"Colombia está muy mal, mucho sufrimiento, mucho atraso, mucha quiebra del agro y de la industria, pero lo que también digo es que este país sí tiene arreglo. Sacar a Colombia adelante quiere decir construir un país en el que el sol brille para todos y para todas".
Así se expresa Jorge Enrique Robledo, líder del movimiento Dignidad y aspirante a la Presidencia por la Coalición de la Esperanza, quien le contó a El País la necesidad de generar empleo y riqueza en Colombia y cómo le aportará al debate político en la próxima contienda electoral.
Teniendo en cuenta la división de los verdes, que se agravó tras las encuestas internas, ¿cree que ese partido se definirá finalmente por la Coalición de la Esperanza?
Primero, debo decir que no soy muy amigo de opinar sobre los asuntos de otras organizaciones, pero hago un par de comentarios breves. Lo primero es que, por decisión estatutaria, la Alianza Verde desde hace meses decidió estar en la Coalición de la Esperanza. Ellos son fundadores de este proyecto y esperamos que aquí termine habiendo un candidato a la Presidencia que sea parte de la Coalición Esperanza.
Lo segundo, esas encuestas que terminaron de hacer en estos días, que son bastante confusas porque hay muchos tipos de preguntas, si uno quita la hojarasca, en todos los casos, cuando los ponen a escoger en qué coalición quieren estar, la mayoría dice que en la Coalición de la Esperanza, sin embargo ellos tomarán sus decisiones y nosotros seremos respetuosos de eso.
Las posiciones están divididas frente a si recibir o no a Alejandro Gaviria en la Coalición, ¿cuál es la suya?
Frente a este tema la Coalición de la Esperanza está 100 % unida. Desde hace semanas sacamos una declaración, un video, donde aparecemos Humberto de la Calle, Juan Manuel Galán, Juan Fernando Cristo, Sergio Fajardo y yo, y dijimos una cosa que es la que más me altera: este es un proyecto de oposición al Gobierno y a las políticas de Iván Duque, y al mismo tiempo dijimos que este no es un proyecto compatible con las fuerzas tradicionales por su propia historia, pero particularmente con las fuerzas tradicionales, que son todas las que están respaldando a Iván Duque. Hemos señalado con toda claridad que no cabe el Partido Liberal de César Gaviria.
No me refiero a la ciudadanía liberal, que es bienvenida, sino al Partido Liberal de César Gaviria y quien esté en ese proyecto, pues está en ese y no puede estar en este. Por ese asunto tenemos consenso quienes hoy somos parte de la Coalición de la Esperanza.
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Hablando de Cali, ¿qué opina de los bajos niveles de favorabilidad del alcalde Jorge Iván Ospina?
Recordemos esto, cuando se hizo la elección pasada a la Alcaldía, yo todavía estaba en el Polo. Nosotros, el sector del Polo, votó por Michel Maya a la Alcaldía, o sea que no hacemos parte de esta Administración. No tengo todos los detalles, pero por lo que veo en las encuestas, no le está yendo nada bien.
¿En qué cree que está fallando la economía del Valle del Cauca?
Aquí los trabajadores son inteligentes y echados pa’lante, como todos los colombianos, lo que pasa es que tenemos un modelo económico nacional no de desarrollo, sino de subdesarrollo. No es verdad que Colombia sea una economía en vía de desarrollo, no, sino una economía condenada al subdesarrollo, porque un país que prefiere traer del exterior lo que podríamos producir tanto en el agro como en la industria, no tiene futuro.
Eso se refleja con unos índices de desempleo muy dolorosos que se expresan en el Valle, porque lo que hay es una política económica que es hostil contra la creación de empleo y de riqueza.
En sus redes sociales usted enfatiza mucho en la unión, ¿por qué?
Sí, es un asunto que es de principios en Dignidad y en la Coalición de la Esperanza. Tenemos que unir los intereses de los asalariados, de los informales, de los sectores populares, de los campesinos, de los indígenas, de las clases medias y de los empresarios.
A todos ellos los podemos unir en torno a un programa, que es el que yo estoy construyendo, un programa que nos lleve a muchas cosas, pero principalmente a crear fuentes de ingreso y riqueza, porque sin eso no es posible sacar a un país adelante. Los índices de desempleo, que son inmensos, nos avergüenzan ante el mundo civilizado. Lo que nos dice es que a quienes están gobernando les importa un pepino que haya empleo y riqueza, lo hay para unos cuántos, unos pedacitos de la Colombia moderna, y el resto del país parecemos África.
Apropósito del Polo, ¿cómo analiza las disputas por la conformación de listas en el Pacto Histórico?
Realmente no conozco los detalles, pero sí tengo la impresión de que hay desacuerdos por la idea que se está planteando en el Pacto Histórico de cerrar las listas. Genera dificultades que son naturales porque se vuelve una decisión como a dedo y entonces lo que entiendo es que hay una inconformidad que no me sorprende, porque las listas cerradas son mucho menos democráticas que las abiertas.
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Hace poco usted y otros miembros de la Coalición de la Esperanza fueron señalados de populistas al publicar una foto en el Transmilenio...
Yo tengo la conciencia tranquila de que en mi caso, el de Dignidad y la Coalición de la Esperanza, no somos populistas, ni tenemos nada que ver con el populismo. Si fuéramos populistas, ya nos habríamos unido con otros proyectos que nos lo están proponiendo.
Ahora, haber estado en ese Transmilenio pudo ser equivocado, no tenemos inconveniente en reconocerlo, pero no porque seamos populistas y tratemos de ser lo que no somos, sino porque la impresión que causó puede no ser positiva, pero no se puede concluir nada, la vida es más compleja que lo que refleja una foto.
¿Cómo ve las próximas elecciones, con temor o con esperanza?
Yo las miro con esperanza, en la medida en que las miro como una elección que puede ganar la Coalición, de no ser así, no veo opciones que realmente cambien a este país. Nosotros estamos haciendo un énfasis, no vamos a convertir estas elecciones en una pelea de perros y gatos, no lo vamos a hacer.
Debates serios, sí, diciendo las verdades, pero nos negamos a contribuir con la idea de que es positivo llegar a los colombianos con miedo, odio y rabia. No vamos a recurrir a sentimientos que apunten a que la gente no tome decisiones racionales. Uno de nuestros aportes al debate político será que no vamos a usar lenguaje violento ni desproporcionado.