Se volvió costumbre que tras cada crisis del Gobierno se vea que por la Casa de Nariño empiezan a ‘rodar cabezas’. Eso fue lo que pasó con ministros como Alejandro Gaviria, José Antonio Ocampo y Cecilia López, quienes en su momento representaron el ‘fuego amigo’ para Gustavo Petro.
La salida de Gaviria fue la que provocó más revuelo en ese momento, pese a que fue la que se dio luego de filtrarse un documento firmado por él, junto a otros exfuncionarios, en el que se hacían reparos a la reforma de la salud que, por ese entonces, el Gobierno tramitaba en el Congreso.
De hecho, luego trascendió que Laura Sarabia, quien se desempeñaba como jefa del gabinete presidencial, le dijo al entonces ministro que “se había perdido la confianza”. Entretanto, dicha reforma aún sigue en el limbo.
Lo cierto es que esta semana, cuatro meses después, Alejandro Gaviria anunció que prepara un libro en el que contará algunos de esos episodios y, hará un balance del primer año de Gobierno de quien un día fue su jefe.
El lanzamiento, según le dio la primicia Gaviria a Colprensa, será a finales de este mes.
Así como ese exfuncionario, ya son varios los ministros que ocuparon cargos clave en el Ejecutivo de Petro, pero que hoy, desde la ‘calle’, opinan con mayor libertad sobre la gestión del Mandatario. Algunos se mantienen cerca y apoyan la actual Administración, otros son mucho más críticos.
El exjefe de la cartera de Hacienda José Antonio Ocampo es uno de esos exfuncionarios estrella que no han dejado de hacerle seguimiento a la gestión del Gobierno del cambio.
Ocampo, quien salió del gabinete dos meses después de la renuncia de Gaviria, junto a siete ministros, se había mostrado neutral frente a las decisiones del Jefe de Estado, pese a no ser precisamente de su misma orilla política, pero en días pasados lanzó una fuerte crítica a uno de los proyectos bandera del Ejecutivo: el Ministerio de la Igualdad y Equidad, que lidera la vicepresidenta, Francia Márquez.
Al respecto, quien fuera ministro de Hacienda del Ejecutivo, señaló: “La estructura propuesta para el Ministerio de la Igualdad no tiene precedentes y debe ser simplificada radicalmente”.
De hecho, propuso que en lugar de cinco viceministerios existieran dos, así como que se suprimieran los delegados por departamentos.
En la actualidad, Ocampo, sigue concentrado en lo que siempre ha comentado que ama hacer: la investigación y la docencia.
Ahora bien, Cecilia López Montaño, quien fue ministra de Agricultura, es la que se ha mantenido más activa en Twitter recordándole al pueblo que jamás la perderá “porque seguirá trabajando por este país”. Al status quo, en cambio, le dice que no la puede perder porque jamás la ha tenido.
Y es que López, desde el momento uno, ha afirmado que aceptó el cargo porque comparte el Programa de Gobierno de Gustavo Petro.
“Un error muy común hoy, es solo creer en la persona que gobernará, pero con ello se olvida la importancia del programa que es el que dará continuidad y avance al país. Para mí ese programa es la clave”, comentó pocos días en la red social mencionada.
Por ahora, la exfuncionaria es invitada especial de Le Cercle des économistes, la cumbre de economistas más prestigiosa de Europa.
Allí, según contó López a medios de comunicación, dará un discurso sobre cómo los países latinoamericanos se equivocan al enfocar sus esfuerzos en la reducción de gases contaminantes para contrarrestar el cambio climático, dejando de lado otras problemáticas.
Lo curioso de las declaraciones es que van por un camino diferente al que ha decidido tomar la Administración, recordando la ponencia que sostuvo el Presidente en Francia, donde propuso, ante otros líderes mundiales, cambiar acciones climáticas por deuda externa.
En medio de las dinámicas políticas, no es extraño que esos y otros funcionarios del Gobierno vayan quedando por el camino y pasen a tomar posiciones críticas sobre su gestión.
Ese podría ser el caso de Armando Benedetti, que salió de la Embajada de Colombia en Venezuela en medio del escándalo por el uso irregular del polígrafo y las ‘chuzadas’ ilegales. Además de irse con malestar porque se sintió “maltratado” por el Presidente.
Por el momento, Benedetti ha mantenido su silencio, pero después del 19 de este mes, cuando se hará efectiva su renuncia, tal vez se sienta con mayor libertad de hablar.