Desde Washington, el presidente Gustavo Petro confirmó que existe una alianza militar entre Colombia y Venezuela para combatir al Ejército de Liberación Nacional, ELN, después de que esta guerrilla no aceptara pactar un cese de hostilidades con el Gobierno Nacional.
“El ELN no aceptó el cese al fuego que se pactó en diciembre. En esa medida, lo que hay es una confrontación militar que tiene ahora un nuevo ingrediente: las Fuerzas Militares en Venezuela están actuando aliadas con el Gobierno colombiano, con su Ejército, quitando un espacio que antes tenía libremente el ELN”, dijo el Mandatario en declaraciones a la revista Semana.
Como se sabe, desde años atrás se ha denunciado que el ELN hace presencia en el lado venezolano de la frontera con el vecino país y distintos sectores, además de informes de inteligencia militar, han asegurado que esa decisión de la organización guerrillera contaría con la anuencia del Gobierno chavista que preside Nicolás Maduro.
Según indicó el Mandatario colombiano, la estrategia de presionar militarmente a las tropas del ELN en suelo venezolano “puede ayudarnos a que esa guerrilla acepte al final un proceso progresivo del desmantelamiento de la violencia en Colombia”.
Ahora bien, la declaración del presidente Petro se da en medio de los accidentados diálogos de paz que su gobierno ha mantenido con el Ejército de Liberación Nacional y que en los próximos días tendrán una nueva cita en La Habana, Cuba.
Es de esperarse entonces que el reconocimiento de la alianza militar entre Bogotá y Caracas altere la disposición de las partes frente a las negociaciones en las que el Gobierno Nacional ha insistido en la necesidad de que el ELN acepte decretar un cese al fuego, tal como lo anunció el Jefe de Estado el pasado 31 de diciembre.
Y es que para muchos sectores esa disminución de las hostilidades se hace mucho más necesaria dada la intensificación que se ha registrado por parte de las acciones violentas de esa guerrilla en el territorio nacional.
Así lo comprueban hechos como lo ocurrido la última semana de marzo, cuando el Ejército de Liberación Nacional asesinó a diez soldados profesionales en la vereda El Carmen, ubicada en el departamento de Norte de Santander.
Sin embargo, no es la primera vez que el Mandatario colombiano toma la decisión de ordenar que se persiga militarmente al ELN dentro y fuera del país. Tras el ataque con explosivos en El Catatumbo, Petro dispuso que la Fuerza Pública intensificara su presencia en la zona limítrofe con Venezuela con el objetivo de propinarle ataques contundentes a las estructuras de esa guerrilla asentadas en esa región adonde los jefes elenos se asentaron tras la firma del Acuerdo de Paz entre el Estado colombiano y las extintas Farc.
El segundo ciclo de conversaciones entre los negociadores de paz del ELN y el Gobierno Nacional fue clausurado en México el pasado 10 de marzo.
De acuerdo con el jefe negociador de esa guerrilla, alias Pablo Beltrán, dicho ciclo sirvió para terminar de definir la agenda de diálogos y avanzar en el primer punto de la misma, que es la participación de la sociedad en la construcción de paz.
Y con respecto al cese de hostilidades que demanda el Ejecutivo y la sociedad colombiana, agregó que se “dieron los primeros pasos” para pactar esa medida “nacional y temporal”.
“Llamamos a una amplia participación de la sociedad para diagnosticar la situación que vive el país y formule los cambios que ella requiere”, agregó ese día ‘Beltrán’, desde la sede oficial de las conversaciones que, del lado del Estado son lideradas por Otty Patiño, quien fuera integrante de la desmovilizada guerrilla del M-19.