Con la celebración del Día de la Patria también llega el inicio de un nuevo año legislativo, que parecería ser un capítulo más de la polarización política que vive el país y que tendrá en el Parlamento un protagonista clave.
El 20 de julio se instalarán las sesiones ordinarias del Congreso y será el inicio del segundo de los cuatro periodos del Legislativo, luego de que el primer capítulo terminara el pasado 20 de junio, con una coalición de gobierno debilitada frente a como había arrancado.
La fuerza política con la que llegó el presidente Gustavo Petro, casi el 80 % de congresistas en Cámara y Senado, muy rápido se fue desgastando cuando los partidos Conservador y la U, anunciaron que salían de la coalición para ser independientes, aunque con posturas tan contrarias al Ejecutivo que para muchos parecían más oposición.
Al ministro del Interior, Luis Fernando Velasco, le corresponderá reconstruir esas mayorías, que si bien se mantienen, dependen del Partido Liberal, el cual parece próximo a entrar en el grupo de los independientes que de seguir al lado del Jefe de Estado.
De hecho, para el analista político Álvaro Benedetti esa no será una tarea fácil, porque “si los acuerdos clientelistas y la popular mermelada fue difícil de otorgar en el primer año, será aún más complicado en el segundo, por cuenta de las exigencias que, tanto las bancadas como los políticos de manera individual, van a exigir para facilitar el apoyo a las reformas”.
De no concretar los apoyos, Petro tendría una coalición que dependerá solo de los partidos de izquierda y de Alianza Verde, pero quedará a la espera de que liberales, conservadores y la U acompañen o hundan los proyectos, en particular las reformas sociales, que fueron el principal motivo del distanciamiento político con esos aliados.
Aunque el saliente presidente de la Cámara, David Racero, asegura que las mayorías se volverán a fortalecer, ganar votos no será fácil, teniendo en cuenta la estrategia del Ejecutivo de sumar uno a uno congresistas sin contar con la institucionalidad de los partidos.
El mismo Velasco lo ha expresado, aunque aún no ha revelado cómo está recomponiendo las mayorías, pero es bien sabido que le apuesta principalmente a que los ‘rojos’ se mantenga divididos, porque hay un sector que desde la campaña presidencial se fue con Petro, mientras que el otro se mantuvo con la directriz de César Gaviria.
Además, Benedetti advierte que “las movidas del Gobierno, el constante cambio de ministros, una agenda que, ad portas de cruzar un año de Administración, es en muchos sentidos fallida y con promesas incumplidas, así como la situación de orden público en todo el territorio nacional, que es el discurso que abandera la oposición, hace que ese sector llegue fortalecido” a la nueva legislatura.
El Senado tendría Presidenta
“De entrada veo enredada la gobernabilidad política en el Congreso con respecto a los intereses del Gobierno, porque no está muy claro quién va a ser el presidente del Senado y la Cámara, que está en cabeza de los partidos Verde y Liberal, que hoy apoyan al Ejecutivo de manera tangencial en algunos de sus proyectos de ley”, menciona el analista político.
Y agrega: “Todo parece indicar que esas colectividades elegirían presidentes que no son de la línea de apego al Gobierno. Eso va a generar un problema en la tracción asociada a los proyectos de ley, muy a diferencia de lo que supuso el rol de Roy Barreras en casi toda la legislatura anterior”.
En cuanto a la presidencia del Senado, que por acuerdo le corresponde a Alianza Verde, los congresistas apoyaron con ocho votos de los trece que requerían, para que Angélica Lozano sea la postulada ante la plenaria de esa célula legislativa, como la aspirante para reemplazar a Alexander López.
“Una vez realizada una amplia y democrática discusión en varias reuniones, se realizó la votación para la elección de la candidatura única de la Bancada de la Coalición Alianza Verde y Centro Esperanza para aspirar a la Presidencia del Senado en la Legislatura 2023-2024″, anunció el partido.
Lo anterior no significa que la decisión ya esté tomada, ya que los senadores Inti Asprilla e Iván Name no firmaron el acta, lo que podría significar que ellos también se postularán y la elección será a voto limpio.
La situación en la Cámara de Representantes es un poco más compleja, porque la presidencia le corresponde al Partido Liberal, en el que hay dos bandos: un sector con el Mandatario, que está en cabeza de Andrés Calle, quien fue clave durante la contienda para que en Córdoba y Sucre hubiese un sector de los liberales que apoyaran al hoy presidente.
Y el otro grupo es el llamado liberalismo oficialista, el ala de Gaviria en donde hay por el momento dos candidatos fuertes, Julián Peinado y Carlos Ardila. El último sería el que logre mayor apoyo de la colectividad, y es una voz crítica del Ejecutivo.