Yo invitaría a los que de una manera taxativa están afirmando que ‘nadie se lance, porque ya perdieron’, a que practiquen la democracia y a que lean el nuevo momento: el Valle del Cauca tiene hoy un electorado rebelde, crispado, exigente, que está cansado de los mismos modelos y que quiere ver alternativas, y aquí hay una”.
Con esa convicción, Oscar Gamboa inicia su tercera campaña por la Gobernación, tras renunciar al cargo que tenía en la Embajada de Colombia en Estados Unidos.
¿Por qué decidió venir a ‘pelear’ el primer cargo del Departamento?
Primero, el país no puede olvidar que hace tres años las relaciones entre Colombia y Estados Unidos no pasaban por el mejor momento por razones intervencionistas en política de algunos colombianos en el sur de La Florida en la campaña presidencial. Haber contribuido con mi experiencia y mis contactos fue importante para el país. Y cuando llegó el presidente Petro, planteaba un desafío ante algunos sectores, sobre todo en el Congreso de Estados Unidos, por el origen político de él, pero con Luis Gilberto Murillo, el embajador, hace 23 años fuimos a ese país a hacer gestiones a favor de los afro del Pacífico de Colombia, así que tenía experiencia y amigos en cargos claves en el Departamento de Estado, la Casa Blanca y el Congreso, y logramos que en tiempo récord el presidente Biden recibiera al presidente Petro, de manera que se cumplió.
Pero usted ya fue candidato y dijo que no lo volvería a intentar...
Creo que fue Churchill quien dijo que ‘solo los imbéciles no cambian de opinión cuando cambian las circunstancias’, y si hacemos un paralelo entre la realidad de hace cuatro años y la de hoy, son totalmente diferentes, porque el Valle del Cauca fue el epicentro del estallido social y hay que verlo en contexto, no solo en la mecánica dolorosa de lo que pasó, sino qué mensaje estaba dando el Valle, que quiere otras cosas.
Segundo, porque nunca habíamos tenido un presidente de izquierda democrática y eso marca nuevos paradigmas políticos. No podemos olvidar que la aguja se ha ido moviendo hacia sectores de centro o centro izquierda, pero, más allá de temas ideológicos, creo tener el conocimiento suficiente para decirle al Valle del Cauca que estamos en capacidad de llevarlo a ser un departamento visible en escenarios internacionales. Entonces, esa tremenda oportunidad se convirtió en un elemento detonante de ese cambio de opinión.
¿Intentaron disuadirlo?
Sé que de mí hasta se burló mucha gente, algunos traían mensajes: ‘dígale a su amigo Gamboa que no sea tonto, que no pierda el tiempo’. Creo que el tiempo me ha dado la razón y podrán decir lo que quieran, pero tendrán que reconocer que he sido constante y coherente, y por eso esta será la tercera ocasión que enfrento a la casa que ha venido detentando el poder desde hace muchos años. No me doy por vencido y creo que un líder debe ser perseverante, constante, valiente y soslayar las burlas que cualquier desprevenido haga. Un líder toma decisiones y asume las consecuencias. Y esto que he hecho, de renunciar a un cargo tan importante en la Embajada de Colombia, lo hago porque me siento con el deber, las ganas, el entusiasmo y la obligación de hacerlo.
Muchos creen que si Dilian Francisca Toro se lanza, volverá a ser gobernadora. ¿Cómo la enfrentará?
Los seres humanos tenemos que hacer pronósticos según variables y mis variables me dan hoy el convencimiento de que en la lucha limpia y democrática hay posibilidad de dar un giro, o sea, derrotar en las urnas. Yo invitaría a los que de una manera taxativa están afirmando que ‘nadie se lance, porque ya perdieron’, a que practiquen la democracia y a que lean el nuevo momento: el Valle tiene hoy un electorado rebelde, crispado, exigente, que está cansado de los mismos modelos y quiere ver alternativas y aquí hay una. Simplemente me presento como un hombre que tiene una formación, una experiencia y una capacidad gerencial de hacer cosas diferentes por el Valle del Cauca. Tampoco dejar atrás lo bueno que se haya venido haciendo; no hago parte de esa generación de puñeteros que sufren del síndrome de Adán, que es ‘conmigo va a empezar todo’. Si hay cosas buenas del modelo que nos gobierna, pues venga pa’acá, vamos a reforzar y continuarlas, pero creo que el Valle merece otras cosas.
¿O sea que irá hasta el final?
Lo planteo desde la perspectiva emocional de la gente: caminamos por las calles del Valle y se siente fatiga, ansiedad y la necesidad de que aparezca gente, y aquí estoy. No me voy a ir con el San Benito de ‘ya perdí o ya gané’, vamos a ir la contienda respetuosa, democrática y, si el pueblo vallecaucano decide que quienes han venido gobernando se ganan el derecho, pues qué vamos a hacer, hay que aceptar los resultados, pero vamos a ir con valentía a disputar voto a voto, municipio por municipio.
¿Qué fuerzas políticas respaldan su votación y qué partido lo avalará?
Un partido de centro, que esta semana haremos público, porque quienes me conocen saben que soy de origen liberal, pero hoy no militó en ese partido, porque me sacaron por la puerta de atrás. Hace ocho años me di la pela reemplazando a Jorge Romero Giraldo, cuando renunció a la candidatura, y la asumí en las peores condiciones. Luego, el Partido Liberal me cerró la puerta para una aspiración posterior y decidí hacerla por firmas, de manera precaria, a pie, pero con valentía, coherencia y convicción. Y no podemos llamarnos a engaños, la política también tiene una dosis de pragmatismo: ningún partido va a derrotar el Establecimiento que hoy gobierna el Valle del Cauca: tiene que haber una coalición de sectores que vayan desde la izquierda hasta la derecha, pero con convencimiento de que no estamos trasladando la campaña presidencial al Valle del Cauca, sino que estamos haciendo una cruzada por el Valle. Eso impone que uno tenga el aval de un partido que genere confianza a todos los sectores, porque no son partidos que andan en esa pelotera en la que andamos agarrados, sino que estamos pensando en una forma de hacer política que aglutine. Hay que unir al Valle, y la única forma de tener esa posibilidad es teniendo el aval de un partido que no polarice.
¿Por qué los vallecaucanos deberían votar por usted?
Porque se merecen alternativas diferentes a las hegemónicas que se implantaron y si no nos ponemos las pilas, vamos a quedarnos mínimo 20 años en el mismo modelo; porque el Valle del Cauca se ha ido apoltronando, más que creciendo, en la matriz exportadora. Hacia Estados Unidos, desde Colombia solo se exporta de 13 departamentos y el Valle está de quinto, teniendo el puerto principal, cuatro pisos térmicos y otrora una cantidad de multinacionales, muchas de las cuales nos abandonaron.
El pueblo del Valle merece nuevos liderazgos, no el de Óscar Gamboa, sino el de generaciones talentosas que vienen empujando con una preparación excepcional, pero una hegemonía perpetua no los deja pasar y eso es un daño histórico. El Valle del Cauca tiene que volver a ser un referente nacional e internacional, también el Valle de las oportunidades, la creatividad y la innovación, que se debe traducir en que la gente tenga ingresos, y eso pasa por diferentes formas de seguridad, porque no solo estamos hablando de la seguridad física contra los ladrones, hoy la gente está con pánico en las calles y los restaurantes, pues los atracan de día y de noche. Eso hay que enfrentarlo, pero también hay que enfrentar la desigualdad y la pobreza. Eso es lo que el Valle del Cauca se merece y por eso es necesario cambiar de modelo.