuáles son?
El ‘caballo de Troya’ de Quintero
Las dudas que surgen sobre el asunto están ligadas estrechamente con la pelea política que Quintero sostiene de tiempo atrás con el ex gobernador de Antioquia y ex candidato presidencial Sergio Fajardo.
El conflicto estalló en enero del año pasado, cuando la Contraloría General de la República anunció la culminación del proceso de responsabilidad fiscal por los sobrecostos del proyecto de Hidroituango.
En su momento, Fajardo celebró tal decisión señalando que había sido víctima de un montaje y que se había hecho justicia.
Sin embargo, el alcalde Quintero no tardó en responderle duramente, reafirmando su tesis de que Fajardo sí fu responsable, junto con otras 25 autoridades antioqueñas, del descalabro financiero del gigantesco proyecto eléctrico, calculado en unos $4,3 billones.
“Fuiste condenado como responsable por Hidroituango. Acuerdo de Aseguradoras, Contraloría y EPM hizo que no tuvieras que pagar tu condena”, le dijo a través de Twitter
En medio de la campaña presidencial del año pasado, y aprovechando la abierta simpatía del alcalde Quintero por el entonces candidato Gustavo Petro, Fajardo fue mucho más allá y habló abiertamente sobre la necesidad de impulsar la revocatoria del mandatario de Medellín.
“Cuando la corrupción llega, hay que buscar revocar al alcalde”, dijo en una entrevista concedida al periódico El Colombiano.
“Lo que sí es cierto es que Medellín está sufriendo una destrucción deliberada por culpa de la corrupción como forma de gobierno. Con cortinas de humo quieren ocultar lo que hacen. Mentira tras mentira se van enredando, y Medellín va apagando”, aseguró Fajardo en aquella ocasión.
Frente a lo cual, Quintero ripostó en Twitter con una imagen alterada de la entrevista, para reafirmar el calificativo de corrupto contra Fajardo.
¿Y qué relación guarda toda esta pelea política con la aspirante a la alcaldía de Cali Catalina Ortiz? Que ella es una de las personas más cercanas a Sergio Fajardo, hasta el punto que la nombró como su Jefe de Debate en la pasada campaña presidencial.
Previamente, Ortiz había hecho una férrea defensa del papel de Fajardo en el proceso de construcción de Hidroituango, y destacó ampliamente el fallo de la Contraloría que lo favoreció.
Así las cosas, para el alcalde Quintero la figura de Ortiz no es la de una simple aspirante a la Alcaldía de una ciudad distinta a la que gobierna. Es, ante todo, un alfil de uno de sus mayores enemigos políticos.
Pero no es eso la única variable en el ajedrez. Cabe recordar que después del estruendoso fracaso de Fajardo en la primera vuelta de las elecciones presidenciales del 2022, Ortiz se la jugó para segunda vuelta con el candidato Rodolfo Hernández, mientras Quintero apostó gran parte de su capital político por la opción de Gustavo Petro.
Todo ello explica las suspicacias que saltaron en las redes sociales hace tres días, cuando el alcalde Daniel Quintero anunció que estaba dispuesto a pagar una recompensa de $10 millones por quien ayudara a capturar al hombre que agredió a Catalina Ortiz.
Visto hoy, a la luz de su denuncia directa contra Catalina Ortiz, es muy posible deducir que aquel mensaje era simplemente una especie de ‘caballo de Troya’ lanzado para atacar a una ficha clave de su contradictor. ¿Víctima o victimario?
El candidato de Quintero
El otro factor que alimenta las suspicacias sobre el papel de Daniel Quintero en el caso Catalina Ortiz, es el interés directo que tiene en Cali como espacio político.
Como se menciona en muchos círculos, Quintero tiene la mira puesta en la Casa de Nariño y trabaja desde ya en la posibilidad de una candidatura que le permita pelear por ser el sucesor de Gustavo Petro. Por esa razón, ha venido trabajando por expandir su radio de acción hacia otras regiones del país.
Una muestra clara de ello son los anuncios sobre posibles rebajas de tarifas eléctricas en las zonas de la Costa Atlántica que reciben ese servicio de las Empresas Públicas de Medellín, así como una permanente interacción con los alcaldes y dirigentes de otras ciudades.
El alcalde de Cali, Jorge Iván Ospina, para mencionar solo un caso, es uno de sus más cercanos amigos y aliados.
Ospina, por demás, también se beneficia del cuestionamiento lanzado por Quintero contra la precandidata Catalina Ortiz, pues ella ha sido una de las mayores opositoras de su cuestionado gobierno. Un reflejo de ello, es la reacción inmediata que expresó en la noche del miércoles, una vez se conoció la denuncia de Quintero.
Pero además de esas estrechas relaciones, Quintero también tiene candidato propio a la Alcaldía de Cali. Se trata del ex director del canal de televisión Telemedellín, Deninson Mendoza, quien hizo parte del gobierno de la capital antioqueña hasta hace muy pocos meses.
Aunque en el Valle del Cauca en realidad se asocia a Mendoza con la jefe del Partido de la U, la ex gobernadora Dilián Francisca Toro, pues fue ella quien impulsó su carrera política, lo cierto es que sus lazos con Quintero son bastante fuertes.
De hecho, se cree que él es la fuente anónima que le permitió a Quintero denunciar el supuesto “montaje” de Catalina Ortiz, pero esta información no pudo ser confirmada por El País.
Y si bien la de Mendoza no es considerada una opción con potencial real para conquistar la Alcaldía de Cali en las elecciones de octubre próximo, la relevancia mediática sí le permite empezar a existir en el ajedrez político y crear espacios de interlocución para un futuro candidato presidencial Daniel Quintero.
Con todo, montaje o no, el escándalo que conectó al alcalde de Medellín con la aspirante a la alcaldía de Cali Catalina Ortiz es menos inocente de lo que se observa. Y parece tener muchas más sombras de las que pueden percibirse a simple vista.