¿Qué busca una persona al postularse como candidato a la Alcaldía? Esa es una pregunta que muchos ciudadanos y observadores políticos se hacen al ver que ya hay alrededor de 30 personas que han dicho públicamente que están aspirando al primer cargo del Municipio.
Una fuente que pidió el anonimato le dijo a El País que, después de que una persona se decide a lanzarse como candidata alrededor de esa decisión y de la posibilidad de ‘bajarse del bus’, empiezan a jugar una fuerza centrípeta y otra centrífuga.
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“La centrípeta tiene que ver con que, en la medida en que un aspirante a un cargo de elección popular empieza a gastar plata en la campaña, dice: ‘pucha, yo voy hasta el final, a ver si me reponen esta plata’”, dice el entrevistado, aludiendo al hecho de que las leyes electorales vigentes en el país disponen que si una persona alcanza al menos el cuatro por ciento del umbral, tiene derecho a la reposición de una parte de lo que invirtió en su propósito de ser elegido.
“Es que, cuando ya se está en campaña, la mentalidad es: usted está gastando plata, tiene un equipo trabajando y retirarse implica que usted deja a esa gente un poquito a la deriva”, agrega la fuente.
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Ello aplicaría, en el caso de la capital del Valle del Cauca a alrededor de quince aspirantes a la Alcaldía que esperan postularse como candidatos por firmas, a quienes las normas vigentes en el país les permiten, una vez inscriben ante la Registraduría Nacional un movimiento significativo de ciudadanos, por ejemplo, hacer publicidad a través de vallas y mensajes en medios de comunicación.
Pero según la misma fuente, otro de los aspectos que suelen pensar quienes se lanzan como candidatos, la fuerza centrífuga, “es que los políticos sabemos que si uno queda muy mal contado, eso le limitará la carrera política hacia el futuro”, porque “la imagen de esa persona ante la ciudad, ante el país, deja de ser una cosa relevante, no vale nada”.
Y como, entre más opciones haya para los electores, la competencia se hace más difícil, para los propios aspirantes a suceder al alcalde Jorge Iván Ospina en su cargo n es una buena noticia que hoy por hoy el ramillete de postulados esté tan crecido, porque “puede ser que todos terminen muy atomizados, cuando cada uno dice: ‘si nos van a contar, que nos cuenten bien’.
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De hecho, cada vez es más común que haya personas en la ciudad que, al preguntársele por qué posibilidades reales tiene de salir elegidas responden: ‘yo voy a hacer mi ejercicio, me voy a hacer contar”.
Sin embargo, para la fuente consultada por El País, esa es “una posición muy egoísta, porque, sí, claro, usted se puede hacer contar, pero finalmente está quitándole los votos que puede necesitar otra opción” que realmente puede tener más posibilidades de ganar y de realizar una buena gestión que finalmente es para lo que la mayoría de los electores deberían votar por un candidato a alcaldía, gobernación, asamblea o concejo.