Que el candidato Gustavo Petro haya triunfado en las urnas, convirtiéndose en el próximo Presidente de Colombia, implica que el país pasará por un periodo de incertidumbre sobre su futuro, por lo cual el líder de la izquierda estará obligado a anunciar medidas rápidas, claras y concretas para generar la confianza que se perdió durante una campaña presidencial marcada por la polarización.

Esa es la conclusión en la que coinciden varios expertos, tras analizar el resultado final de la reñida contienda electoral que culminó este domingo.

Petro, cabe recordar, obtuvo 11.281.002 millones de votos, quedándose con el 50.44% del total. Su sorpresivo oponente en segunda vuelta, Rodolfo Hernández, obtuvo 10.580.399 votos que representaron el 47.31%. El voto en blanco, con 501.987 sufragios, representó el 2,24%

Para los analistas políticos que fueron consultados por El País, Petro deberá afrontar de inmediato varios retos, especialmente relacionados con la creación de confianza, la gobernabilidad, la economía, el cambio social y las relaciones diplomáticas.

El primer aspecto que señalan los expertos es que, al llegar la izquierda al poder por primera vez en la historia de Colombia, es entendible que en la ciudadanía exista el temor de que sus propuestas puedan salir mal o de que la apuesta por Petro termine siendo “un cambio sin certeza”.

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Por lo cual, Álvaro Llano Ulloa, analista político de la firma Prospectiva Consulting, sostiene que el reto inmediato para el Presidente electo será dejar atrás la pugnacidad que sostuvo con otros sectores políticos durante la campaña y tratar de articular apoyos para sacar adelante un plan de gobierno que genere confianza en todo el país.

“De entrada se enfrenta a un desafío de gobernabilidad limitada, Petro llega con un Pacto Histórico al que le fue bien en las Legislativas, pero que no tiene mayorías absolutas para poder legislar y sacar todo el plan de gobierno de manera fácil. Por ser un gobierno de izquierda que ha generado mucha expectativa y tiene una agenda de muchas reformas sociales, económicas, a la salud, a la política y todo un conjunto de propuestas difíciles de cumplir, esa expectativa que ha creado puede terminar chocando con una pared por todos los límites del sistema que le van a poner una vez asuma el poder”, detalló Llano Ulloa.

Los analistas sostienen también que, con el triunfo del exalcalde de Bogotá, la democracia colombiana notará un “nuevo oxígeno, una nueva mirada”, pues grandes sectores de la población que nunca se han visto representadas por la clase política tradicional, ahora tendrán más juego en el escenario de las decisiones nacionales.

Sin embargo, advierten, ello no es garantía de que el cambio prometido por Petro durante la campaña se vaya a materializar fácilmente.

“Él lleva más de 20 años en el escenario político, su carrera se ha enfocado en las luchas sociales y por eso vendrá un esfuerzo por un trabajo fuerte en el campo y en las regiones históricamente olvidadas. Pero, aunque muchas de sus propuestas pueden considerarse como un avance para dichos sectores de la población, no se sabe con claridad cómo las podrá lograr. Además, lo que preocupa es que el país quedó muy polarizado y eso podría traer consigo muchos inconvenientes”, mencionó Andrés Clavijo, politólogo especialista en opinión pública y marketing político.

Frente a ello, Fernando Posada, politólogo con maestría en política latinoamericana de la University College London, dice que el plan de gobierno de Gustavo Petro evidenciará un compromiso con todas las minorías que han sido invisibilizadas en el país, como las comunidades afro o los indígenas, y también abordará problemáticas sociales que no han sido priorizadas.

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“En medio de muchas preocupaciones legítimas, Petro está comprometido con la protección del Acuerdo de Paz y será un punto importante de su plan de gobierno. Su compromiso con enfrentar la pobreza, la falta de oportunidades y la desigualdad en el país, conforman una agenda social que sería sin precedentes; pero el reto está en cómo lograr todo eso, cuando también propone reformas que pueden salir mal y que abren camino a una incertidumbre total”, aseveró Posada.

La incertidumbre que mencionan los analistas se refleja especialmente en el ámbito de lo económico. Al respecto, explican que este es un frente que genera mucha preocupación porque en campaña Petro lanzó mensajes que acentuaron la incertidumbre de los mercados financieros y no construyó suficientes puentes de acercamiento con el sector privado, que es clave para evitar un clima de inquietud y para generar empleo.

“Con él puede venir un primer impacto de inestabilidad económica, va a generar un nerviosismo y el dólar tenderá a subir y eso va a llevar a unos inconvenientes en el sector productivo. Esa desconfianza puede generar fuga de capitales, que empresas extranjeras no quieran seguir invirtiendo en el país. Por eso, es fundamental que en sus primeros días de gobierno presente mensajes claros para tranquilizar al sector empresarial y mantener la inversión extranjera. Y también serán cruciales los nombramientos que haga en cargos claves como el Ministerio de Hacienda o la Dirección de Planeación Nacional. Sino, se vendrían unos días muy duros para la economía colombiana”, indicó Andrés Clavijo.

Frente al asunto de las relaciones diplomáticas, el primer efecto que se avecina es que habrá un acercamiento con los otros países latinoamericanos que están siendo gobernados por la izquierda.

Así, prevén los analistas, es muy probable que sean mayores los diálogos con el México de López Obrador, el Chile de Gabriel Boric, la Argentina de Alberto Fernández y el Perú de Pedro Castillo.

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“Esta alineación ideológica puede traer beneficios comerciales, económicos y sociales para Colombia y la región. Sin embargo, el desafío del presidente Gustavo Petro será no sobreponer la ideología sobre el pragmatismo, pues la relación comercial con países como Uruguay y Ecuador – con gobiernos de derecha – puede verse fuertemente afectada. Esto sería un error estratégico y Colombia perdería grandes oportunidades en materia de negocios”, explicó Álvaro Llano.

Frente al espinoso tema de Venezuela, los expertos precisan que en la agenda de Petro será prioritario el restablecimiento de las relaciones consulares con el gobierno de Nicolás Maduro para que, posteriormente, se reanuden sus relaciones diplomáticas.

Y prevén que no habría cambios muy significativos frente a los Estados Unidos, por lo cual, el Presidente electo podría enfocarse en avanzar en temas migratorios, así como en continuar fortaleciendo la lucha contra la droga.

“Se necesita una relación diplomática y consular con Venezuela. Petro puede tener una relación diplomática con el gobierno de Maduro, pero no puede legitimar, apoyar o adherir un sistema político como el de ese país. Sí se necesita una relación que permita atender las necesidades de los colombianos que están en territorio venezolano, que lleve a que el comercio en las fronteras se reanude legalmente. Con Estados Unidos Petro podría priorizar a países de América Latina para que sean aliados potenciales de Colombia, pero la relación con el gobierno de Biden debe continuar, sobre todo en materia de la lucha contra la droga y los temas comerciales que son temas estratégicos para el país”, puntualizó Fernando Posada.

Francia Márquez y la voz de las minorías

Con la elección de Francia Márquez como vicepresidenta de Colombia quienes ganan son las minorías que durante años han sido invisibilizadas por la política tradicional. Así lo aseguran los tres expertos consultados por El País, quienes destacaron que la lideresa social ayudará a que se visibilicen las causas de las comunidades apartadas.

“Ella representa muchas luchas que han estado invisibilizadas, entonces su figura va a tener un peso súper importante en el gobierno. Representa a todas las comunidades afro que han sido olvidadas durante épocas, también incluyendo las comunidades indígenas que han estado apartadas de muchos procesos de desarrollo. Es positivo para esas minorías que no han sido representadas en el país”, mencionó Álvaro Llano.

Los analistas recalcan que tenerla de vicepresidenta es histórico para el país y para la región pacífica, una de las más afectadas por el olvido estatal.

“Ella manifestó que sería la Ministra de la Igualdad, un ministerio que sería nuevo. Tenerla como Vicepresidenta va a llevar a que muchas personas se sientan identificadas, como lo son las víctimas del conflicto o quienes no han sido tenidos en cuenta en las decisiones del país y eso le va a dar un oxígeno a la participación ciudadana; ella puede darle ese carácter incluyente y real a las mujeres, un rol que con ella seguramente va a ser más fuerte”, precisó Andrés Clavijo.