¿Qué balance hace del texto de la reforma aprobado en la Comisión Séptima de la Cámara?
Es una reforma que acaba con el sistema de aseguramiento en salud y condena a los colombianos a un monopolio estatal costoso e ineficiente. Es irrealista, porque plantea dos años de transición donde supuestamente alcaldías, gobernaciones, el Ministerio y la Adres van a construir las capacidades técnicas y administrativas que hoy tienen las EPS para sustituirlas, pero sabemos las capacidades paquidérmicas que tiene el Estado para adecuarse.
Es una reforma que carece de la legitimidad necesaria para que pueda ser operable, porque fue construida por la exministra Corcho de espaldas a pacientes, médicos y académicos y prueba de eso es que 195 asociaciones de pacientes tuvieron que construir un texto alternativo porque la exfuncionaria los excluyó. Además, varios actores del sistema de salud le plantearon al Gobierno que retirara el texto, aprovechando la llegada del nuevo Ministro, para convocar una gran mesa nacional de salud que nos permita entre todos, y sin esos sesgos estatizantes que tiene el Ejecutivo, buscar la manera de resolver los problemas que todos reconocemos que existen. Lamentamos que con esta iniciativa, en lugar de resolverse esos problemas, se van a terminar agravando y se van a crear otros.
Usted ha dicho que en ese debate hubo vicios de trámite...
Si termina siendo ley, vamos a ir ante la Corte Constitucional para presentar todas esas irregularidades, empezando porque, tras la aprobación del primer debate, no había aval fiscal del Ministerio de Hacienda; se tenía que adelantar una consulta previa con las comunidades indígenas que no se hizo y por eso hay una tutela en el Consejo de Estado por parte de la comunidad Yukpa.
Hubo vicios de trámite por la impericia y el autoritarismo del presidente de la Comisión, Agmeth Escaf, quien violó varias veces el reglamento, con el artículo 97 y el 132, y vimos que hubo mucha confusión en lo que se votaba. Había una ponencia, después una enmienda, luego un texto interpretativo mandado por el secretario de la Comisión por órdenes de Escaf y después hubo un informe de la subcomisión, que terminó haciendo una sustitutiva, pero eso en la práctica no se puede.
¿Pero cuál es su principal frustración de todo lo que se aprobó?
Es muy difícil que ese texto se pueda arreglar a través de proposiciones. Además, se ha tratado de armonizar dos cosas que son incompatibles: el modelo del Gobierno es de corte británico e implica la refundación del sistema de salud en Colombia, y los partidos que terminaron apoyando la aprobación buscan garantizar la supervivencia del sistema de aseguramiento de hoy, y se termina es aprobando una colcha de retazos.
Celebro que se hayan caído los artículos relacionados con las Adres ‘regionales’, que iban a ser capturados por los políticos regionales, pero se mantiene como pagador único del sistema una entidad que tiene 250 funcionarios y que pasaría a entre seis mil y 31.000 adicionales, dependiendo de los sistemas de información que sean capaces de crear.
¿Y cuál es la preocupación allí?
El problema es que es poco realista: plantean dos años para construir esos nuevos sistemas de información, y le asignan $75 mil millones, y en el Reino Unido se demoraron diez años, no fueron del todo exitosos y costaron $90 millones... la Adres es mal pagador, no tiene capacidad técnica ni administrativa y expertos señalan que va a propiciar un agotamiento anticipado y puede presentarse mayor nivel de corrupción porque la Adres tendrá que pagarle a las IPS en los 30 primeros días el 80 %, antes de hacer alguna auditoría. El otro tema que me preocupa son los centros de atención primaria en salud: supuestamente cada centro va a tener a su cargo 20.000 personas y va a reemplazar muchas de las funciones de las EPS, pero los tienen que construir. Es decir, van a terminar marchitando a las EPS, pero no van a ser capaces de construir la capacidad estatal para reemplazarlas y no sé si van a lograr que las EPS se queden más tiempo, porque la ley no lo va a permitir.
¿Cree que en la Comisión se abusó de la votación en bloque?
Sí, solo en la última sesión se permitió que se votara artículo por artículo. En las dos primeras sesiones, cuando se votaron las ponencias, me dio, como vocero de bancada, solo dos minutos para hablar de la ponencia negativa y tres de la positiva, pese a que la Ley 5 prevé que las bancadas pueden tener hasta 20 minutos. Después de eso, hunden, desde el Pacto Histórico y otros partidos de la coalición, la solicitud de Cambio Radical de que se votara artículo por artículo, y luego el presidente, de manera irreglamentaria, y de eso dejé constancia, habló de tres bloques de proposiciones sin aval, que no sé de dónde se lo inventaron, y votaron las proposiciones sin haberlas leído y terminaron votando artículos en bloque que no tenían unidad temática, lo que limitaba la posibilidad de que uno discutiera. Entonces, sí me pareció arbitrario por parte del presidente, porque al menos los artículos más sensibles se hubieran podido votar de manera separada, con más profundidad, pero ese es el talante del señor Escaf.
¿Cómo hizo para no desistir, cuando tenía las mayorías en contra?
Sé que en la Comisión éramos una voz bastante solitaria, a pesar de que también estaban los representantes de Cambio Radical, mi compañero del Centro Democrático y en algunos temas el Partido Liberal y la U, pero no me sentí solo porque los expertos y sobre todo los pacientes de enfermedades huérfanas y crónicas, que llegan a ser hasta ocho millones de personas y tienen grandes preocupaciones por lo que pueda pasar, continuamente nos están animando.
¿Siente que en la plenaria de la Cámara sí habrá garantías?
Debo confesar que yo voté por Escaf y que, en gran medida, es presidente de esa Comisión por los votos del Centro Democrático y Cambio Radical. De hecho, él no sacó un solo voto de su partido, y lo único que le pedimos es que nos diera garantías, pero la verdad es que no las he sentido. He visto cómo hay un tratamiento diferenciado respecto a mí en la Comisión, solicitudes que le hago, él las rechaza; le da más tiempo a otras personas, pero no nos va a amedrentar ni a amilanar con esa forma despótica de manejar la presidencia de la Comisión; vamos a seguir dando el debate y exigiendo que se cumpla el Reglamento del Congreso, que es la Ley 5.
¿Y cómo ve el ambiente en Senado?
Como complemento al debate democrático en el Senado, estamos haciendo el ejercicio de ir a las calles a buscar que la gente firme una solicitud de consulta del Centro Democrático a propósito de las tres reformas sociales, pero la que más preguntas tiene es la de salud: hemos visto en encuestas que todos queremos que se mejore el sistema de salud, pero siete de cada diez colombianos no quieren que se acaben las EPS ni ser condenados a un sistema monopólico costoso e ineficiente por parte del Estado. Estamos pidiendo a la ciudadanía que firme esta consulta para que el Congreso se dé cuenta de que, a pesar de que Gustavo Petro ganó las elecciones, eso no significa un cheque en blanco para que refunde el país y, en particular, el sistema de salud. Ojalá el Presidente viera lo que pasó en Chile, donde el electorado ha mostrado que continuamente está evaluando si lo que está haciendo el gobernante se ajusta a todas sus expectativas.
Pero, ¿será votada?
Creo que se pueden terminar cayendo otros artículos en la plenaria: el Partido Liberal votó unos artículos en contra, sé que hay algunos integrantes del Partido Verde que están en contra de la reforma, en el Partido Liberal hay divisiones y a los de la U seguro podemos convencerlos de que voten en contra algunas cosas. Vamos a ver qué sucede, pero si esto termina pasando en la plenaria, y después en la Comisión Séptima del Senado, y en la plenaria del Senado, nos quedará la Corte Constitucional.