Al término de esta legislatura, el balance para el Gobierno Nacional es más que agridulce, teniendo en cuenta que si bien dos de sus reformas más importantes, la pensional y la laboral, pasaron en el Congreso, lo cierto es que la primera podría caerse por vicios de trámite y la segunda aún debe surtir varios debates.
Así las cosas, el presidente Petro no la tendrá fácil para cumplir las promesas de campaña respecto a hacer profundos cambios sociales en el país, toda vez que muchos de sus programas siguen sin concretarse y, lo más grave, se le agota el tiempo, pues ya solo le quedan dos años para terminar su mandato constitucional.
En ese sentido, algunos analistas advierten un Gobierno debilitado políticamente, lo que podría restarle margen de maniobrabilidad en el Congreso, mientras reiteran que será un segundo tiempo muy complejo, entre otras cosas, por el anuncio del propio presidente Petro de un revolcón ministerial con un carácter más ideologizado hacia la izquierda.
Según ella, en la Comisión Séptima de la Cámara de Representantes, encargada de las ponencias o estudios, tiene un ambiente pro gobierno. “Es una relación de 15 a 6, lo que garantiza que todas las propuestas sean aprobadas a ciegas. No obstante, el ‘todo vale’ puede hundirlas en las altas cortes”, afirmó.
Para Gómez, el Ejecutivo jugó al todo por el todo: “salud, archivado en el Congreso, pero ejecutada en la realidad; pensión, con poco estudio y en peligro de otra “mini reforma” y vicios de forma; laboral, salvada en la misma comisión, pero a la que le esperan tres debates largos; y educación, como distracción social para quitarle foco a lo que pasaba en las negociaciones internas; así como la agraria, con todos los líos de escándalos, entre otras”.
“Las que quedan para el segundo semestre serán igual de intensas y seguro la Casa de Nariño buscará conformar las nuevas comisiones que sean afines y mayoritarias para sus proyectos”, enfatizó Gómez.
De otro lado, María Alejandra Arboleda, analista política, opinó que el Gobierno seguirá construyendo para este segundo tiempo una narrativa alrededor de unos héroes y villanos, donde el héroe es el Gobierno y el Congreso sería el villano.
“Creo que van a seguir construyendo esa narrativa de que a Petro no lo dejan gobernar; es muy probable que la reforma pensional se caiga por vicios de trámite, entonces ahí van a seguir profundizando esa narrativa, la cual funciona porque Petro llega al poder construyendo dos bandos, aprovechando la polarización en el país, y que le sirve porque es la forma en la que él ha gobernado, polarizando cada vez más”, precisó Arboleda.
No obstante, anunció que viene una época muy difícil para el Gobierno porque el próximo 7 de agosto los colombianos van a hacer un balance. “Le van a decir: usted está aquí desde el 2022 y ¿qué ha logrado hacer? Entonces, esa realidad le explotará en la cara. ¿Y cuál es esa realidad? Una economía que no va bien, el costo de la vida cada vez más alto y la inseguridad, porque hasta el propio padre de la vicepresidenta Francia Márquez necesita protección”.
Aseguró, igualmente, que políticamente el mandatario está muy debilitado pues según recientes encuestas, la desaprobación del presidente Petro alcanza mas o menos el 65 %, incluso en regiones como el Pacífico que era uno de sus bastiones políticos.
“Es un gobierno que pierde legitimidad, puede que en el Congreso le pasen muchas cosas, pero quién va a salir en la foto con Petro, quiénes van a salir a defender cuando el mundo político está pensando en las elecciones de 2026. Para el próximo período legislativo no va a estar fácil”, sentenció la politóloga Arboleda.
Petro y el Congreso
Según anotó Carlos Charry, director del doctorado en Estudios Sociales de la Universidad del Rosario, el balance para el Gobierno al cierre de esta legislatura no es ni siquiera agridulce.
“La verdad es difícil señalar que sea positivo aunque las reformas sigan en su curso”, sostuvo el analista.
Dijo también que, en prospectiva, el anuncio del Gobierno de hacer un revolcón ministerial para poner cada vez más fichas cercanas ideológicamente al presidente Petro, va complejizar mucho más las relaciones al interior del Congreso y, por consiguiente, se va a demorar mucho más la discusión de los proyectos de ley.
“Adicionalmente, el panorama económico del país no es el mejor, y esto en la opinión pública y en términos de favorabilidad va a afectarlo también a futuro, por lo cual va a tener un margen de acción muy reducido”, dijo Charry.
Agregó que, incluso, a través de encuestas realizadas en la Universidad del Rosario, ya la imagen favorable de Petro en los jóvenes se agotó totalmente y está emparejada con la percepción negativa del Gobierno en un sector poblacional que se decía tenía casi que el apoyo total del presidente, lo cual nunca fue cierto.
“Creo que va a ser una segunda mitad del Gobierno muy compleja, con muchas dificultades y obstáculos, y con una oposición que va a tener muchos elementos para ponerle el palo en la rueda al Gobierno, con mucha facilidad además”, manifesó.
De otro lado, para el periodista Argemiro Piñeros, lo que le aguarda al presidente Petro en estos dos años que le quedan será enfrentar una coalición de gobierno cada vez más débil, a la espera de que en este tercer año de legislatura, que arranca en agosto, los apoyos en el Congreso le alcancen para sacar las leyes que va a presentar.
“Por eso, no creo que el presidente Petro le vaya a apostar a grandes reformas institucionales en estos dos años que le quedan”, puntualizó Piñeros.
Y añadió que en caso de aventurarse y conseguir el apoyo en el parlamento, vendría una reforma a la justicia que no sería constitucional sino más de normas, al igual que la de los servicios públicos como lo anunció el presidente Petro en la instalación de sesiones el año pasado. “Pero hoy no veo cosas más allá de lo normal como son terminar algunas leyes que vienen como la de Salinas, de presupuestos, jurisdicción agraria, pero insisto, no habrá grandes reformas”, enfatizó Piñeros.