Por Argemiro Piñeros, periodista de Colprensa
“Tenemos un mes más, porque arrancamos sesiones en febrero, pero además tenemos la posibilidad de prolongar este periodo en extras hasta el 19 de julio, o sea, en estricto sentido, hay cinco meses para sacar las reformas, así que aspiramos a que se debaten y que el Congreso tome las decisiones que le convengan al país”.
De esa forma, confiado y seguro, se nota el ministro del Interior, Luis Fernando Velasco, al inicio del nuevo periodo de sesiones del Legislativo, en un semestre que será definitivo para que al Gobierno le salgan las grandes reformas sociales que está tramitando desde hace un año.
En entrevista con Colprensa, el jefe de la cartera política revela cómo espera que se dé la discusión de esos proyectos, de los cuales asegura que se deben respetar los tiempos y permitir que se den los debates, aprovechando así para hacerle un llamado al presidente del Senado, Iván Name, para que permita que todo fluya con normalidad.
Sobre las mociones de censura, el ministro del Interior dice que el Gobierno las respeta, y que será allá, en el Legislativo, adonde irá con argumentos a defender los postulados de sus compañeros de gabinete.
¿Cómo ve el panorama para el inicio de la actividad legislativa?
Siempre que uno arranca una legislatura hay expectativas. Nosotros ya tenemos una agenda muy consolidada que queremos que el Congreso nos la estudie, nos la mejore. Es evidente que cuando uno presenta un proyecto al Legislativo tiene que tener claro que ahí, de buena manera, van a querer hacer cambios del proyecto y tendrán expectativas de cómo mejorarlo. Queremos debatirlo, llevar nuestros argumentos.
Lo logramos en la pasada legislatura. Yo recibí el ministerio a finales de ese primer periodo, en el primer año del Gobierno, y nos dijeron que no había posibilidades, hoy tenemos una reforma a la salud aprobada por la Cámara y entra al debate del Senado; la reforma pensional, que tuvo su debate en la Comisión Séptima del Senado y llega a la plenaria; la reforma laboral, que ya comenzó su discusión en la Comisión Séptima de la Cámara; una ley estatutaria de educación que pasa a la plenaria de la Cámara; una ley estatutaria de jurisdicción agraria que también pasa a la Cámara y muchas normas más de origen gubernamental con las que aspiramos a tener una discusión interesante.
¿Y cuáles son los principales retos?
El reto es, como siempre, construir mayorías, construir consensos y, si no se logran, por lo menos conseguir los votos necesarios para que estas normas salgan adelante y podamos cumplirle a un país al que le planteamos un cambio estructural, no solo un cambio cosmético. Entonces este se consolida cuando en el Congreso se puede aprobar este tipo de reformas.
¿El Gobierno tiene puntos inamovibles en los proyectos o dejará que hagan cambios en el articulado?
No me gusta hablar de líneas rojas, hablar de eso significa no permitir el debate. Es evidente que nosotros, a manera de ejemplo, queremos que la salud sea considerada más un derecho que un negocio. Eso, de alguna manera, se definió legislativamente en la ley estatutaria que salió desde el gobierno del presidente (Juan Manuel) Santos. Tenemos que consolidar las acciones para que realmente sea un derecho, pero si desdibujamos el derecho y lo mantenemos como negocio, pues no hacemos reforma.
No me parece prudente llegar a un Congreso y sentarse con unos congresistas que están legitimados democráticamente y decirles ‘no me toque esta coma’, ‘no me toque esta palabra’. Es entregar argumentos, escucharlos de vuelta y así construir textos que defiendan la esencia de las reformas que planteamos.
¿Le preocupa que se alarguen los debates y los proyectos no salgan antes de junio?
Tenemos un mes más, porque arrancamos en febrero. Como las tres leyes que hacen parte del núcleo de las reformas sociales son ordinarias, pues tenemos ese mes en donde las podemos debatir, pero además tenemos la posibilidad de prolongar estas sesiones en extras hasta el 19 de julio, o sea, en estricto sentido, hay cinco meses para sacar las reformas. Aspiramos a que se debaten y que el Congreso tome las decisiones que le convengan al país.
La pensional estuvo quieta todo el semestre pasado, ¿le genera inquietud el futuro de esa iniciativa?
Sí, lo que uno pide es respeto por el Congreso, pero también que se agenden los debates, la esencia de la democracia es el debate. Además, ya están los textos y las ponencias. Es el momento, y respetuosamente le solicitamos al presidente Iván Name, que permita esa discusión, como cuando ya lo estaba permitiendo en la pasada legislatura, cuando se anunció la reforma para llegar a la plenaria del Senado.
¿Cuál es el panorama de la coalición de Gobierno y cómo mejorarla?
Cuando un ministro del Interior, que tiene una relación con el Congreso, asume actitudes muy sobradoras, las cosas están mal. Es evidente que respeto el Legislativo, entiendo que en el debate político hay que trabajar segundo a segundo y, por supuesto, la meta en el Senado es lograr esas mayorías que logramos en Cámara. Es la tarea del Gobierno.
El Partido Liberal ha planteado abandonar la coalición, ¿cree que este semestre se decidan?
Yo escuché la solicitud del doctor Julián Peinado y del senador (Juan Pablo) Gallo y son las mismas solicitudes que han hecho desde el principio, y es bueno recordar que cuando, por ejemplo, dos de ellos solicitaban hundir las reformas, en la plenaria de la Cámara 30 liberales nos ayudaron a sacar adelante la reforma de la salud. Son voces respetables, como la de todos los parlamentarios, pero siento que no interpretan la mayoría del sentir del Partido Liberal.
Algunos sectores rechazan el llamado del Presidente a las calles para hacerle exigencias al Congreso. ¿Le preocupan esas posturas?
A los líderes populares, que son los que están en el Congreso, nunca les va a preocupar el contacto con la comunidad. Ellos, en esencia, hacen una agitación permanente. Yo fui 24 años congresista y la gente piensa que se sesiona y se va a descansar. No. Se va a hablar con la gente, a hacer reuniones, a estar en un proceso de agitación permanente, de manera que yo no creo que mantener ese ejercicio, no solo en el espacio del Congreso, sino también el Presidente hablando con la gente, pueda ser un factor de enfrentamiento o de molestia de unos líderes muy importantes que hacen ese ejercicio todas las semanas en Colombia.
¿Cómo ve el futuro de las mociones de censura que hay en camino?
Respetamos las decisiones del Congreso. Si nos han convocado, pues parte del ejercicio del Legislativo es el control político y en el Congreso hay partidos de gobierno e independientes, pero también hay de oposición y tienen ese instrumento para llamar la atención frente a lo que para ellos pueden ser unas malas decisiones políticas y lo que debe hacer el Gobierno es ir, escucharlos y entregar argumentos y esperar las decisiones de los congresistas.
Luego de la polémica por la elección del Fiscal General, ¿cree que los ánimos están agitados?
Todos tenemos que ayudar. Yo escuché al señor presidente de la Corte Constitucional, por ejemplo, y me pareció que hizo una observación interesante y dijo que lo que ocurrió en la Corte no fue un secuestro, pongámoslo en las justas proporciones, pero fue una indebida presión de unos ciudadanos hacia una corte y se perturbó el normal desarrollo de unas decisiones que tiene que tomar. Entonces, seamos muy prudentes, cada uno haga lo que tiene que hacer. Hagámoslo a tiempo y cumplamos institucionalmente las tareas que tenemos que hacer, de manera que este tipo de llamados son buenos, son para entender las autonomías de cada poder del Estado.