El expresidente Juan Manuel Santos lanzó duras críticas al presidente Gustavo Petro por la crisis política en Venezuela, especialmente por el asedio que actualmente hay hacia la embajada de Argentina en Caracas por parte del régimen de Nicolás Maduro, lugar en el que se encuentran refugiados seis opositores.
Santos desde su cuenta de X (antiguo Twitter) se expresó indignado porque por parte del gobierno colombiano no ha habido pronunciamientos que condenen estos casos de violaciones a los derechos humanos.
“El gobierno colombiano no ha dicho ni una palabra frente a la oprobiosa situación que el régimen de Maduro le ha impuesto a la embajada de Argentina”, aseguró el premio Nobel de Paz, quien a la vez cuestionó la ausencia del gobierno en la última reunión de la Organización de Estados Americanos (OEA).
“Esta semana Colombia ni siquiera asistió a la reunión de la OEA convocada para defender el sagrado derecho al asilo que Colombia ha defendido siempre. Hasta México se pronunció”, cuestionó el exmandatario al dejar claro que un país como México que tiene un gobierno que comparte la misma ideología al colombiano, si mostró preocupación sobre la situación en Venezuela.
“Esa posición ambivalente está saliendo cada vez más costosa. Es cuando un canciller con carácter debe imponerse, a menos de que quiera seguir de alcahueta”, concluyó el mandatario que desmovilizó a la extinta guerrilla de las Farc.
Aunque el pronunciamiento de Santos dejaba en claro su rechazo total al régimen venezolano, fue criticado por algunos sectores, especialmente del uribismo, acusándolo de que supuestamente durante su gobierno él le dio fuerzas a Nicolás Maduro por las relaciones que tenían en ese entonces ambos países.
Todo esto, luego de que la Secretaría General de la OEA en los últimos días reiteró su condena al asedio y hostigamiento llevado a cabo por las fuerzas de seguridad venezolanas en torno a la Residencia Oficial de la Embajada de Argentina en la ciudad de Caracas.
La OEA calificó dicha situación como una “flagrante violación” de las garantías de seguridad y protección que deben otorgarse a los asilados, conforme a lo establecido en la Convención sobre Asilo Diplomático de 1954 y la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas.