Ante los incesantes llamados de todos los sectores para que el presidente Gustavo Petro se una a los mensajes de rechazo a la situación política que está ocurriendo en Venezuela, en la cual Nicolás Maduro pretende posesionarse como presidente por seis años más en un manto de fraude electoral, el jefe de Estado colombiano publicó un trino en X, pero sus palabras no fueron para cuestionar el accionar de su homólogo venezolano, como ya lo hicieren expresidentes y hasta la CIDH.
Por el contrario, aseveró que el futuro de Venezuela lo deben definir exclusivamente los ciudadanos de ese país, y evadió emitir un juicio de valor al respecto: “El destino de Venezuela es de las y los venezolanos”.
Lo que sí hizo fue cuestionar al gobierno del expresidente Iván Duque, sugiriendo que en el pasado no se actuó bien en el tratamiento de la crisis en Venezuela. Según el mandatario, repetir las estrategias del expresidente y su entonces vicepresidenta Marta Lucía Ramírez sería el “mayor error” para el país.
“Entregarle la frontera a la mafia y condenar al hambre a colombianos y venezolanos para desatar el éxodo de los pueblos hacia el norte no es ninguna solución racional”, expresó Petro en su publicación.
El presidente abogó por un enfoque de apoyo basado en el diálogo y la construcción democrática, en el que se dispuso a participar si es llamado. “Colombia debe ayudar, si se le invita, a todo esfuerzo de diálogo y de construcción democrática y pacífica en el vecino país”, agregó.
Las declaraciones del mandatario reflejan su postura de fortalecer la cooperación con Venezuela y atender de manera integral los desafíos fronterizos, tales como el contrabando, la migración irregular y la influencia de grupos armados. Con sus palabras, Petro reiteró su política de apertura hacia el vecino país.
Mientras tanto, las reacciones no se hicieron esperar. Desde muchos sectores se está cuestionando en las primeras horas de este miércoles la posición de Petro, argumentando que no se puede ser laxo ante las situaciones que están ocurriendo en el gobierno de Nicolás Maduro, como la amenaza de captura de varios dirigentes de oposición y latinoamericanos, así como las amenazas de represión hacia los ciudadanos si se manifiestan contra el régimen.