En las elecciones del 2019 fueron 8 los candidatos que se presentaron para la Alcaldía de Cali, 9 a la Gobernación del Valle, 243 al Concejo de la ciudad y 200 a la Asamblea Departamental.

Esas cifras demuestran que cada vez son más las personas que desean ser elegidas para un cargo público.

Sin embargo, según los expertos, antes de tomar esa decisión, los aspirantes deberían revisar a conciencia si realmente reúnen las condiciones necesarias para presentar su nombre a consideración de los votantes.

Además, dicen, antes de definir su aspiración, también es fundamental que tengan en cuenta el mapa político que ha trazado la misma ciudadanía y el contexto nacional y regional.

Para la docente e investigadora Patricia Muñoz “las elecciones nacionales de 2022 dieron pistas sobre la necesidad que manifiestan los ciudadanos acerca de que se den procesos de transformación en los gobiernos y de que haya gobiernos más cercanos a sus problemas y más eficientes en el cumplimiento de sus funciones”.

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¿Por un partido político?

Astrid Camelo, representante de la firma consultora ‘Yo quiero ser diplomático’, afirma que lo primero que debe hacer una persona que quiera postularse a un cargo de elección popular es definir si desea hacer parte de un partido político y, de ser así, tener muy claro lo que buscaría en él.

“En ocasiones el político desconoce las ideologías de los partidos y quiere entrar sin saber completamente cuáles son los principios de ese partido, lo que es muy peligroso porque genera que pase de un partido a otro y esto ocasiona una crisis de institucionalidad”. sostiene. Y agrega de forma contundente: “Si el candidato quiere el aval de un partido, sus valores deben coincidir con los del partido”.

Pero si, por el contrario, “se quiere ir como independiente, la tarea va a ser mucho más compleja, porque tendría que verificar y encarnar sus principios en el movimiento que va a formar”.

Sobre este punto, el consultor político Jorge Luis Yarce explica que uno de los elementos más importantes es “tener conocimiento del contexto del cual se quiere ser partícipe, porque no todos los territorios se comportan de la misma manera con respecto a las elecciones y a los candidatos que buscan”.

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Agrega que hay regiones del país donde todavía es importante la representatividad en cabeza de los movimientos y partidos políticos institucionalizados. Pero “la regla general en este momento, sobre todo en las capitales de los departamentos más poblados, es una ‘contra ola’ que rechaza los partidos tradicionales”.

Entonces, anota Yarce, se establecen dos fenómenos: los movimientos alternativos y los personalistas, a través de una candidatura única.

El equipo de trabajo

Los analistas consultados concuerdan en que quien quiera iniciarse en la política tiene que desarrollar un buen relacionamiento interpersonal, porque necesitará de un equipo de trabajo que apoye sus ideas.

“Debe aprender a crear alianzas y tener la capacidad de negociación para que, cuando llegue a los espacios de concertación política, pueda negociar con base en sus intereses y los de sus electores”, anota la consultora Camelo.

Para Yarce, el equipo de asesoría de un candidato debe incluir “un gerente, para encargarse de la parte administrativa; un estratega, que debe ser un cazador de talentos; un líder de relacionamiento y medios, que no solo sea un comunicador, sino alguien que tenga una estrategia clara para los distintos niveles de la comunicación: la personal, las redes sociales y la gestión de medios masivos”.

Señala que “en el caso de candidaturas en ciudades principales, lo ideal sería que tuvieran un economista y un estratega político. Para candidaturas en ciudades de hasta 100.000 habitantes, con el asesor político basta, y en ciudades aún más pequeñas, el equipo se reduce más y el asesor debe tener un perfil mucho más integral”.

Sin embargo, Camelo advierte que aunque el aspirante no funciona solo y debe contar con un buen equipo, “tiene que leer sobre leyes y entender cómo funciona todo el proceso electoral; o sea, no tiene que haber estudiado ciencias políticas, pero debe ser una persona que conozca la realidad del país”.

Interpretar las necesidades

Para la docente Muñoz, “quienes aspiren a llegar a alcaldías o gobernaciones deben conectarse con las demandas, problemas y necesidades ciudadanas, además de los sentimientos que existen frente a la capacidad y gestión de los gobiernos, para generar procesos de movilización electoral que les permitan cumplir sus objetivos”.

Astrid Camelo añade que si el candidato es una persona que cuenta con el apoyo popular y tiene claras cuáles son las necesidades de su localidad o departamento, debe aprender a conectar esas necesidades con la forma en la que espera superarlas.

Para ello sugiere trazarse objetivos medibles y cuantificables en el corto tiempo, porque solamente tendrá un periodo de cuatro años para cumplirlos. Además, está visto que el primer año se utilizaría para planear, el segundo para definir, el tercero para ejecutar y el cuarto para evaluar.

Frente a este punto, Yarce considera que los aspirantes a obtener la mayoría de los votos por parte del electorado deben mantener un discurso integrador: “No pueden ser discursos que busquen las divisiones. Creo que eso fue un gran triunfo, por ejemplo en las presidenciales; discursos que buscaban la mayor cantidad de voces unidas alrededor de una misma idea y no señalar que existía una opción extrema alejada de todas las demás”.

En su opinión, la colombiana “es una sociedad cada vez más plural en todos los sentidos, en la forma de ver el mundo, de vivir, en cómo pensamos las familias, etcétera, y eso se tiene que ver reflejado en los liderazgos”.

“Entre los pilares fundamentales con las personas está el trato digno, reconocer al otro como igual, no como un simple elector. Esa soberbia del candidato inmediatamente genera reproche y distancia de los posibles electores, y pasa mucho. El candidato no puede estar endiosado ni puede ser impertinente, no puede estar alejado de la gente ni del trato con el ciudadano”, añade el analista.

Transparencia a toda prueba

La consultora Camelo explica que cada candidato debe vender su marca personal y “generar transparencia, confiabilidad y seguridad. Las personas empiezan a conocer quién es, qué ha hecho, y no solo en la política, sino en otros sectores públicos y privados, como cuáles son sus logros y metas, que deben ser medibles”.

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Según ella, también deben demostrar confiabilidad “y más en un país como el nuestro, cableado por la corrupción, se debe mostrar transparencia, por lo que el candidato debe estar dispuesto a que le pidan sus estados financieros y su declaración de renta”. “Es algo a lo que todos los políticos están expuestos y tienen que ser conscientes de ello”, dice.

En el mismo sentido, Yarce añade que se debe ser “transparente en la gestión de los recursos y en los liderazgos que se vinculan a la campaña, porque en este momento, gracias a las redes sociales, al internet y al acceso a la información pública, es muy fácil tener conocimiento de lo bueno, lo malo y lo feo que alguien pudo haber hecho antes”.

Por lo anterior, advierte que “es muy importante tener un buen tamiz para las personas que se vinculan a la campaña y sobre cómo se están manejando las cuentas de la candidatura; de dónde proviene el dinero, no solo por las consecuencias legales, que evidentemente son muy graves en caso de que haya una anomalía, sino por el vínculo y la credibilidad que genera específicamente con la población. Es que el electorado de hoy no es un electorado que come entero”.

¿Y la financiación?

Astrid Camelo expone tres métodos para financiar una campaña a un cargo de elección popular: “Si el candidato hace parte de un partido, este lo puede ayudar; también, luego de las elecciones, por la cantidad de votos que haya obtenido, hay una ley que establece que se le devuelve dinero; pero, en el caso de que sea independiente, claramente deberá buscar patrocinadores o donaciones de gente que apoye su causa política y el trabajo es mayor porque necesitará ‘ángeles inversores’”.

Si el aspirante al cargo decide mantenerse como independiente, deberá buscar a alguien que esté interesado en impulsar su candidatura y “¿a quién le puede interesar financiarlo?: a alguien a quien le atraigan sus temas políticos. Debe lanzarse sin miedo, darse a conocer y buscar socios inversores que apoyen las candidaturas, considera la consultora política.

De su lado, Yarce indica que, cuando se tengan propuestas de inversión o desarrollo, se podrán encontrar “algunos liderazgos económicos o sociales que participen de ese ejercicio político y brinden apoyo económico. Por eso se debe hacer una muy buena estrategia de relacionamiento antes de empezar la campaña política, porque cuando se inicie esta, ya debe tener todo el esquema de trabajo”.

“Yo siempre le he dicho a mis asesorados: usted no hace campaña con su propio dinero, eso es muy importante. Usted puede hacer campaña en la medida en que ya tenga consolidado el equipo de trabajo, porque así también tiene el dinero”, sostiene el consultor.