El abogado Hernando Morales y el exministro Wilson Ruiz están recorriendo las calles de Cali en busca de apoyos para poder inscribirse como candidatos independientes a la Alcaldía. Ellos hacen parte del ramillete de al menos diez aspirantes a suceder en el cargo a Jorge Iván Ospina que han preferido recoger firmas a través de movimientos ciudadanos que buscar el aval de algún partido político.
¿Por qué escogieron esa vía? ¿Qué piensan sobre la amenaza de liquidación que acecha a Metrocali? ¿Cuál es el problema de Cali al que primero le meterán mano de ser elegidos para ocupar el CAM? Estas y otras preguntas les hizo El País a Morales, cuyo movimiento es Pacto por la Defensa de Cali, y a Ruiz, que se inscribió por SOS Cali, Salvemos a Cali.
“No hago parte de la Administración”, dice el primero, cuestionado por su cercanía con el exgobernador Juan Carlos Abadía y el actual Alcalde de Cali. “Duque no me conocía cuando me nombró”, afirma el segundo, a quien sus contradictores le recuerdan que hizo parte del anterior Gobierno Nacional.
El País: ¿Por qué decidió salir a buscar firmas en lugar de pedir el aval de un partido?
Hernando Morales (H.M.): Con los partidos ha habido un agotamiento de la ciudadanía, ya la gente no se siente representada por ellos y, sin denigrar de ellos, porque son parte de nuestra democracia, pero a veces no representan el sentir de los ciudadanos. Hemos pasado estos primeros días de campaña escuchando a los ciudadanos. No se trata de proponer y proponer, sino que ya hemos tenido 1300 encuestas, en las que hemos escuchado el clamor de la gente. Lo de las firmas lo hice para no generar un sesgo político. Vamos es un movimiento ciudadano y eso es lo que queremos: representar el sentir de los caleños.
Wilson Ruiz (W.R.): Considero que ha sido la mejor decisión, porque es una especie de precampaña electoral, escuchando a los diferentes sectores. En mi caso, he visitado los barrios donde otrora estudié, como el León XIII, la Nueva Floresta, la Universidad Libre y me da una alegría inmensa encontrarme con mis compañeros y ese es el sentir del pueblo. Es la primera vez que aspiro a un cargo de elección popular, precisamente porque no quiero matricularme en ningún partido político de entrada. Conseguir un aval es lo más fácil que hay, lo importante es adentrarse a hablar con el pueblo para sentir las necesidades que está padeciendo nuestra ciudad.
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El País: ¿Qué hacer en materia de seguridad para mejorar la vida de los caleños?
H.M.: Si bien es cierto la seguridad no depende solo de la Administración local, es claro que el Alcalde es el vocero de los ciudadanos, él que tiene que hacer los llamados de atención, no solo al Gobierno Nacional, que debe también prestar su apoyo, y a la Policía. Hoy tenemos 1400 efectivos menos de lo que debería tener la ciudad. Tenemos 70 fiscales para atender esos delitos y en los últimos años hemos visto que el apoyo a la Policía ha sido muy poco, y esa inseguridad genera violencia. Ya la gente, cansada de eso, golpea los ladrones, queman las motos y eso no puede ser, pero es por la falta de autoridad. Lo primero que haría el 1 de enero de 2024, antes de irme a celebrar, es un consejo de seguridad, para de una vez tomar las decisiones que se tienen que tomar para enrumbar la seguridad.
W.R.: Yo tengo la llave para frenar la inseguridad de Cali. Esta ciudad es un desgobierno total, una anarquía. Aquí todo el mundo hace, excusamente el término, lo que le da la gana, porque este Alcalde no quiere la autoridad. A Cali le faltan más de cinco mil policías, pero como el Alcalde no quiere la Fuerza Pública, pues no hemos podido hacer el trámite para que nos lo regresen. Nosotros hablamos con el pueblo y resulta que, con diez personas que he hablado en cada momento, ocho se sienten inseguras en Cali. ¿Qué diremos de los muertos? Es increíble lo que va del 2023 y más de cien muertos.
El País: ¿Es mejor liquidar Metrocali?
H.M.: Es que la autoridad en transporte masivo es la Secretaría de Movilidad, y tiene que asumirlo. Metrocali está en causal de liquidación desde hace quince años. Es una sociedad anónima que, de cinco socios que exige la ley, tiene cuatro. Las deudas que tiene sobrepasan sus activos, y el plan de desempeño no han podido sacarlo porque financieramente no da. Una cosa es Metrocali, que es un contratista malo que tiene el Municipio, una entidad que fracasó. Metrocali tiene que desaparecer y asumir el Estado, cómo debe ser, el manejo del sistema. El sistema tiene que continuar, pero hay que replantearlo.
W.R.: Te respondo de una forma contundente: el MÍO hay que salvarlo cómo sea, porque sería un gran daño para la ciudad. Cómo no se va a quebrar si más del 30 o 40 % de la gente pasa derecho sin pagar el pasaje, cuando en este momento no es viable financieramente. Hay que llamar a los operadores, entrar con el Municipio y buscar una fórmula, así toque endeudar a futuro, pero hay que salvar el MÍO. Yo no me imagino el caos que se nos va a formar, si el MÍO entra en fase de liquidación.
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El País: ¿Qué responde frente a los señalamientos que se le hacen por su cercanía con el exgobernador Juan Carlos Abadía?
H.M.: Él tiene derecho, si está siendo investigado, a tener un abogado, y también me cuestionan por ser abogado de Jorge Iván Ospina y le digo: no tengo ninguna vinculación ni con la Administración ni con sus actuaciones. Soy abogado de él, como he sido abogado de más de 200 funcionarios públicos, de 12 alcaldes del Valle del Cauca y de 3 gobernadores.
El País: ¿Qué dice a los señalamientos por haber sido ministro del Gobierno de Duque?
Yo no he militado en ningún partido político, es la primera vez que aspiro a un cargo de elección popular. Cuando aspiré a ser Procurador General de la Nación, que quedé primero en la Corte Suprema de Justicia y fue designada la doctora Margarita (Cabello), fue cuando el presidente Duque me llamó para que fuera su ministro de Justicia, y yo ni siquiera lo conocía. Para mí, ser ministro de Justicia es una alta dignidad y, por supuesto, acepté sin ningún tipo de presión, y fue el ministerio que más resultados dio en esos dos años y medio que estuve. Entonces, fueron más las cosas positivas que las negativas, y lo hicimos con contundencia en materia de combatir la delincuencia.
El País: De todos los problemas que hay en Cali, ¿a cuál le metería la mano primero?
H.M.: La seguridad es el primero, pero va amarrado a la desesperanza que hoy tiene la ciudad, a la tristeza que se muestra, y por eso hay que buscar recuperar esa caleñidad, la solidaridad de los caleños, su civismo, porque de ahí arranca todo lo demás: la seguridad, la parte ambiental, el tema de las basuras, la movilidad. Ya Cali está diagnosticado, y se trata es de escuchar a la gente y mostrarle propuestas para sacarla adelante.
W.R.: A mí Cali no me va a quedar grande para poderlo solucionar, pero el doctor Hernando tiene razón y también tenemos que pensar en lo siguiente: la grave crisis que tenemos con los jóvenes de nuestro país, más que todo aquí en Cali, y yo soy del oriente, de la parte más pobre de acá, es la falta de oportunidad laboral y de educación. Como propuesta, quiero que en vez de que haya un trabajo, hayan tres, es decir, trabajar las 24 horas. ¿Cómo?: con buena seguridad.
El País: ¿Las personas que simpatizan con sus propuestas pueden tener la seguridad de que va a ir hasta el final de esta contienda?
H.M.: Yo ya estoy en la madurez política y profesional de mi vida, así que no necesitaría haberme metido en este problema, pero lo hago por Cali, con todo el cariño del mundo. No estoy detrás de que me den un puesto ni interesado en que negociemos y me nombren secretario de despacho; ese no es mi interés. Yo quiero luchar por Cali. A veces criticamos: ‘que Alcalde tan malo, no hay buenos candidatos’, pero nadie propone nada serio. Entonces, quise pasar de la crítica a decir: ‘yo soy capaz’. Pongo a disposición de los caleños mi experiencia, mi conocimiento y mi madurez’, y voy hasta el final. Esto no lo hice para jugar. Necesito que los caleños me conozcan y me logren elegir para demostrarles que soy capaz de sacar a Cali adelante.
W.R.: Yo he tenido mucho reconocimiento, no solamente a nivel local sino nacional, a raíz de los cargos y de que me he desempeñado en universidades durante muchos años, pero quiero decir que tengo la fórmula para sacar nuestra ciudad de Cali adelante, y quiero decirles a mis miles de alumnos y exalumnos que vamos a ir hasta el final. Hemos recogido más de 50.000 firmas en dos meses que llevamos y estoy muy contento, porque estamos seguros de que vamos a lograr el objetivo con la ayuda de todos. Precisamente lo que buscamos es el contacto con el pueblo, con la gente, ver las necesidades de primera mano para poder sacar adelante esta hermosa ciudad.
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El País: Pero un grupo de empresarios propone hacer una encuesta para escoger un candidato que le haga contrapeso a la clase política tradicional de la ciudad...
H.M.: Los ciudadanos tienen derecho a elegir y ser elegidos, y quien considere que quiere ser elegido tiene esa opción y no se puede limitarla ni por empresarios ni encuestas. Es un derecho constitucional y hay que respetarlo. Yo trato de buscar que no haya divisiones entre ricos, pobres; entre buenos, malos: unámonos todos por Cali. No podemos satanizar tampoco a los políticos por una mala experiencia. Lo malo es la politiquería, la política es necesaria porque son el nexo entre el pueblo y el poder.
W.R.: Desde luego uno no descarta que más adelante se haga una alianza con alguien que quiera trabajar en forma decente por Cali. Yo estoy acostumbrado a trabajar en conjunto y quiero formar un gabinete que sea de la ciudad o del Valle del Cauca, pero yo, que tengo más de 10.000 exalumnos en Cali, tenemos material para sacar la ciudad adelante. Qué bueno que tengamos un buen equipo de concejales que quieran trabajar por Cali. Eso es lo que yo pretendo, dé cara a la ciudad, es lo que necesitamos para recuperarla.