Por Olga Lucía Criollo, Editora Política de El País
Estoy convencido de que estamos haciendo cosas que le sirven al país y por eso jamás vamos a renunciar, a pesar de las dificultades, a seguir impulsándolas. Tengo confianza de que el Congreso de la República va a corresponder a esos anhelos de la población, pero también hago un llamado a que la población se active más en su capacidad de explicar las reformas, no solo la de salud, sino también la laboral y las demás, y salga a respaldarlas en las calles”.
Así habla Alfredo Mondragón, un vallecaucano al que el país ha escuchado durante nueve meses defender la reforma a la salud en la Cámara de Representantes, tras ser nombrado coordinador ponente del proyecto de ley radicado por el Gobierno Petro.
Integrante del Pacto Histórico, insiste en que “necesitamos que la administración privada no continúe manejando los recursos públicos de la salud, porque, bajo criterios de rentabilidad, prefirieron generar ganancias y negar servicios a la población”.
¿Tras tantos meses de trabajo y de debates, ya aterrizó en la idea de que la reforma fue aprobada?
Yo vengo de procesos sociales donde sabemos que lo que tenemos es persistencia para poder lograr objetivos que le sirvan al país. Por lo tanto, asumimos esto con toda la responsabilidad y la persistencia, sabiendo que el país está reclamando transformaciones verdaderas para mejorar las garantías sociales, en este caso el derecho fundamental a la salud. Hemos dado un paso muy importante, que muchos creyeron que no íbamos a dar, y ahora estamos pendientes del segundo paso, que es pasar los debates en el Senado de la República.
¿En algún momento pensó que el proyecto se iba a hundir?
Desde un comienzo supe que iba a ser muy difícil, porque queremos hacer reformas verdaderas. Si fuera una reforma blandengue, fajardiana, tibia, seguro iba a ser muy fácil pasarla, pero sabemos que esto toca intereses muy fuertes y que la oposición iba a ser mucho más grande. Estoy convencido de que estamos haciendo cosas que le sirven al país y por eso jamás vamos a renunciar, a pesar de las dificultades, a seguir impulsándolas. Tengo confianza de que el Congreso va a corresponder a esos anhelos de la población, pero también hago un llamado a que la población se active más en su capacidad de explicar las reformas, no solo la de salud, sino también la laboral y las demás, y salga a respaldarlas en las calles, que es otro llamado que le pueden hacer al Congreso de la República.
¿Qué aprendió del sistema de salud del país durante todos estos meses?
Que los colombianos y las colombianas aportan recursos muy grandes, que financian casi el 100 % del sistema de salud. No son los privados ni las EPS las que concurren, como fue la gran promesa de la Ley 100, y los instrumentos que dicen que tienen los privados para controlar el gasto, es decir, para hacer un manejo eficiente de los recursos y que alcancen, nunca lo hicieron y, por el contrario, terminaron envueltos en muchos actos de corrupción que habían dicho que iban a resolver cuando le quitaban la responsabilidad a los públicos y se quedaban con los privados.
Dicen que hay visos de trámite que la podrían tornar inconstitucional...
Quisieron generar la expectativa de que no íbamos a lograr pasar por el primer debate de Cámara ni por la plenaria y ahora dicen que no va a pasar en Senado ni en la Corte, pero lo mismo decían de la Ley de Paz Total y la Corte, a pesar de que hace algunos reparos, la declara constitucional. Así que esperamos que, cuando logremos aprobar la ley, el control de constitucionalidad haga las decisiones que correspondan. Hoy tenemos ya ley estatutaria, la 1851, por orientaciones de la sentencia T-760 de la Corte Constitucional, y lo que estamos buscando no es modificar la estatutaria, que define el derecho fundamental a la salud, sino el diseño institucional que creó hace 30 años Álvaro Uribe Vélez, con la Ley 100. Esa es una ley ordinaria y estamos haciendo una ley ordinaria para modificarla.
¿Cuál fue la estrategia del Gobierno Nacional y la coalición oficialista para lograr por fin el cuórum?
Lo que pasa es que el Centro Democrático y Cambio Radical estimulaban esa práctica como legítima, que la permite la reglamentación del Congreso, pero el Congreso no está hecho para que los actores políticos evadan su responsabilidad. Es un escenario para argumentar y presentar propuestas, y si ellos consideraban que tenían la razón, pues no tenía ningún sentido que se estuvieran ausentando, tenían que ir a controvertirnos... Destaco la persistencia del presidente Petro y del Ministerio de Salud para buscar acuerdos, que nos permitió, con argumentos, ir logrando mayorías para la votación en el Congreso. Ellos hablan de encuestas, pero qué más encuestas que las filas que hace la población tratando de que las EPS les autoricen a tiempo sus procedimientos y sus medicamentos. Pareciera que esas encuestas, que supuestamente defienden al actual modelo institucional, no las hacen en las EPS sino con algunos privilegiados o amigos, porque la realidad que vemos es otra.
Desde la oposición se ha denunciando que el Gobierno entregó mucha ‘mermelada’ para garantizar la votación final. ¿Qué les responde?
Yo les diría que el que las hace, las ve hacer. Como ellos se han dedicado a gobernar durante décadas y ese ha sido su procedimiento, creen que es la misma operación que ellos han aplicado antes. Esa sería mi respuesta: el que las hace, las ve hacer”.
¿Y cómo están las apuestas en el Senado para este proyecto de ley?
Yo estoy muy atento a acompañar a mis colegas del Senado. Wilson Arias ha sido conminado por nosotros, sectores del Gobierno y colegas del Senado para que pase de la Comisión Cuarta a la Séptima para tratar de fortalecer el trabajo que vienen haciendo allí otros colegas del Pacto y partidos afines. Wilson es del Valle del Cauca y muy reconocido por su capacidad de estudio y ha estado durante años en las luchas por temas de seguridad social y se va a sumar a esa lucha. Tiene que ser un trabajo de persuasión y de argumentos a los demás colegas, para hacer las mayorías. Creo que les corresponde tener toda la paciencia, como la tuvimos en la Cámara, y auguro un muy buen trámite en Senado. Por ser menos integrantes y todo el debate que dimos en Cámara, vamos a lograr que pueda avanzar con más celeridad que en la Comisión Séptima y la plenaria de la Cámara.
Como ponente, ¿qué cree que no se podría negociar en el Senado del texto de esta reforma?
Más que una discusión de qué no es negociable, es qué se necesita transformar de la actual visión institucional. Y no es por una cuestión de vanidades, ni de egos, ni de intransigencia, es porque, si queremos hacer una reforma, es para que mejore el sistema. Hay un núcleo crítico del actual diseño institucional que necesita ser reformado. Así, necesitamos que la administración privada no continúe manejando los recursos públicos de la salud, porque, bajo los criterios de rentabilidad, prefirieron generar ganancias, negando servicios a la población. Eso se hace por la vía de negar los servicios de salud a la población, porque, supuestamente, de esa manera hacen control de gasto para que alcancen los recursos, pero también porque si ellos logran disminuir los gastos en salud, son ganancias que le quedan.
Otro elemento es que siempre han dicho que la Superintendencia no cuida los pacientes y los recursos, pero eso fue calculado: le estamos dando facultades para que avance en su capacidad de vigilar los recursos y de proteger a la población. Todo el mundo habla de atención primaria y promoción de salud y prevención y predicción de la enfermedad, pero no dan los recursos para que pueda funcionar un potente sistema de atención primaria. Necesitamos, como lo establece la reforma a la salud, una fuente especial para el fortalecimiento y la financiación de la atención primaria.
¿Y en cuanto a recursos para los hospitales?
Necesitamos recursos que sean de destinación específica para el fortalecimiento de la infraestructura hospitalaria del país y que la población que está en zonas dispersas pueda tener equipos que la atiendan y le hagan la atención primaria en salud. Las EPS configuraron una especie de roscas con los prestadores a los que les dirigían los pacientes y les pagaban los servicios, porque a otras prestadoras le demoran el flujo de dinero, haciéndolos incurrir en sobrecostos. Y eso lleva a que prestadores y EPS terminan contratando a trabajadores en condición de precariedad laboral. Son problemas en los que algunos de la oposición coinciden, pero han dirigido el Estado por décadas y no los resuelven; estamos buscando resolverlos con disposiciones concretas.
¿Qué responde a quienes dicen que, por el aumento de funciones a la Adres, en dos años el sistema de salud estaría colapsado?
La oposición nos quiere seguir metiendo un debate que fue hace ocho meses. El proyecto de ley inicial decía que la Adres iba a asumir las responsabilidades de auditoría y que, para controlar las cuentas, necesitaba de 6000 a 20.000 personas e incurría en unos costos. En las deliberaciones que tuvimos buscando mayorías se estableció que solo va a ser una especie de auditorías a los auditores. ¿Y quién quedó con las auditorías?: las gestoras, que son las actuales EPS. Esa va a ser una función que va a mantenerlas y les va a pagar. Lo que no se va a hacer es seguir dejando que manejen el 100 % de los recursos. La Adres tiene capacidad para hacer más de 50.000 pagos diarios y hoy, en Colombia, alrededor de 5000 EPS presentan facturas, de tal manera que puede tener toda la capacidad para, en un día, pagar a miles de prestadores. Pero entendamos: la Adres no hace un pago por cada paciente que atendió, sino que presentan paquetes de facturas por diferentes servicios y se les paga. Solo en octubre pagó más de $6,1 billones y es una capacidad que ha venido acumulando hace tiempo. La Adres no lo estamos creando en la reforma ni Petro ni el Pacto, la crearon gobiernos anteriores. No hay ningún riesgo de que pueda haber algún tipo de traumatismo.
En el Senado cursa una contrarreforma. ¿Van a ‘chocar’ estos dos proyectos en la próxima legislatura?
Lo que están buscando el Centro Democrático y Cambio Radical con el proyecto de ley estatutaria en la Comisión Primera de Senado es repetir la intención que tuvo Fernando Ruiz, ministro de Salud de Duque, en la época en que se provocó el estallido social. Ese proyecto de ley 010, que impulsaba Cambio Radical, buscaba asegurarles más recursos a las EPS, porque se convirtieron en un barril sin fondo, y hoy quieren dar rango de ley estatutaria al aseguramiento individual, que es la concepción neoliberal en la cual cada quien debe buscar un aseguramiento y que se vuelva una especie de suerte individual su protección, pero eso está superado porque, aunque hoy opera esa lógica, es la población en general, con sus contribuciones y los impuestos, quien ha asegurado tener la garantía de recursos para que le puedan financiar esos tratamientos a los enfermos. Me parece que ese proyecto no tiene futuro en el Congreso, porque, además, es la reedición del proyecto de Duque, que fue una de las motivaciones para el estallido social de años anteriores.
¿Usted cree que haber logrado la aprobación de la reforma le devuelve algo de gobernabilidad al presidente Petro?
En las lógicas de ciencia política se plantea que uno de los elementos de fuerza y gobernabilidad está en cómo se presentan proyectos y se logra sacarlos y creo que el Gobierno, a pesar de que está tratando de enfrentarse a poderes tradicionales muy poderosos, ha dado demostración de eso. Dijeron que no le iban a aprobar la Ley de Paz Total, y salió; que jamás le iban a aprobar la reforma tributaria, y salió; que no iban a sacar el Plan de Desarrollo con una visión progresista, y salió; habían dicho que la reforma a la salud ni siquiera se iba a presentar, y ya va para Senado, así que hay que reconocer que el Gobierno no ha cesado en su intención de materializar el programa que puso a disposición de la población y está convencido de que hay que impulsarlo, porque es una forma de cumplirle al país. Esperemos que el Congreso no sea inferior a esos anhelos de transformaciones serias y ciertas que demanda la sociedad colombiana.