Laura Sarabia es la mano derecha del presidente Gustavo Petro, pues es la Jefe de Despacho de la Presidencia de la República. Sarabia siendo una ficha tan importante, hace poco se vio implicada en un escándalo que llegó a cada rincón de Colombia.

Hasta el momento la Jefe de Despacho de la Presidencia de la República se encuentra en el ojo del huracán por obligar a la exniñera de su hijo, Marelbys Meza, a someterse al polígrafo de la Casa de Nariño, tras sospechar de ella por el robo de un maletín que contenía mucho dinero.

Vale la pena destacar que Sarabia comenzó a trabajar al lado de Petro desde su campaña, sin embargo, su presencia pasó más o menos inadvertida, según lo confirmó El Tiempo.

Hubiera preferido seguir en la sombra porque, al contrario, no me siento cómoda. Lo que me interesa es el tema técnico, que las cosas funcionen, no el asunto político en el sentido de ser protagonista”, resaltó Sarabia.

Laura Sarabia tiene un hijo pequeño que se llama Alejandro.

De hecho, “algunas personas se han arriesgado a decir que su control va más allá y que es la que define las cosas en el Palacio”, anotó el medio de comunicación en su exclusivo.

Asimismo, esta mujer con cargo importante tiene detractores que consideran que “está acumulando tanto poder que puede llegar a ser peligroso”.

¿Quién es realmente Laura Sarabia?

Laura Sarabia tiene 29 años y estudió Ciencias Políticas, una especialización en Marketing Político y una maestría en Comunicación Política.

“Vengo de una familia de clase media como cualquier otra”, afirmó la mujer.

Precisamente, su padre es un oficial retirado de la Fuerza Aérea nacido en Ocaña, Norte de Santander. Su mamá, una mujer de Villavicencio que toda la vida ha trabajado como funcionaria en el Ministerio de Defensa. “Nuestra vida giró alrededor de las Fuerzas Militares y quizás de ahí viene mi disciplina”, recalcó.

Según El Tiempo, Sarabia inicia sus días a las cuatro de la mañana y los acaba a los doce de la noche. Es bogotana y madre de un niño de diez meses con el que comparte por las mañanas y en videollamadas. Creyente y lectora de la Biblia.

Laura Sarabia aseguró que el presidente Gustavo Petro no sabía del procedimiento del polígrafo al que sometieron a la niñera. | Foto: ESTEBAN VEGA LR

Su hijo se llama Alejandro gracias a Petro. En la exclusiva, argumentó que al comienzo pensaba colocarle Federico, sin embargo, en ese entonces, Benedetti discutió con Fico. Después, Petro le recomendó cambiar de nombre. “Me dijo: a mí me gusta Alejandro. Me fui con esa idea y le conté a mi esposo. Alejandro había estado en la lista de opciones que habíamos hecho. Y así quedó”.

Frente a la modalidad de trabajo con Gustavo Petro, Sarabia anotó que: “Él me escucha y yo lo escucho. Cuando no estoy de acuerdo con determinadas cosas, no trato de convencerlo, sino de exponerle mis argumentos. Eso fue lo que hizo clic en nosotros”.

Sarabia argumentó que literalmente se convierte en la sombra del Presidente y en lo que él necesita. “Si él está aquí hasta las 12 de la noche, hasta las 12 de la noche estoy. Y no hay un objetivo más allá de que a él le vaya bien. No tengo un interés oculto”, enfatizó.

Laura Sarabia es la mano derecha de Gustavo Petro, según fuentes oficiales. | Foto: Twitter Laura Sarabia/SEMANA

“Soy adicta al trabajo”

Frente a su carácter y forma de ser, Sarabia explicó que llora cuando está de mal genio. De hecho, le da rabia que las cosas no funcionen como desea, pues eso le complica la existencia.

“Yo soy adicta al trabajo. Los que más sufren son los de mi esquema de seguridad porque, claro, tienen unas jornadas muy largas. Llegó el momento en que dije: toca que se dividan para que compartan con su familia, porque yo puedo pasar todo el día trabajando. Puedo no comer. Casi no como, en general. También soy muy vanidosa, entonces me gusta también la dieta”, puntualizó a El Tiempo.

“No quiero ser bailarina, quiero ser presidente”

En una publicación de redes sociales, Laura Sarabia anunció que “no quiero ser bailarina, quiero ser presidente”. Bajo esta premisa, la mujer afirmó que eso se publicó hace mucho tiempo.

“No voy a decir que nunca quisiera ser Presidente. Pero no tengo esa expectativa de llegar allá ni trabajo para eso. Lo que te decía: a mí la exposición me cuesta. Sin embargo, no lo descarto. Yo soy una enamorada de mi país”, finalizó.