“La dirección del ELN se pregunta si vale la pena seguir adelante construyendo acuerdos con este Gobierno. Es su decisión. Pero llegó el momento en que el ELN le aclare a la sociedad colombiana y a la comunidad internacional si tiene o no un inequívoco propósito de llegar a la paz si quiere o no descongelar los trabajos de la mesa de diálogos; si quiere o no renovar el cese al fuego con su Mecanismo de Monitoreo y Verificación en función de la construcción de paz con transformaciones”.
Con estas contundentes palabras, la delegación del Gobierno en la mesa de negociaciones con el Ejército de Liberación Nacional le respondió al Comando Central de esa guerrilla, que en la mañana de este viernes, 26 de julio, dejó en duda la continuidad de los diálogos y criticó al Ejecutivo liderado por Gustavo Petro por supuestos incumplimientos.
En efecto, el grupo armado al margen de la ley se preguntó: ¿qué garantía de seriedad merece un Gobierno que no cumple lo que acuerda?, ¿qué sentido tiene que desde el Gobierno llamen al ELN a firmar nuevos acuerdos, si no cumplen los anteriores? La paz no puede ser propiedad de gobiernos que no cumplen, es un derecho de toda la sociedad”.
Y precisó que el Ejecutivo colombiano se negó a firmar el acuerdo 28, porque “no comparte la convocatoria hecha a la sociedad para que debata y proponga cambios al régimen político y económico”.
Ante ello, la delegación oficial sostuvo que “con perseverancia e inmensa paciencia hemos solicitado en repetidas oportunidades a la delegación de diálogos del ELN sentarnos a resolver de manera unilateral y constructiva los problemas del proceso de paz, porque, por encima de diferencias y discusiones, nuestra prioridad es la protección de las comunidades y avanzar sin dilación en el camino de la paz”.
Y añadió en el comunicado que “lamentablemente, una y otra vez la respuesta han sido las mentiras y la arrogante posición de la dirección del ELN y de su comandante Antonio García”, agregando igualmente que “no es cierto que el acuerdo 28 no haya sido firmado por la totalidad de la delegación del Gobierno Nacional o sostener que no existe una resolución presidencial en la que se reconoce de manera explícita el carácter político del ELN y su condición de organización armada rebelde”.
Según los negociadores nombrados por el presidente Petro, “la verdad es que, luego de años de diálogo, el ELN no ha respondido la pregunta de si está dispuesto o no a transitar a la paz; o si por el contrario concibe este proceso como una oportunidad para su fortalecimiento militar”.