"La normalización comercial con Venezuela solo será posible cuando retorne la democracia, la legalidad y el Estado de Derecho en Venezuela”.

Así lo aseguró Claudia Blum, quien acaba de dejar el Ministerio de Relaciones Exteriores, a propósito del anuncio hecho esta semana por el Gobierno Nacional en el sentido de que se estaría analizando la posibilidad de abrir la frontera con el vecino país a partir del próximo primero de junio.

En opinión de la excanciller, para que haya el esperado intercambio comercial con Caracas, los sectores productivos de nuestro país deben sentir confianza en el entorno económico de esa nación y en la seguridad jurídica para su operación, lo cual no está dado actualmente por el Gobierno de Nicolás Maduro.

De otro lado, Blum destacó que, tras la llegada a la Casa Blanca de Joe Biden, su Cancillería trabajó “en la agenda robusta que delineamos con el secretario de Estado, Anthony Blinken, que incluye la reactivación económica, lucha contra el delito transnacional, cooperación para el desarrollo, medio ambiente y temas de paz, derechos humanos y defensa de la democracia en la región”.

“Tengo la seguridad de que la vicepresidenta Marta Lucía Ramírez hará una excelente labor” en todos los campos que conforman la política exterior cde Colombia, le aseguró a El País la saliente titular de la Cancillería, con respecto a quien le fue encargada la tarea que ella venía desempeñando.

Hacer un balance de gestión sería muy extenso, pero díganos los dos logros más importantes del Ministerio de Relaciones Exteriores durante el tiempo que usted estuvo al frente de él?

Sí, son muchos los logros en este año y medio de trabajo para impulsar la política exterior del presidente Duque, encaminada a defender en el ámbito internacional los valores de la legalidad, la equidad, la sostenibilidad y el emprendimiento, en beneficio de las generaciones actuales y futuras de colombianos.

Entre los principales resultados, destaco el liderazgo regional. Asumimos las tres presidencias simultáneas en la CAN, Prosur y la Alianza del Pacífico, donde impulsamos agendas para la reactivación, el medio ambiente y la equidad social.

En segundo lugar, el liderazgo en la agenda ambiental global. Pusimos en marcha el plan de acción del Pacto de Leticia por la Amazonía; aprobamos la Carta Ambiental Andina, y asumimos compromisos significativos en el Acuerdo de París para reducir gases de efecto invernadero.

También estuvo involucrada de alguna manera en la implementación del Acuerdo de Paz...

También fue relevante el trabajo constante para informar al mundo sobre los avances en la Política de Paz con Legalidad, aumentar la cooperación internacional en los componentes de esta política y garantizar el apoyo del Consejo de Seguridad a la Misión de Verificación de las Naciones Unidas.

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Gracias a esta gestión, internacionalmente se conocen los avances del país en la construcción de la paz, incluidos los resultados en reincorporación de excombatientes, reparación a víctimas, desarrollo territorial y rural, sustitución de cultivos ilícitos, y justicia transicional, entre otros temas.

De igual manera, usted tuvo a cargo la expedición del Estatuto Temporal de Protección para las personas venidas de Venezuela...

Sí, otro logro significativo fue la promulgación del Estatuto Temporal de Protección para los migrantes venezolanos. Es una política de largo plazo que hace visible esta migración, y que permitirá mejor planeación para que sea regular, segura y ordenada, y sea posible una integración social y económica más efectiva de este sector de la población.

¿Y en cuanto a la lucha contra la pandemia de Covid-19, que sorprendió no solo al Gobierno colombiano sino a todo el mundo, cuál es el balance?

Destaco que, en la coyuntura de la pandemia, impulsamos desde la Cancillería colombiana la cooperación internacional para apoyar nuestra respuesta interna en salud, y desarrollamos una estrategia de atención a miles de compatriotas afectados en el exterior. Repatriamos a más de cuarenta mil colombianos en vuelos humanitarios durante el período de cierres aéreos.

¿Se siente satisfecha con el acercamiento logrado desde el Ministerio de Relaciones Exteriores de Colombia con el Gobierno del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, durante estos últimos cuatro meses?

Claro que sí. Durante mi ejercicio como Canciller, y desde el inicio de la Administración Biden, establecimos todos los contactos con el Departamento de Estado, con legisladores de ambos partidos y otras agencias relevantes de Estados Unidos en temas de cooperación internacional, seguridad, justicia, ambientales, y asuntos económicos, entre otros.

Trabajamos en ese período en la agenda robusta que delineamos con el secretario de Estado, Anthony Blinken, y que incluye la reactivación económica, la lucha contra el delito transnacional, la cooperación para el desarrollo, el medio ambiente, los temas de la paz, los derechos humanos y la defensa de la democracia en la región.

Ratificamos en todos estos contactos con Estados Unidos la fortaleza de la alianza bilateral y el compromiso mutuo de seguir trabajando en la agenda de los dos países.

Como sucede con todos los funcionarios públicos, el manejo de la política exterior del país por parte suya fue objeto de algunas críticas desde algunos sectores. ¿Cómo asume esas posturas, hay alguna que la haya afectado especialmente y cree que esos sectores fueron injustos con usted?

Siempre asumí las críticas constructivas como parte de la discusión de una democracia. Terminé mi labor con la satisfacción del deber cumplido. Con todo el equipo de la Cancillería logramos resultados sólidos, a pesar de haber sido un período de retos debido al cierre de fronteras y aeropuertos en todos los países durante la pandemia, que obligó a transformar el trabajo diplomático en modalidades virtuales y semipresenciales.

A pesar de esto, tuvimos logros que impactan la vida de los colombianos y posicionaron a Colombia en campos prioritarios de la agenda regional y multilateral. Entre ellos, los nuevos convenios para ampliar la cooperación internacional en temas del desarrollo sostenible, la migración y la Paz con Legalidad; los acuerdos bilaterales para el ingreso de productos agrícolas en nuevos mercados y para aumentar nuestro comercio, vital en la reactivación económica; el fortalecimiento de la relación con la Unión Europea; la lucha contra el cambio climático, que por naturaleza es global; las acciones internacionales contra el delito transnacional, y el fortalecimiento de los canales de atención consular a connacionales en el exterior, por mencionarle algunos resultados que son visibles.

Esta semana el Gobierno colombiano anunció la apertura de las fronteras que se habían cerrado a causa de la pandemia de coronavirus. ¿Qué tanto perjudicó al país este cierre?

He conocido esta semana ese anuncio del Gobierno Nacional de reabrir fronteras con Ecuador, Perú, Brasil y Panamá. El cierre de conexiones terrestres, marítimas y fluviales con esos países fue en su momento una decisión que adoptó el Gobierno para contener la propagación del Covid-19 al igual que lo hicieron la mayoría de los países en el mundo.

Fue un cierre que permitía en todo caso el paso de carga, así como el tránsito excepcional de personas en situaciones humanitarias. Sin duda fue una medida que impactó a Colombia, y en particular a las comunidades fronterizas, pero ante la pandemia fue una decisión motivada en razones de salud pública adoptada de manera coordinada por distintos países de la región.

También se informó que se abriría la frontera con Venezuela. ¿Cree que con esa medida podría pensarse en una normalización comercial con Venezuela?

Personalmente considero que la normalización comercial con Venezuela solo será posible cuando los sectores productivos y comerciales de nuestro país sientan la confianza en el entorno económico de ese país y en la seguridad jurídica para su operación. Y ese escenario solo será posible cuando retorne la democracia, la legalidad y el Estado de Derecho en Venezuela.

A propósito, se dice que la crisis interna que se registra en Colombia a causa de las protestas le ha quitado fuerza al Grupo de Lima. ¿Qué tan sólido queda este organismo tras su salida del Ministerio de Relaciones Exteriores?

Como excanciller considero que el Grupo de Lima ha cumplido y sigue cumpliendo una misión esencial para dar visibilidad a la crisis multidimensional de Venezuela y para trabajar en la acción diplomática internacional que se requiere para el restablecimiento de la democracia en ese país.

El Grupo de Lima reúne a países democráticos que viven las consecuencias directas de la crisis creada por el régimen ilegítimo y no pueden bajar la guardia en esa lucha por la legalidad, la democracia y el Estado de derecho.

En su concepto, ¿cuál es el mayor reto que tendrá la vicepresidenta Marta Lucía Ramírez en cuanto al manejo de la política exterior del país, ahora que el presidente Duque le ha encomendado también esa tarea?

Colombia tiene una política exterior diversa y robusta, tanto en el frente multilateral como en el bilateral, que se ha venido impulsando desde el primer día del Gobierno del presidente Iván Duque. Una política exterior que se enmarca en los pilares de nuestro Plan Nacional de Desarrollo, y en el papel reconocido de Colombia como nación democrática, comprometida con la seguridad, la paz, el medio ambiente, el desarrollo y la vigencia de la democracia y los derechos humanos en el mundo.

Tengo la seguridad de que la vicepresidenta Marta Lucía Ramírez hará una excelente labor en labor en todos estos campos.