Por Olga Lucía Criollo, Editora Política
Aunque es innegable que el Gobierno Nacional se anotó una victoria con la aprobación de la reforma pensional en el Senado, ese triunfo está lejos de borrar el sabor amargo que significaron para el Ejecutivo las megamarchas que tuvieron lugar el domingo en el país.
Así lo considera Juan Nicolás Garzón, profesor del programa de Ciencias Políticas de la Universidad de La Sabana, quien resalta que la polémica iniciativa fue votada con “las mayorías mínimamente necesarias para su aprobación”, por lo que “se trata de un triunfo que fue bastante estrecho”.
En su opinión, el Ejecutivo sigue “golpeado” por las manifestaciones del 21 de abril, a pesar de que el presidente Gustavo Petro “trató de minimizarlas o atribuírselas a ciertos sectores”, por lo que no se puede hablar de que el oficialismo haya pasado a dominar en el Senado, e incluso que el camino para el proyecto esté expedito en la Cámara de Representantes.
“Será interesante ver qué pasa hacia adelante, en el trecho largo que todavía le resta al actual Gobierno, y con la puesta en marcha de varias de sus iniciativas”, como la de la salud.
De su lado, y a propósito de la aprobación de la iniciativa pensional en el Senado, el consultor político Álvaro Benedetti anota que no se puede olvidar que, de las reformas sociales propuestas desde la Casa de Nariño, “esa siempre fue la mejor vista de todas, tanto en el criterio de los políticos, que es el que al final pesa en la toma de decisión, como en el de los técnicos”.
De ahí que coincida en que, a pesar de que el Senado que la avaló fue el mismo que hace menos de un mes hundió la reforma a la salud, “el pulso político al final no varía” y “no quiere decir que el Gobierno tenga mayorías en esa corporación”.
“Si así fuera, las otras reformas que van en cola estarían en un camino alineado para poderse surtir, y creo que es todo lo contrario”, agrega.
Pero suma otro punto a la discusión: “Al final, al Congreso le va a interesar también superar su legislatura, no con la ‘chapa’ de que le bloqueó todo al Gobierno, sino que, por el contrario, le dio vía libre a ciertas iniciativas que, con consenso o disenso, podían tener alguna posibilidad de surgir, que es el caso de la pensional”.
El trámite en la Cámara
Dadas las mayorías que el oficialismo suma en la Cámara, políticos y analistas coinciden en que es de esperarse que el proyecto pensional tenga allí un trámite menos complejo.
Lo cierto es que la iniciativa no podrá llegar a esa corporación antes del 12 de mayo, dado que las normas contemplan que se debe esperar quince días hábiles para que el articulado haga tránsito desde el Senado. Luego, el presidente de la Cámara, Andrés Calle, la enviará a la Comisión Séptima, encargada de temas de salud y pensión.
Entonces, la presidenta de esa célula legislativa, María Eugenia Lopera, liberal y amiga del Gobierno, deberá designar los ponentes de la reforma, entre ellos un coordinador que seguramente será del Pacto Histórico.
También se espera que la ponencia esté lista en máximo quince días, para que se inicie el debate en la comisión que, se prevé, sería de una semana.
De ser aprobada, la iniciativa pensional pasaría a la plenaria, lo que, según las cuentas del Ejecutivo, sería en la tercera semana de junio. Sin embargo, si hay ‘trancón’ de proyectos o la discusión se extiende, el presidente Petro podría citar a sesiones extras a la Cámara hasta el 19 de julio, cuando termina oficialmente la legislatura.
Ahora, bien el riesgo que deberá enfrentar el Gobierno en el trámite de la reforma “es que algunos de sus aliados se alejen en busca de nuevos favores”, es decir que los integrantes de los partidos Liberal y de la U, e incluso Conservador, que avalaron el proyecto en el Senado “le pidan más burocracia, algo similar a lo que pasó en la Cámara alta en días recientes”.