El Presidente tiene que aprender a jugar en democracia y no recordar su pasado violento, que parece que lo persiguiera muy de cerca”.
Así se refiere la senadora Paloma Valencia a Gustavo Petro, ante las actitudes que el mandatario ha asumido las últimas semanas.
“Fue una terrible declaración”, dice específicamente con respecto a que se crea jefe del Fiscal General.
En entrevista con El País, la integrante del Centro Democrático también se refirió a la pérdida de la curul del senador Roy Barreras y a las reformas que tramita el Ejecutivo.
¿Cuáles son sus preocupaciones sobre lo que se aprobó en la conciliación del Plan de Desarrollo?
Creo que tiene elementos muy perjudiciales. Tal vez el más grave es el aumento automático de los prediales de los colombianos, que hoy protestan en todo el país porque están muy caros. Eso va a ser tremendamente duro. En materia ambiental quedo muy preocupada, porque van a entregar las zonas de reserva forestal en concesiones a campesinos por 30 años y le subieron al 6 % los impuestos a las energías limpias y alternativas, que las hace más costosas que las del carbón. Es decir, un desincentivo a su uso. Me preocupa también ese monopolio a favor de Positiva: va en detrimento de derechos y garantías que deben tener los trabajadores del sector público.
¿Hay dudas legales por los tiempos en los que se hizo la conciliación?
Es un Plan de Desarrollo que se va a caer en la Corte Constitucional, porque lo votaron sin haberlo publicado un requisito que exige la ley. Pero lo más grave fue que votaron los artículos adicionándoles proposiciones que nadie tuvo oportunidad de leer ni de discutir, y lo más grave que se fue entre esos micos que votaron a toda carrera fue un artículo de expropiación exprés, donde se habla de que si la persona no quiere vender, le van a hacer una evaluación sobre la explotación que tiene en la tierra. La pregunta es: ¿le van a exigir lo mismo a quien se la asignen o va a haber criterios de explotación según el dueño? Segundo, pretenden que todo lo que sea dos watts se lo quiten. Es decir, la convierten no en una medida de adjudicación, sino de propiedad en Colombia.
¿Qué opina de que el Presidente diga que es el jefe del Fiscal?
Terrible declaración, porque el Presidente confunde la función simbólica que tiene como Jefe de Estado con una superioridad jerárquica dentro de la estructura del Estado. Él es el Jefe del Estado y representa la unidad de la Nación, como cuando nos representa en el exterior, pero en ningún caso el Presidente de la República puede considerarse jefe de una rama completamente independiente, como la Judicial. Intentar siquiera volverse jefe de la Rama Judicial va en contra de los límites de la Constitución y de la democracia.
¿Y qué opina de la pérdida de la curul del senador Roy Barreras?
Roy es un goleador que ha hecho muchos goles en los equipos con los que siempre estoy en contra. Es un hombre muy inteligente, con una enorme capacidad de trabajo, pero, como le dije, quienes estamos en la oposición, no lo extrañaremos. Lo extrañarán los miembros del Pacto Histórico y su bancada de Gobierno, porque les va a dejar un hueco muy grande. Lo segundo es que se fue como él quería, con su reforma política, sin inhabilidades y con posibilidad de convertirse en ministro u ocupar cualquier cargo público de manera inmediata.
Volviendo al Presidente, de lo que dijo en el discurso del Día del Trabajo, ¿qué es lo más le inquieta?
El tono beligerante que está teniendo, llamando a la revolución, que en Colombia ha estado asociada al asesinato, al secuestro, a los grupos violentos. Me preocupa su desdén frente a todo lo que el país ha hecho, a su institucionalidad y, sobre todo, su llamado a irrespetar la propiedad privada. Y me impresionó la poca convocatoria que tiene actualmente, cómo se ha ido quedando solo. Me parece que lo que muestran las encuestas, y evidencia la radicalización de su gobierno, coincide con lo que se ve en las calles: ya representa a pocos colombianos.
Pero el Gobierno dice que puede salvar la coalición en el Congreso para aprobar sus reformas...
Hay que destacar los liderazgos de los partidos que han querido construir un acuerdo, que es una cosa donde todo el mundo cede, pero el Presidente lo que quiere es un contrato de adhesión: que lo que él diga, sea, y eso es antidemocrático. Y preocupa que el Presidente, en vez de recibir el mensaje de querer construir un acuerdo, quiera usar la corrupción para destruir partidos y entregarles más corrupción a los corruptos.
¿Los partidos de la U y Conservador se equivocaron al sumarse a la coalición del Gobierno?
Sí, pero ellos tenían la aspiración genuina de querer avanzar en un proyecto que había sido elegido y de colaborar a consolidarlo. Lo que pasa es que el presidente Petro ha resultado más soberbio, más sectario y más intransigente de lo que se pensaba. Es una persona que improvisa, que tiene muy poco conocimiento técnico y que cree que para construir uno tiene que primero destruir todo lo que se ha hecho, y resulta que esos partidos han sido parte de la construcción de muchas de las instituciones que él pretende demoler.
¿Hasta dónde cree que puede llegar la radicalización del Presidente?
El Gobierno que configuró ahora es la muestra exacta de lo que le está pasando en las encuestas. Se radicaliza en el petrismo más duro y pierde los sectores de centro izquierda y centro que lo llevaron al poder. El gabinete es el reflejo de esa caída estrepitosa que está teniendo en las encuestas. ¿Qué tan radical se va a poner? Dependerá de él mismo, porque todavía puede componer y tratar de hacer un gobierno amplio o puede reducirse a una izquierda extrema que va a llevar a la ruina no solo su caudal político, sino a Colombia.
¿Y cómo ve a los nuevos ministros?
La que más me preocupa es Jhenifer Mojica, una activista, sectaria, radical, que desprecia la propiedad privada, se burla de los productores agrícolas de mediano y gran tamaño y tiene una ideología sesgada recalcitrante. Es decir, los que celebran la salida de la Corcho, se deberían persignar por la llegada de la Mojica.
¿Cómo interpreta que Roy llame a que las reformas se aprueban en el Congreso y no en las calles?
El presidente Petro está mostrando que cuando mejor y más poderoso se sintió fue cuando logró el caos en Colombia a través del Paro Nacional, y pareciera que su incapacidad de gobernar la quiere tapar con nuevas manifestaciones y que estuviera incitando a la violencia. Creo que tiene que empezar a valorar la democracia. En las democracias uno elige presidentes y no emperadores. Eso quiere decir que los poderes son limitados y que el Congreso tiene que llegar a acuerdos con ellos. Si no, los proyectos no pasan, y que, aún sacándolos en el Congreso, se los pueden tumbar las Cortes. Él tiene que aprender a jugar en democracia y no recordar su pasado violento, que parece que lo persiguiera muy de cerca.
¿Habrá reforma a la salud o no?
Ojalá que no, si es la del Gobierno Petro. Reforma se necesita para llevarles salud a los colombianos en la Colombia profunda, para mejorar los salarios de médicos, especialistas y demás personal de salud que ganan muy mal y ha impedido que tengamos el número que necesitamos. Y necesitamos una reforma a la salud que piense en la prevención, pero esta arranca, por ejemplo, con el agua potable: la mayor causa de muerte en niños menores de 5 años en Colombia sigue siendo la falta de acceso al saneamiento básico.
Pero, ¿Qué no le gusta del proyecto?
Es nocivo, porque destruye lo que llevamos más de 30 años construyendo, porque pone la plata al alcance de los políticos, que tienen las garras más largas de todos. Claro que hay corrupción en las EPS, como la hay en pacientes y hospitales, pero la peor corrupción es la del sector público, que se roba los hospitales y la plata de los medicamentos; que cobra por pagar las deudas. El giro directo, que celebran tanto, es desastroso. Hay que acordarse de que el Gobierno, para pagar lo que hoy se llaman presupuestos máximos, ya tiene un retraso de un año, y el sistema rueda porque las EPS ponen capital para pagar las deudas. Les están debiendo muchísimo y por eso empiezan a atrasarse. Si paga el Gobierno directamente, se van a quebrar todos los hospitales del país.
¿Cree que es posible que la U y los conservadores puedan sumar para que haya una mayor oposición al Gobierno en el Congreso?
Esperaría que sí, pero creo que el máximo paso que darían es la independencia, y eso tiene dos lecturas: una, que van a vender el voto por proyecto y de manera individual, y es mejor, porque al menos van a tener un sentido crítico en torno a qué cosas aceptan y cuáles no. Pero lo más grave que podría pasarle a Colombia es que el Presidente use los recursos públicos para corromperlos, porque no solo aprobaría malos proyectos sino que condenaría al país a estar amarrado a esa clase política corrupta y debilitaría aún más los partidos, que son fundamentales en el equilibrio de la democracia. Claro, al presidente Petro no le ha gustado que los partidos le hagan contrapeso, pero esa es su función democrática.
¿Por qué dice que al presidente Petro le sobra el Congreso?
Porque quería un congreso sumiso, donde él dijera ‘a’ y sucediera ‘a’. Imagino que no tiene muchas cosas en las Cortes, pero el día que le tumben una, dirá que le están dando un golpe de Estado. El Presidente quería ser emperador y no presidente; no le gusta el diálogo, la discusión, la construcción colectiva; tiene una política de imposición que le hace muy difícil gobernar.
Si él se llega a ver arrinconado, ¿Qué cree que puede pasar?
Dicen que las fieras heridas son las más peligrosas y puede que ese sea el caso del presidente Petro, que en la medida en que no puede gobernar, no tiene resultados, todas sus promesas se las está llevando el viento, empiece a entrar en un proceso de querer destruir el país para salvar su reputación y aquí es donde vamos a tener que ser los colombianos muy prepositivos y activos en la defensa de nuestra Patria, porque tenemos la oportunidad de defender la democracia, las instituciones y, lo que es más importante, tener claro que los malos gobiernos también pasan. No hay que desesperarse, porque todos los daños se pueden corregir y este país se puede construir para que tenga futuro. De manera que yo no dejaría entrar al país en pánico ni permitiría que el presidente Petro nos arrastre hacia los abismos que sus fracasos parecieran orientarlo. El país debe mantenerse sereno y pedirle serenidad al presidente.