Toda una tormenta política generó la renuncia intempestiva de quien fuera el alcalde de Medellín Daniel Quintero, quien salió del cargo a solo tres meses de terminar su gestión. El saliente mandatario no esperó ni 24 horas para involucrarse de lleno en una campaña electoral, pues se unió a la aspiración del candidato Juan Carlos Upegui.
Una de las reacciones tuvo eco en el plano legislativo, donde la senadora del Centro Democrático, Paola Holguín y el representante a la Cámara Juan Espinal radicaron un proyecto de ley denominado ‘la Ley Quintero’, con el fin de evitar que estos casos se repitan en un futuro.
”Con la denominada ‘Ley Quintero’ queremos evitar que un mandatario, sea alcalde o gobernador, tome la decisión de renunciar para irse a una campaña electoral y hacerse reelegir en cuerpo ajeno”, explicó el representante a la cámara, Juan Espinal.
Según explicaron los ponentes, este proyecto busca modificar la Ley 617 del 2000, en especial los artículos 38 y 39, para evitar que los alcaldes y gobernadores puedan hacer política o participar en un proceso electoral por un periodo de 12 meses después de renunciar.
En esta iniciativa, Holguín y Espinal también establecieron la duración de las incompatibilidades del alcalde municipal y distrital, en caso de que el proyecto pase por los debates reglamentados por la ley.
”Las incompatibilidades de los alcaldes municipales y distritales a que se refieren los numerales 1, 2 y 4 tendrán vigencia durante el período constitucional y hasta doce meses después del vencimiento del mismo o de la aceptación de la renuncia. En el caso de la incompatibilidad a que se refiere el numeral 7, tal término será de veinticuatro 24 meses en la respectiva circunscripción. El mismo régimen de inhabilidades e incompatibilidades regirá para el Distrito Capital de Bogotá”, explica el proyecto.
Polémica renuncia
Fuertes críticas por no cumplir su mandato y evadir las normas que le impiden a los funcionarios participar en política recibió el saliente alcalde de Medellín, Daniel Quintero, quien, según él mismo reconoció, renunció a su cargo para apoyar la candidatura de Juan Carlos Upegui.
”No puedo quedarme cruzado de brazos mientras veo cómo los políticos de siempre, a través de Fico esta vez, utilizando todas las artimañas están tratando de volver al poder”, manifestó Quintero para justificar su decisión.
Su retiro, sin embargo, fue mal recibido desde diferentes sectores políticos. El abogado y columnista Ramiro Bejarano criticó que Quintero haya aprovechado un vacío legal para poder participar en política, algo que no podría hacer como alcalde.
”Enorme vacío de ley al no prohibir que en plena campaña un alcalde renuncie a su cargo para apoyar al candidato de su preferencia, valiéndose de su influencia en la administración. Si la ley no lo impide por lo menos la ética pública debería frustrar ese asalto a la decencia”, señaló.
Catherine Juvinao, quien también ha hecho política con sectores alternativos, reprochó a Quintero que todo lo ocurrido en su alcaldía terminará dándole combustible político a la derecha. ”Lo de Quintero es la radiografía de un mal gobierno alternativo: 1. Llegan al poder prometiendo un cambio 2. Lo hacen mal 3. Incurren en lo que siempre criticaron 4. Dejan el cargo tirado para hacer politiquería 5. La gente los castiga y vuelven a ganar los de siempre FIN”, expresó en su cuenta de Twitter.
Otros analistas llamaron la atención sobre el hecho de que Quintero quiera escapar de su responsabilidad por las actuaciones que ha realizado como alcalde. ”Daniel Quintero deja tal desorden en Medellín que su renuncia más parece una fuga, una huida de la realidad”, afirmó el exconcejal de Bogotá Juan Carlos Flórez.
”Resulta muy extraña la renuncia de Daniel Quintero. Ha demostrado que poco y nada le importa la intervención en política y desde su lugar en la alcaldía tenía el poder para ayudar a Upegui. ¿Por qué se va? ¿Ya tenía alguna investigación en el cuello y prefirió renunciar antes?”, señaló el candidato al Concejo de Bogotá, Jorge Torres.
Quintero no solo se convirtió en el primer alcalde de Medellín que abandona el cargo, sino también en el más impopular. La última encuesta de Invamer mostró que su desaprobación es del 61,6 %, mientras que solo el 30,2 % lo aprobaba. Esto sin contar con que el 67,8 % de los medellinenses aseguró para esa medición que la ciudad empeoró en este mandato y solo el 22,3 % expresó que mejoraron.
*Con información de Colprensa