“Quedará en el ambiente que el suicidio del coronel se trató de un crimen de Estado, a pesar de que la Fiscalía General de la Nación haya dado su veredicto. Este hará parte de los mitos y leyendas que sobre ello se tejerán”.

Detalles de la muerte del coronel Óscar Dávila | Foto: Fiscalía General

La polémica en torno a la muerte del funcionario se generó porque su nombre habría estado relacionado con las ‘chuzadas’ a varias extrabajadoras de la saliente jefa de gabinete Laura Sarabia, luego de que fueran hurtadas de su casa grandes cantidades de dinero, sobre las que aún no hay claridad.

“Esto va a ser una sombra para el Gobierno y la credibilidad política de la Administración, porque si se vincula el suicidio con el uso de métodos de interrogación, como es el detector de mentiras, las chuzadas y el tema tan delicado de un manejo de dineros que no se sabe qué procedencia tiene y que está asociado a otros escándalos, claro que va a afectar”, comenta una fuente que pidió no ser identificada.

A su vez, el consultor político Álvaro Benedetti indica que “genera muchos interrogantes el suicidio de Dávila, entre ellos cuáles son los diferentes escenarios que se han tejido alrededor del suceso, incluido el ingreso de dineros no declarados a la campaña de Petro. Lo que resta por indagar y sobre lo que la Fiscalía va a hacer mucho énfasis es en develar todo el entramado detrás de esa financiación”.

Para la fuente que pidió el anonimato, Gustavo Petro tiene dos posibles salidas para enfrentar la confirmación del suicidio del coronel: “Primero, no volver a mencionar el caso y ‘lo que pasó, pasó’; segundo, volver y afianzarse el dictamen de la Fiscalía, aunque sabemos que entre Francisco Barbosa y el Ejecutivo no hay una buena relación”.

Francisco Barbosa, fiscal general | Foto: Asobancaria

Señala que “si el Presidente toma la segunda opción y le da credibilidad a la Fiscalía, que es lo que le conviene, cualquier dictamen que tenga ese ente investigador sobre los escándalos que involucran al Jefe de Estado, como la polémica de su hijo, las declaraciones de Benedetti y el posible uso de fondos indebidos en la campaña, si se le reconoce autoridad y credibilidad, podría ser un arma de doble filo”.

En ese sentido, Álvaro Benedetti observa que la mala relación entre esas ramas del poder va a incitar en el Gobierno “una posición de descrédito a la labor de Barbosa y habrá una posición mucho más radical en el Mandatario, frente a las pesquisas que pueda adelantar la Fiscalía, que intentará, muy de la mano de la oposición, seguir generando cierta zozobra para los intereses del Ejecutivo”.

¿Suicidio inducido?

“Como advertí desde el primer momento y con el mayor respeto hacia su familia, el coronel Dávila se quitó la vida por presiones de la Fiscalía. Radiqué la solicitud desde el mismo momento para investigar la inducción al suicidio por parte de funcionarios del ente investigador”.

Como se conoció, Óscar Dávila trabajaba en el piso 13 del edificio de la Dian, donde funcionaba la oficina de avanzada y seguridad de la Presidencia, y que fue inspeccionada el pasado 7 de junio por la Fiscalía.

De hecho, fue él quien atendió esa diligencia del ente acusador y solo dos días después, el 9 de junio, el coronel fue encontrado muerto en el interior de su camioneta con una pistola que pertenecía a su conductor.

Matha Mancera, vicefiscal general de la Nación, en rueda de prensa sobre la muerte del coronel Óscar Ávila | Foto: Fiscalía General

Al respecto, el analista político Ancízar Marroquín pregunta: “¿Quién lo presionaba: En la Casa de Nariño, en la dirección o jefes de la Policía, La Fiscalía? Es algo que se debe esclarecer lo más pronto posible. Aunque el mito y la leyenda, ya quedó”.

De otro lado, la fuente anónima explica que “el suicidio es un acto de desesperación extrema y puede haber sucedido que le hayan dicho que iban a acabar con su familia. Entonces un padre, un esposo y un hijo acosado y atemorizado puede llegar a tomar fácilmente esa decisión”.

Y continúa: “En la historia de la humanidad hay casos donde obligaron a militares a reconocer que estaban compilando contra el poder, sabían que los iban a fusilar a cambio de la vida de su familia. Así que a un hombre desesperado y aislado, lo pueden llevar a esa circunstancia. Creo que las pruebas hacen ver que lo del coronel fue un suicidio, pero fue un suicidio inducido, no cabe la menor duda”.

Asimismo, en medio de las especulaciones, Benedetti dice: “¿Hasta qué punto una persona como el coronel, tan ‘informado’ de lo que se discute en el círculo cercano de seguridad de la Presidencia, en medio de un escándalo como el que suscitó Sarabia, pudo ser señalado por alguien que lo presionó con su familia?”.