La elección de Gustavo Petro como Presidente de la República marca también un hito para la izquierda colombiana, que por primera vez en 200 años de historia republicana llegará al poder.

Académicos y analistas políticos señalan este como un hecho de enorme trascendencia, si se tiene en cuenta que Petro, un hombre que militó en el desmovilizado grupo guerrillero M-19, logró a través de las urnas lo que otros movimientos no alcanzaron a través de las armas.

¿Cómo fue posible que la izquierda alcanzara este triunfo? La consultora y docente en comunicación política María Alejandra Arboleda dice que las causas inmediatas están ligadas a la coyuntura de creciente inconformismo ciudadano con el actual gobierno.

"Desde el 2018, Petro se ha dedicado a mostrarse como la antítesis o algo distinto al uribismo e Iván Duque. Y logró posicionar su discurso y su narrativa como la respuesta a ese cambio que una parte de la población colombiana está buscando", afirma Arboleda.
 
Pero además, señala que Petro también tuvo un acierto al modificar su estrategia política. 

“A diferencia del Petro de 2018, el de 2022 es uno que llegó haciendo alianzas. Logró consolidar la izquierda en el Pacto Histórico con el discurso del cambio, pero también recibió a figuras de la política tradicional como el expresidente Ernesto Samper, exfuncionarios de la presidencia de Juan Manuel Santos y personajes cuestionados como Roy Barreras y Armando Benedetti".

Estos últimos apoyos, agrega la analista, representan un lastre para el mandatario electo, pues "legitiman la campaña sucia y la idea de que, como ellos mismos dijeron en los videos que conoció el país, se puede correr la línea ética con tal de llegar al poder”.

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Para el sociólogo y docente de la Universidad del Rosario, Carlos Charry, la victoria de la izquierda se da no solo por la mala gestión del gobierno de Iván Duque, sino también porque Petro la capitalizó muy bien en su discurso.

“No hay mejor campaña que un mal gobierno. Como lo vimos con las grandes movilizaciones sociales de 2019 y 2021,  la ciudadanía claramente se ha venido expresando en contra del actual gobierno. Esto no quiere decir que Petro sea el abanderado de ese movimiento,  sino que supo plantear en su discurso las posibles soluciones a esas desigualdades y crisis económica que viene viviendo el país tras la pandemia”, dijo Charry.

Por su parte, el profesor e investigador Alberto Valencia Gutiérrez, docente de la Facultad de Ciencias Sociales y Económicas de la Universidad del Valle, sostiene que en el triunfo de la izquierda también hay causas históricas, pues "es el resultado de un trabajo de mediano plazo que comenzó más o menos alrededor del año 2010".

“El proceso de paz de La Habana y el triunfo del 'No' en el plebiscito del 2016 se convirtieron en condiciones de posibilidad para la irrupción de nuevas alternativas políticas. El gobierno de Duque no supo entender la importancia de este proceso de paz y la irreversibilidad de lo que allí sucedió, y se empeñó en ir a contrapelo”, opinó Valencia.

Según el investigador, “después del proceso de paz, como ocurrió en la época del Frente Nacional, las reivindicaciones sociales de la población pasaron a un primer plano y, por otro lado, el estallido social del 2021 cambió las coordenadas políticas".

"Todos estos factores fueron abriendo un espacio muy amplio para que la izquierda pudiera crecer, mientras que  la derecha se empeñó en mantener los parámetros del modelo uribista, que había sido exitoso en la primera década del siglo, y no entendió que la situación había cambiado”.

Por consiguiente, según Valencia, "el bloqueo al proceso de paz fue uno de los aspectos que abrió el camino para que la izquierda pudiera llegar al poder”.

El peso de la guerra en la política

La persistencia del conflicto armado fue el factor que históricamente inclinó siempre la balanza hacia los partidos tradicionales de derecha en Colombia.

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“El espacio político siempre estuvo dominado por unos partidos vinculados con el establecimiento, partido liberal y conservador, y una extrema izquierda vinculada con la lucha armada. Y en medio de esos dos extremos no existía el espacio para una izquierda legal", explica el profesor Valencia Gutiérrez.

“La existencia de las guerrillas significaba un cerramiento del espacio político para los partidos de izquierda. En ese sentido, el desmonte de las Farc fue un factor supremamente importante que abrió un espacio legal a los grupos de izquierda e impulsó su fortalecimiento”, agrega.

¿Y ahora?

Los analistas y académicos coinciden en que el principal reto que tendrá ahora la izquierda será demostrar que es tan buena para gobernar, como para hacer oposición.

Al respecto, el sociólogo Carlos Charry sostiene que no cree que los cambios por los que la gente votó se vayan a dar de una manera tan mecánica y rápida como muchos esperan.

“Uno de los principales retos que va a tener Petro es mantener el crecimiento económico del país, la inversión extranjera y la financiación de las arcas del estado, sin sacrificar las propuestas que ha planteado, como reformas importantes al modelo económico. El problema es que muchas de esas ideas van a tener mucha demora para ser aprobadas en el Congreso o van a requerir reformas constitucionales”, dice.

Pero el investigador Alberto Valencia cree que el mandatario electo sí tendrá un importante nivel de gobernabilidad para sacar adelante su plan de gobierno.

“Tiene una fuerza propia de 20 senadores y un buen número de representantes. Y hay muchos proyectos con los cuales podría convocar el apoyo de otros sectores políticos. Un presidente que llegue con una 'cuota inicial' de 20 senadores tiene buenas condiciones”, asegura.

Por el contrario, para la analista Arboleda, el problema de Gustavo Petro es que su propuesta de gobierno contiene muchas promesas, “pero no está claro como las piensa cumplir", lo que puede generar un sentimiento de frustración en sus electores. 

Al respecto, Valencia señala que es preciso reconocer la dura realidad que enfrentará el nuevo gobierno cuando asuma el poder.

“Las posibilidades de cambio no dependen sólo de la buena voluntad del Presidente, sino del juego de fuerzas políticas. Petro contará obviamente con una gran oposición no sólo en el Congreso sino también en la opinión, en la prensa, en los gremios, etc. Se empeñará en lograr los cambios que prometió, pero todos sabemos que los presidentes de la República, a pesar de sus buenas intenciones, se enfrentan a muchas dificultades para sacar adelante sus proyectos. Ahí está el caso de Obama en Estados Unidos”, concluyó el investigador.