En los últimos días, la vicepresidenta Francia Márquez ha reaparecido tras un periodo de ausencia que le costó muchas críticas, pero esta vez, lo que llamó especialmente la atención, es que la mandataria confesara en un evento público su incomodidad con el Gobierno.
“No estoy contenta con los avances del capítulo étnico, lo digo como vicepresidenta; espero más de mi gobierno, espero más de cada uno de los funcionarios, sobre todo, de las entidades que tienen responsabilidad concreta”, fueron las palabras de Márquez en un evento en Bogotá.
Este se suma a varios comentarios en los que la funcionaria parece que intenta empezar a desligarse del Gobierno de Gustavo Petro, el cual, para nadie es un secreto, está pasando por un momento de ingobernabilidad en el que no logra consolidar sus apoyos en el Congreso y cada vez tiene más resultados poco favorables en encuestas.
En ese sentido, analistas aseguran que se podría deber a un intento por distanciarse de esos escándalos para empezar a consolidar una candidatura de cara a las presidenciales del 2026, para las que ya se empiezan a perfilar algunos rostros de la oposición.
De hecho, la politóloga y subdirectora de Pares Colombia, Laura Bonilla, explica que Márquez, desde que apareció en el radar de la opinión pública, siempre ha sido un personaje muy simbólico para el movimiento de mujeres, pero su gran foco está con las comunidades afro y consejos comunitarios, “que son poblaciones totalmente subrepresentadas y marginadas en la política colombiana”.
Por ello, asegura que quien hoy ocupa el segundo cargo más importante del país configuró “una voz de reivindicación impresionante”.
Menciona que para ver los alcances que tuvo su imagen solo es devolverse un año atrás, cuando con Petro se disputaba la candidatura del Pacto Histórico, ella, por el movimiento político ‘Soy porque somos’ y él por la Colombia Humana.
Ni siquiera el candidato vencedor del centro, Sergio Fajardo, quien tiene un largo recorrido en política, logró pasar la votación de la activista, quien obtuvo más de 780 mil votos.
Después, el gran interrogante era si el hoy Jefe de Estado se uniría a ella para llegar a la Casa de Nariño y la invitaría a ser su fórmula vicepresidencial, pero varios días después llegó la confirmación y la promesa de que se crearía el Ministerio de la Igualdad.
Para Bonilla, está claro que Márquez aportó un gran valor a la campaña, pues “las feministas que no querían votar por Gustavo Petro, pero que se identificaban con los movimientos sociales hicieron un voto simbólico por ella. Por eso sacó una votación tan importante en capitales grandes como Bogotá y Cali, además de la impresionante votación del Pacífico”.
En efecto, eso mismo reconoció la semana pasada la mandataria en un programa de la Presidencia: “Yo mido el patriarcado de la misma forma en que uno puede medir el racismo, la exclusión y el clasismo. La sociedad nos ha asignado unos roles y hace unos años las mujeres no estaban en la política. Todavía se cree que algunas discusiones son solo de hombres, pero las mujeres han roto eso y sin su trabajo yo no estaría como Vicepresidenta”.
Otra realidad que ha sido señalada como uno de los indicios de que Márquez planea su candidatura es que, pese a que solía frecuentar con Petro los mismos lugares y ambos llevaban la bandera de la Paz Total y la ‘Colombia, potencia mundial de la vida’, de un tiempo para acá no se les ha visto juntos y ella se ha enfocado en una agenda en el Pacífico, que es precisamente, su capital político, lo que ha abierto la puerta a que se piense que tienen diferencias.
El pasado viernes, la Vicepresidenta se comprometió delante de los alcaldes electos, quienes continúan recibiendo la inducción obligatoria de la ESAP, a trabajar de cerca con los municipios de categoría cuatro, cinco y seis para atender a las comunidades que están en situaciones de vulnerabilidad.
En su momento, esto se comparó con la reciente polémica que protagonizó el Presidente cuando no se reunió con gobernadores electos en un evento en Santa Marta, sino que llamó solo a los que son afines a su proyecto político a hablar en la Casa de Nariño.
A lo anterior se le suma el desplante que le hizo a los alcaldes electos que asistieron al congreso de Findeter, al que fue invitado, pero después de iniciar el evento, los organizadores se dieron cuenta de que el Mandatario no asistiría porque primero viajaría a Estados Unidos y después a Venezuela.
Por ello, desde algunos sectores destacaron que Márquez se haya dirigido a ellos: “Durante este año lo que más hemos encontrado es la dificultad de que algunos no tengan proyectos. Los alcaldes me dicen ‘ayúdeme’ y cuando les digo ‘sí, páseme el proyecto’ no lo tienen; eso siempre es una limitante para adjudicar recursos desde el Gobierno Nacional. Esta Oficina se compromete a acompañar a municipios pequeños que no tienen capacidad técnica o financiera”.
Pese a que frente a la posibilidad de una candidatura no hay todavía un pronunciamiento oficial y seguramente, de haberlo, se demoraría en llegar, lo que sí se percibe es cierto distanciamiento entre el Presidente y la Vicepresidenta.
Además, es cierto que hasta el momento no hay una figura visible que podría presentarse a las urnas en representación del Pacto Histórico, por lo que podría pensarse que la colectividad podría ver como una posibilidad reencauchar a Francia Márquez o que ella busque una coalición con su movimiento ‘Soy porque somos’.
Y aunque la victoria no es segura, hay oportunidades, según Bonilla, “en unas consultas internas Francia ganaría, en unas elecciones locales puede jugar muy bien, en unas nacionales es posible que pase al Congreso, pero en las presidenciales le costaría más posicionarse y ganar”.
*Redacción de El País y Colprensa