Es importante decir que hemos llevado la relación a un buen momento. Pocas veces antes se había tenido tanta interacción al más alto nivel entre Colombia y Estados Unidos”.

Así se refiere el embajador de Colombia en Washington, Luis Gilberto Murillo, con respecto a la propuesta de crear un estatuto para migrantes que le hizo el presidente Gustavo Petro al secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, en su visita de esta semana al país.

La solicitud estaría relacionada con el acogimiento de los nacionales que se encuentran de manera ilegal en esa Nación y fue desestimada por el funcionario estadounidense.

Murillo aclaró que la petición no se hizo “como algo de reciprocidad por lo que se está haciendo en Colombia por los venezolanos, sino por un tema de derechos. Nos preocupa la situación de los connacionales” en Estados Unidos.

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El Embajador también habló con Colprensa sobre la inefectividad de la lucha contra las drogas en el mundo y aseguró que Colombia debería tener un abordaje más holístico y de diálogo sobre el tema
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En el mismo sentido, invitó a los países de alta demanda de alucinógenos a que tomen cartas en el asunto.

Murillo comentó igualmente sobre los objetivos que se ha planteado durante su paso por la Embajada en Washington, entre ellos, aportar a la recuperación de los Acuerdos de Paz con las extintas Farc y lograr la continuidad del apoyo de Estados Unidos a Colombia, al igual que la propuesta de acogimiento a bandas y redes criminales.

¿Cuáles son las principales metas que se ha fijado desde la Embajada en Estados Unidos?
La principal meta es poner los nuevos énfasis de Estados Unidos y Colombia, que parte de una base muy importante y es que esta es una relación estratégica, una relación muy profunda, compleja, con muchos temas y hay ya un nivel y un ritmo de trabajo muy importante.

Los últimos 20 años se ha dado un proceso de acercamiento entre Colombia y Estados Unidos, compartimos valores, pero también muchos objetivos: la seguridad, la prosperidad, la paz, hay una relación de los pueblos muy estrecha. En ese contexto, y en este nuevo momento del país, el presidente Petro me ha dado instrucciones, conjuntamente con el canciller, Álvaro Leyva, de focalizar la relación con los Estados Unidos en tres líneas principales.

¿Y cuáles son esas tres líneas?
La primera debe ser la respuesta a la crisis climática, la conservación de la biodiversidad y los ecosistemas estratégicos, que está asociado a eso. Todo lo relacionado con transición energética y socioecológica. Ahí hay varios frentes, el de poder avanzar en la generación de energía de fuentes renovables no convencionales.

También en lo que tiene que ver con poder generar una especie de canje de deuda por acción climática. El Presidente ha planteado la creación de un fondo multilateral que lleve a que se pueda financiar a las comunidades y compensarlos por servicios ambientales, por restauración de ecosistemas estratégicos y por protección de la biodiversidad, sobre todo, en un énfasis en la Amazonia y en el Chocó.

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La segunda dimensión tiene que ver con la ‘paz total’ en varias líneas: la implementación del Acuerdo de Paz que se firmó con las antiguas Farc. Allí hay que recuperar el tiempo perdido y en eso una señal importante es el padrinazgo de Estados Unidos del capítulo étnico del Acuerdo y todo el apoyo que ha brindado y seguirá haciendo a los municipios PDET.

Un segundo ítem tiene que ver con las negociaciones de paz con el ELN que acaban de reanudarse, y un tercer asunto, que hay que trabajarlo más, está asociado al acogimiento de bandas y redes criminales, por lo general, multicrimen. De ahí se desprenden unos ajustes que se tendrían que hacer a la política, como la cooperación judicial, militar, policial, de inteligencia y con asuntos comerciales, sobre todo el Tratado de Libre Comercio.

La tercera prioridad son los temas de migración e inclusión en un solo bloque. El Presidente ha planteado la expansión de formular una política migratoria que garantice los derechos de la población venezolana, pero también a otras poblaciones que están llegando al país. La lista es mucho más larga y eso ha impactado muchas regiones particularmente. Hay que responder no solo con la perspectiva humanitaria, sino de derechos. Esa política se va a expandir.

El secretario de Estado, Antony Blinken, no coincidió con el presidente Gustavo Petro en la creación del estatuto para migrantes colombianos. ¿Qué hará el Gobierno Nacional para lograr que Washington acepte esta iniciativa?
Es importante decir que hemos llevado la relación a un buen momento. Pocas veces antes se había tenido tanta interacción al más alto nivel entre Colombia y Estados Unidos.

Después de un trabajo de ambientación, la primera visita que se hizo fue cuando el Presidente era electo, cosa que no hace Estados Unidos normalmente. Y vinieron visitas de más alto nivel. Por ejemplo, el asesor de Kamala Harris para Asuntos de Seguridad. Han sido varias ya. Y finalmente la del secretario Blinken, que cierra un capítulo y abre otro nuevo de más detalles.

¿Y qué balance hace de todos esos acercamientos?
En todas estas reuniones hemos planeado que se requiere un alivio para la población colombiana en los Estados Unidos, y no como algo de reciprocidad por lo que se está haciendo por los venezolanos, sino por un tema de derechos. Nos preocupa la situación de los connacionales en los Estados Unidos.

En eso hay varios caminos, uno es el del estatuto de protección temporal, que tiene una ruta compleja en los Estados Unidos; hay uno más sencillo que es el de la salida forzosa diferida. Este permite que la persona se quede en los Estados Unidos mientras se normaliza su situación y después puede decidir si regresa a su país o encuentra la ruta para integrarse a esa sociedad.

El secretario Blinken no cerró las puertas, ya tenemos el mensaje de la Casa Blanca para recibir la propuesta de Colombia y empezar a discutirla. No cerró la puerta, simplemente dio su abordaje inicial. Ese es el argumento que llevamos a Estados Unidos y vamos a seguir insistiendo en la defensa de nuestra población y su tranquilidad.

¿Qué se definió sobre el mecanismo de extradición?
El Presidente ha planteado un mecanismo de extradición diferenciada. El actual ha funcionado bien. La cooperación judicial, el presidente Petro la ha venido aplicando. Lo que estamos haciendo es una propuesta, y cuando se discuta más con los Estados Unidos y lleguemos a acuerdos, se empezará a implementar. Pero él ya ha venido extraditando a mucha gente y tomó algunas decisiones difíciles desde lo político. Lo que dijo el secretario Blinken es que seguirán en el marco de la cooperación que tenemos de extradición.

Frente a la propuesta de cambiar la política antidrogas, ¿en qué consisten las modificaciones que serán presentadas a Washington?

En Colombia desde hace rato hay críticas a la manera en la que se ha aplicado la mal llamada lucha contra las drogas, porque ha sido inefectiva, pero el país es el que más ha aportado en esto. El sacrificio colombiano ha sido enorme. Los países de alta demanda también deberían reunirse y definir su estrategia.

En el contexto colombiano, y en lo que tiene que ver con la oferta, debemos tener un abordaje más holístico. Una es más de diálogo, de descriminalizar, tiene que ser con la modificación de algunos convenios y que dé más posibilidades a los países de innovar para poder combatir ese fenómeno.

¿Pero qué aspectos abarcarán esas modificaciones?
Hay que hacer modificaciones en algunos aspectos como la erradicación, hay que atacar los eslabones fuertes de la cadena y no los más débiles, como siempre ha sido con los campesinos, los afrodescendientes.

En sustitución, hay que sustituir ingresos; también las interdicciones, pero claro, más interdicción sobre todo dentro del territorio nacional, y poner la inteligencia orientada al tema de esa interdicción. También está la extradición, la cooperación judicial y todo lo de lavado de activos.

Ojo, esto es un proceso en discusión. Hay propuestas, se están discutiendo dentro del Gobierno, pero también lo estamos dialogando con Estados Unidos. Hemos avanzado en el acuerdo político, ahora vamos a lo técnico y de expertos.

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Frente a la reanudación de los diálogos con el ELN, ¿cuál será su función particular en torno a ese proceso?

Mi misión es comunicar esta política, conseguir el mayor número de aliados. Me he reunido con el alto comisionado de Paz, Danilo Rueda, para seguir instrucciones de los avances que se han realizado y saber cómo comunicarnos.

Mi papel va a estar mucho más enfocado en la búsqueda de cooperación y apoyo, hay una agenda muy importante y gruesa.

Usted aseguró en el Congreso que “Colombia metió a Cuba en esto, en semejante lío en el que está por una solicitud de nuestro país”, refiriéndose a la lista de países que, según Washington, promueven el terrorismo. ¿Qué quiso decir con esa afirmación?

Yo lo veo así: los países son soberanos. Aunque estoy en uno de estos cargos diplomáticos, creo que la diplomacia a nivel mundial tiene que cambiar, hay que decirse las cosas cómo son.

Se dice: ‘hay rumores de que hubo mucho cabildeo del Estado colombiano y su representante, en ese momento (Iván Duque), para que a Cuba la incluyeran en la lista de patrocinadores del terrorismo’, lo cual no es así.

Dígame si no se originó aquí el lío en el que está Cuba hoy. Eso hay que reconocerlo muy abiertamente, y creo que hay una responsabilidad de Colombia en el contexto de la multilateralidad. No le veo misterio, en la diplomacia hay mucho misterio.